¿Por qué es importante explorar el espacio?

Por Emilio Ruiz

La Expo Ingenio El Espacio abrirá sus puertas este siete de noviembre nos dará la pauta no sólo para cuestionarnos sobre la importancia de explorar el espacio sino también nos llevará de la mano para conocer cómo han sido los pasos del hombre para llegar a cierto conocimiento sobre la posición que ocupa sobre el universo.

La exploración espacial es el pináculo del conocimiento del hombre para tratar de adaptarse a los más diversos entornos. El hombre es el único ser de este planeta que ha logrado abandonarlo, eso demuestra su capacidad de conocer su entorno y adaptarlo para extenderlo a lugares que jamás hubiera sido posible sin el conocimiento del mismo.

Mediante cápsulas informativas puntuales y dinámicas encontraremos cómo el hombre desde siempre ha cuestionado su entorno, de cómo las primeras civilizaciones al observa el cielo no sólo los llevó a respuestas idealistas sino que también se dieron cuenta de que ocurrían ciertos fenómenos que con el tiempo, comenzaron a interpretarlos y utilizar esos conocimientos en su actividad práctica (determinar las épocas de siembra, de cosecha y de sus rituales) que les permitía tratar de tener una mejor vida.

No había una cuestión filosófica. No comprendían a fondo por qué ocurrían esas cosas. Fue hasta el Renacimiento que las personas trataron de dar respuesta a esos fenómenos de manera razonable a través de un método científico (de observar, de analizar lo observado y realizar hipótesis) tratando de dar respuestas a través de un método. Estos estudiosos plasmaban en escritos hechos comprobables, medibles y repetibles.

La exposición que tendrá lugar en el Centro Cultural La Enseñanza en San Cristóbal de Las Casas pretende dar a conocer cómo fue la construcción de este conocimiento y cómo se ha producido tecnología que hoy es utilizada en nuestra cotidianidad, basta decir que la primera computadora que se utilizó para llegar a la luna tenía la capacidad de lo que es una calculadora que podemos comprar en cualquier papelería. Debido a ese desarrollo tecnológico, derivado de las ciencias y de la aplicacion de la exploración espacial nos ha conducido a la tecnología actual.

Hoy tenemos una estación espacial internacional donde se realizan experimentos que en otras épocas y en otras condiciones sería imposible realizar, en ella se estudia minuciosamente el cuerpo humano y lo que le ocurre al estar en el espacio, fuera de la tierra, de las fuerzas de gravedad y en un entorno creado artificialmente por el hombre.

La capacidad que tiene el hombre de sobrevivir fuera del planeta demuestra que se conoce el funcionamiento de nuestra atmósfera, los fenómenos de radiación que producen el sol, el metabolismo del propio cuerpo, gracias al desarrollo de los campos cientìficos, como son la biología, la química, la física, la termodinámica; lo cual nos permitirá ampliar nuestras fronteras que conllevará beneficios y nuevos retos, problemáticas políticas y económicas, nuevos conceptos y quizá incluso poder dar respuesta una de las preguntas que comunmente nos hacemos ¿estamos solos? Como decía Carl Sagan, el divulgador científico estadounidense: «Si nosotros somos la única civilización que existe en el Universo, que enorme desperdicio de espacio.»

También conoceremos algunas de las personas que a través de la disciplina y esfuerzo en su trabajo científico, nos han conducido a descubrimientos extraordinarios o a nuevas formas de ver los fenómenos cotidianos como son los eclipses, la manchas solares, la gravedad, la luz, incluso se intenta dar a conocer que hay un orden razonable en el funcionamiento de los objetos que se pueden ver y aquellos que no se pueden ver por nuestros limitados cuerpos y que gracias a la tecnología creada a partir de la ciencia se pueden estudiar.

Si las personas que lleguen a la exposición salen con estas reflexiones e incluso con dudas que le motiven a buscar una respuesta, habremos cumplido con esta misión.

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Programa de actividades

Programación Expo Ingenio El Espacio
Programación Expo Ingenio El Espacio

Sólo hemos venido a soñar

Escrito por Leticia Bárcenas González

Altar 6 /Foto: Alcides Díaz S.
Altar 6 /Foto: Alcides Díaz S.

México es un país rico en mitos, tradiciones y rituales; lleno de magia, leyendas y creencias que nos muestran una visión de la vida flexible y rica, ya que tratamos de vivir justificando cada momento, explicando cada movimiento, la lluvia, el sol… la muerte.

