En un mundo erizado de prisiones
sólo las nubes arden siempre libres.
No tienen amo, no obedecen órdenes,
inventan formas, las asumen todas.
Nadie sabe si vuelan o navegan,
si ante su luz el aire es mar o llama.
Tejidas de alas son flores del agua,
arrecifes de instantes, red de espuma.
Islas de niebla, flotan, se deslíen
y nos dejan hundidos en la Tierra.
Como son inmortales nunca oponen
fuerza o fijeza al vendaval del tiempo.
Las nubes duran porque se deshacen.
Su materia es la ausencia y dan la vida.
José Emilio Pacheco
Fotos: Leticia Bárcenas González
Solo a través del arte y de la poesía particularmente, se puede leer lo hermoso de la vida.
Qué hermoso poema acompañado de unas fotos soñadas.