Silencio

Así como del fondo de la música
brota una nota
que mientras vibra crece y se adelgaza
hasta que en otra música enmudece,
brota del fondo del silencio
otro silencio, aguda torre, espada,
y sube y crece y nos suspende
y mientras sube caen
recuerdos, esperanzas,
las pequeñas mentiras y las grandes,
y queremos gritar y en la garganta
se desvanece el grito:
desembocamos al silencio
en donde los silencios enmudecen  .

Octavio Paz

Faltan palabras*

Foto: Lola Álvarez Bravo
Foto: Lola Álvarez Bravo

I
Faltan palabras…
Que del centro de la tierra
salgan los dinosaurios
y hablen por nosotros
hartos ya de nutrirse
con tanta sangre derramada.
Que hablen las piedras
a los de corazón de piedra
para que cesen
las erupciones
de hierro y piel.
Que hablen por nosotros
los fósiles
y los ángeles desprevenidos
que no se han dejado
todavía intimidar.
Que no queden más
risas incompletas
ni voces ahogadas
ni cuerpos mutilados…
Faltan palabras.
El verbo también está herido…

II
La paz rompe silencios
y la guerra al asecho
la viste de nuevo
con una mordaza
que celebra la muerte…
Somos tan diestros,
que logramos matar
el silencio
y las balas perdidas
transitan como orates,
en busca de una musa
que las inspire,
mientras encuentran
en dónde descargar su frenesí…
Entre tanto la diana se ofrece
a ejercer el buen oficio
de consoladora de héroes.

III
Para no perturbar
el sueño de los justos
Dios aprendió a caminar
en puntillas
y han sido tantos
los justos inmolados,
que sus pies se asumieron
en alas, para no perturbar
ni siquiera
sus sueños fallidos…
Pasos silentes
como un homenaje al valor,
que la barbarie
vistió de eternidad.

IV
Si en lugar
de balas
dispararan abrazos,
podríamos por fin
dar cuenta
sobre lo que significa
morir de amor…

María del Socorro Gómez Estrada

*Mención de Honor en el Concurso Internacional “Mil poemas por la paz de Colombia”. 2015

Reconocimiento a Dolores Castro Valera

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Dolores Castro / Foto: Desmesuradas

Hace unos días, el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México entregó el “Ángel de la Ciudad 2016 – Mujeres en Libertad” a nueve mujeres destacadas en el ámbito artístico y cultural, que han contribuido a fortalecer el desarrollo y el espíritu de la capital del país.

Las galardonadas fueron: la investigadora Virginia Armella de Aspe, la fotógrafa Graciela Iturbide, la periodista Carmen Lira Saade, la ensayista y periodista Cristina Pacheco, la poeta Dolores Castro Varela, la coreógrafa Nellie Happee, la filósofa María del Carmen Rovira Gaspar, la artista Carmen Parra y la actriz Silvia Pinal.

Es por ello, que Desmesuradas, rinde un pequeño homenaje a una de sus escritoras consentidas, la poeta Dolores Castro Valera para quien la poesía es iluminación en el camino de la vida, es capacidad de saber más a través de los sentidos educados para la sensibilidad, «es entender mejor quién soy y a dónde voy, es capacidad también de gozo al leerla o al escribirla».

 

Yo soy un pobre pájaro dormido

en la tierra de Dios,

bajo sus ojos he perdido las alas

y mi canto es el canto de las mutilaciones.

Habito en una casa transitoria,

a la que el viento lleva eternamente

como el silencio mismo.

He quedado tan pobre como el viento

que toma y lleva y abandona todo,

he quedado tan pobre como el eco

bajo los cuatro muros apagado.

Ha gastado la lluvia mis angulosos bordes,

mis huesos han bebido de las constelaciones,

habito como musgo en las manos del tiempo

y siento mi ceniza que se desprende y cae.

Soy un pájaro roto que cayera del cielo en un molde de barro;

soy el juego de un niño;

apenas soplo, lodo y su saliva;

soy el barro que guarda

este pájaro herido en la caída;

soy el caído pájaro que canta

en su dolor y en sus limitaciones;

soy todo lo que vuela, la ceniza,

el muro, el viento, el pájaro, el olvido.