En el México prehispánico la muerte no era el fin de la vida, sino el camino hacia otro mundo. Según esta visión, a cada fallecimiento le correspondía un determinado lugar:

Chichihuacuauhco
Lugar del árbol nodriza, al que llegaban los niños que morían en edad lactante. El árbol se encargaría de seguir alimentándolos mientras descendían de nuevo a la tierra.

Tlaloccan
Lugar del agua o de Tláloc. Aquí llegaban los tlaloques, personas que morían ahogadas o quemadas por un rayo. A estos seres se les relacionaba directamente con la regeneración de la vida.

llhuicatl Tonatiuh
Lugar del Sol, al que llegaban los guerreros que morían en combate. Ellos acompañarían a Tonatiuh (el Sol) en su recorrido nocturno y combatirían junto a él toda la noche para que pudiera salir victorioso al amanecer, momento en que lo escoltarían las mujeres que murieron al dar a luz.

Mictlan
Lugar de la quietud o el eterno descanso, donde se encuentran todos los que mueren en forma natural. Para llegar a él había que atravesar varios sitios llamados inframundos en los que se enfrentaban situaciones de peligro. Los antiguos mexicanos no tenían la concepción de cielo ni infierno.

Apanoayan: lugar donde está el río.

Tepemehmonamictia: inframundo en el que se encuentran dos cerros tan juntos que no permiten el paso de materia alguna; aquí se iniciaba la desintegración corpórea.

Itztepetl: aquí se encontraba un cerro «erizado» de pedernales.

Cehuecayan: lugar de la nieve.

Itzehecayan: inframundo sumamente frío, donde el viento corta como navaja.

Teocoylehualoyan: aquí se enfrentaban a un tigre que les podía comer el corazón.

Apanhuiayo: lugar de agua negra, habitado por una lagartija llamada xochitonal.

Chíconauhapan: inframundo en el que se debían cruzar nueve ríos.

Al igual que en la cultura egipcia, los aztecas sepultaban a los muertos con algunos objetos de cerámica como vasijas, máscaras y figuras que los representaban, además de su ropa y enseres de trabajo para que en la otra vida pudieran desempeñar el oficio que realizaban en la tierra.

Asimismo, acostumbraban adornar respetuosamente las tumbas de sus difuntos, y las celebraciones se llevaban a cabo en fechas diferentes a las de hoy.

Altar 8/Foto: Alcides Días S.
Altar 8/Foto: Alcides Días S.

A los niños se les recordaba en la novena veintena o micailhuitontli, época de flores también llamada tiaxochimaco (aproximadamente del 8 al 28 de agosto); a los adultos en la décima veintena o micailhuic, época en que caen los frutos, conocida como tlaxochimaco (aproximadamente del 7 al 26 de septiembre).

Tal vez de ahí, la tradición de los altares alegremente vestidos con la flor cempasúchil (cempo-veinte, xochitl-flor) y ricamente ataviados con frutos de la temporada, más aún, con los alimentos predilectos de sus difuntos.

En la época de la Colonia, junto con el cristianismo, se introdujo la idea dualista del bien y el mal representados con un cielo y un infierno, así, la muerte se simboliza con un esqueleto portando una guadaña y un reloj de arena.

No obstante, esta visión fue cambiando a tal grado, que a fines del siglo XIX el mexicano José Guadalupe Posada le dio un toque plenamente lleno de humorismo. Es en ese periodo que también se inicia la publicación de los versos llamados calaveras, cuya función era ridiculizar a los personajes públicos y a la burguesía; actualmente se regalan para resaltar no sólo defectos sino cualidades y actitudes de los amigos.

Aunque parezca que todo es irreverente, los mexicanos respetamos y tememos a la muerte, hecho que se manifiesta en el culto de día de muertos.

Con la llegada de los españoles en lugar de perderse la costumbre de adornar las tumbas, se enriqueció con nuevos elementos hasta convertirse poco a poco, en artísticos altares bellamente ataviados con flores, frutos, guisos mexicanos, velas y copal. Los primeros fueron elaborados por los mismos indígenas en los atrios de las iglesias.

Altar 1/Foto: Alcides Díaz S.
Altar 1/Foto: Alcides Díaz S.