 

De su poemario El corazón transfigurado (1949).

 

Dolores Castro en entrevista / Foto: Desmesuradas
Dolores Castro en entrevista / Foto: Desmesuradas

 

 

 

 

 

 

 

Ver entrevista: 

Dolores Castro Valera y la poesía

Enzia Verduchi

Nació en Roma, Italia, el 24 de noviembre de 1967

Radica en México desde 1974. Narradora, poeta y editora

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Foto: Katherine Loaiza / Elespectador.com

Señora Lexotán

Qué son seis miligramos

tres veces al día si con ello

se pueden anestesiar los sentimientos,

si controla la ansiedad del todo.

No ríes, no lloras, no percibes

ni el principio ni el fin del mundo.

Basta con abrir la boca:

el ama de casa no es indecisa

ante la gama del supermercado;

los adúlteros no discuten

la orfandad en el tálamo;

nada agrede al taxista

sólo el alto que obliga el rojo.

Señora Lexotán, con usted

no hay cabeza que perder.

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Nubes

En un mundo erizado de prisiones

sólo las nubes arden siempre libres.

 

No tienen amo, no obedecen órdenes,

inventan formas, las asumen todas.

 

Nadie sabe si vuelan o navegan,

si ante su luz el aire es mar o llama.

 

Tejidas de alas son flores del agua,

arrecifes de instantes, red de espuma.

 

Islas de niebla, flotan, se deslíen

y nos dejan hundidos en la Tierra.

 

Como son inmortales nunca oponen

fuerza o fijeza al vendaval del tiempo.

 

Las nubes duran porque se deshacen.

Su materia es la ausencia y dan la vida.

 

José Emilio Pacheco

 

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Fotos: Leticia Bárcenas González

Día del idioma español

Todo lo que usted quiera, sí señor, pero son las palabras las que cantan, las que suben y bajan… Me prosterno ante ellas… Las amo, las adhiero, las persigo, las muerdo, las derrito… Amo tanto las palabras… Las inesperadas… Las que glotonamente se esperan, se escuchan, hasta que de pronto caen… Vocablos amados… Brillan como piedras de colores, saltan como platinados peces, son espuma, hilo, metal, rocío… Persigo algunas palabras… Son tan hermosas que las quiero poner todas en mi poema… Las agarro al vuelo, cuando van zumbando, y las atrapo, las limpio, las pelo, me preparo frente al plato, las siento cristalinas, vibrantes, ebúrneas, vegetales, aceitosas, como frutas, como algas, como ágatas, como aceitunas… Y entonces las revuelvo, las agito, me las bebo, me las zampo, las trituro, las emperejilo, las liberto… Las dejo como estalactitas en mi poema, como pedacitos de madera bruñida, como carbón, como restos de naufragio, regalos de la ola… Todo está en la palabra… Una idea entera se cambia porque una palabra se trasladó de sitio, o porque otra se sentó como una reinita adentro de una frase que no la esperaba y que le obedeció… Tienen sombra, transparencia, peso, plumas, pelos, tienen de todo lo que se les fue agregando de tanto rodar por el río, de tanto transmigrar de patria, de tanto ser raíces… Son antiquísimas y recientísimas… Viven en el féretro escondido y en la flor apenas comenzada… Qué buen idioma el mío, qué buena lengua heredamos de los conquistadores torvos… Estos andaban a zancadas por las tremendas cordilleras, por las Américas encrespadas, buscando patatas, butifarras, frijolitos, tabaco negro, oro, maíz, huevos fritos, con aquel apetito voraz que nunca más se ha visto en el mundo… Todo se lo tragaban, con religiones, pirámides, tribus, idolatrías iguales a las que ellos traían en sus grandes bolsas… Por donde pasaban quedaba arrasada la tierra… Pero a los bárbaros se les caían de las botas, de las barbas, de los yelmos, de las herraduras, como piedrecitas, las palabras luminosas que se quedaron aquí resplandecientes… el idioma. Salimos perdiendo… Salimos ganando… Se llevaron el oro y nos dejaron el oro… Se lo llevaron todo y nos dejaron todo… Nos dejaron las palabras.

La palabra / Pablo Neruda

Confieso que he vivido, Buenos Aires, Ed. Losada, 1974

Foto: Tobias Bennett
Foto: Tobias Bennett

El 12 de octubre las Naciones Unidas celebran el Día de la lengua española para apoyar a los programas y el desarrollo del multilingüismo y el multiculturalismo. Uno de los objetivos es el mantenimiento de la igualdad de los seis idiomas oficiales: árabe, chino, español, francés, inglés y ruso.

La primavera derrotada

A Cecilia Romana, hoy que se festeja el día de la primavera en Argentina

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Un huerto en primavera de Claude Monet

I
La primavera tiene el deseo de hablar
oculto entre sus manos, sus aires y su polen.
Sentados en la hierba
nos preguntamos las cosas que se preguntan
los amigos que se aman y se ven poco.
En «el otoño del cuerpo»
la primavera vale una chingada.
Es una estación tonta
dedicada a crear cosas que se van a morir.
No es mala.
Crea porque tiene la manía de hacerlo.
Es generosa pero estúpida.
No puede estarse quieta.
Este otoño la pondrá en su sitio;
le tumbará sus ramitas
y le hará polvo sus flores,
sus hojas, sus frutos,
sus imágenes tempraneras
y sus bellas personas.
Regresará. Siempre regresa
para que la derroten.
Se parece a los poetas.

Hugo Gutiérrez Vega

Happy Birthday…Mario Benedetti

Mario Benedetti.
Mario Benedetti por el fotógrafo Daniel Mordzinski

El poeta, escritor y dramaturgo uruguayo Mario Benedetti nació el 14 de septiembre de 1920. Escribió casi un centenar de libros y algunos han sido traducidos a más de 20 idiomas. Murió a los 89 años de edad, el 17 de mayo de 2009.

¿Cómo será el mundo cuando no pueda yo mirarlo

ni escucharlo ni tocarlo ni olerlo ni gustarlo?

¿cómo serán los demás sin este servidor?

¿o existirán tal como yo existo

sin los demás que se me fueron?

sin embargo

¿por qué algunos de éstos son una foto en sepia

y otros una nube en los ojos

y otros la mano de mi brazo?

¿cómo seremos todos sin nosotros?

¿qué color qué ruidos qué piel suave qué sabor qué aroma

tendrá el ben(mal)dito mundo?

¿qué sentido tendrá llegar a ser protagonista del silencio?

¿vanguardia del olvido?

¿qué será del amor y el sol de las once

y el crepúsculo triste sin causa valedera?

¿o acaso estas preguntas son las mismas

cada vez que alguien llega a los sesenta?

ya sabemos cómo es sin las respuestas

mas ¿cómo será el mundo sin preguntas?

(Poema Happy Birthday de Mario Benedetti)

Soneto XLV

Foto: Leticia Bárcenas González
Foto: Leticia Bárcenas González

 

No estés lejos de mí un solo día, porque cómo, 
porque, no sé decirlo, es largo el día, 
y te estaré esperando como en las estaciones 
cuando en alguna parte se durmieron los trenes. 

No te vayas por una hora porque entonces 
en esa hora se juntan las gotas del desvelo 
y tal vez todo el humo que anda buscando casa 
venga a matar aún mi corazón perdido. 

Ay que no se quebrante tu silueta en la arena, 
ay que no vuelen tus párpados en la ausencia: 
no te vayas por un minuto, bienamada, 

porque en ese minuto te habrás ido tan lejos 
que yo cruzaré toda la tierra preguntando 
si volverás o si me dejarás muriendo.

Soneto XLV / Pablo Neruda (12 de julio 1904, Parral, Chile – 23 de septiembre 1973, Santiago de Chile, Chile)