Actualmente, en la mayoría de las comunidades mexicanas se acostumbra realizar altares en los que se coloca la ofrenda. Ésta consiste en velas, agua, flores, papel picado, guisos, sal, bebidas, fruta, pan y las clásicas calaveritas de azúcar, chocolate o amaranto, las cuales llevan el nombre de los difuntos y de los vivos que se las comerán. Sin embargo, al hablar de estos altares no debemos olvidar el sincretismo que en ellos se ve representado, pudiendo interpretar de la siguiente manera los elementos que los constituyen:

Frutas, pan y guisos: representan la tierra y lo mejor de sus jugos. Simbolizan además, la alianza de vivos y muertos, más específicamente el pan, cuya levadura representa a Cristo.

Flores: embellecen y alegran el altar tanto como los cantos, ya que el día de muertos es un reencuentro con los seres queridos ausentes y no un día de dolor. En algunos lugares acostumbran hacer caminos con los pétalos de la flor cempasúchil para guiar a las almas hasta el altar.

La sal: ayuda a mantener el cuerpo para el viaje de ida y vuelta. Es también un elemento de purificación.

Agua, atole y chocolate: simbolizan el agua, fuente de vida y en la visión cristiana reflejo de la purificación. El agua pura es también símbolo del bautismo, medio por el que se inicia el camino a la vida cristiana. En cuanto a los alimentos y bebidas se tiene la idea de que el espíritu de los difuntos regresa para saborear sus platillos predilectos, absorbiéndoles la esencia.

Velas y veladoras: representan el fuego, el calor y actualmente la luz y la fe en Cristo; se cree que con ellas se alumbrará el camino que recorre el espíritu de los muertos desde el más allá, por ello es importante que cada alma tenga su propia vela. Siempre debe haber cuatro formando una cruz para orientar a las ánimas, ya que así representan los cuatro puntos cardinales.

Copal e inciensos: simbolizan las oraciones y alabanzas a Dios, pero también sirven para ahuyentar a los malos espíritus.

La campana: representa al viento. En algunas comunidades indígenas todavía se simboliza a la usanza náhuatl, con flautas y caracoles. En otras es más fuerte la influencia cristiana y se emplean esferas, que representan el ciclo cumplido, sin principio ni fin, siendo así, el camino que se recorre para llegar a Dios, dador de vida, esperanza y amor, según la visión católica.

De esta manera quedan representados los cuatro elementos de la naturaleza, incorporándoles un significado cristiano. No obstante, también existen otros componentes de nuestra ofrenda a los muertos:

Calaveritas de dulce que nos «pelan los dientes» para recordarnos lo efímero de la vida y nuestra próxima imagen; papel picado, representación de nuestro trabajo y creatividad; cruces hechas con caña que son como las “canillas” de los muertos que regresan a convivir con los vivos; imágenes de santos, fotografías, incluso algún juguetito que perteneció al niño difunto o el cigarrito y la botellita del abuelo, el esposo o el hermano.

Actualmente a los niños difuntos se les festeja el primero de noviembre y a los adultos el día dos. En algunas comunidades se acostumbra ir al camposanto y permanecer con sus difuntos mientras duran los festejos llevando comida e incluso música. En otras, el día dos llevan las flores al panteón y la comida que se puso en el altar se reparte entre los amigos y familiares.

Los niños acostumbran pedir de casa en casa parte de esta ofrenda llamándole «calaverita» o “calabacita” por lo general, acompañados de una calabaza o caja con una vela dentro y alegres dichos, como los chiapanecos:

Altar 2/ Foto: Alcides Díaz S.
Altar 2/ Foto: Alcides Díaz S.

 

 

 

 

 

«Ángeles somos
del cielo bajamos
pidiendo limosna
para que comamos»

“¿Qué dejó el almita, tía?
– ¡Qué viva la tía¡ (al recibir la ofrenda)
– ¡Qué muera la tía! (al recibir negativa)»

 

 

 

 

Por su parte, los adultos también piden su “calaverita” u “ofrenda”. En Mixquic, Distrito Federal, aproximadamente a las siete de la noche del día dos recorren las calles en pequeños grupos, tocando una campanita; al llegar a una casa piden permiso para entrar a rezar a las ánimas benditas, si la respuesta es afirmativa, entran y rezan frente al altar, al terminar sus oraciones dicen: “A las ánimas benditas le prendemos sus velitas, ¡campanero, mi tamal!”; al recibir la ofrenda tocan nuevamente la campanita.

En muchos barrios de Tláhuac, DF, desde la víspera del día primero de noviembre, las calles están iluminadas con veladoras, ya que cada familia coloca por lo menos una en su puerta, con el fin de que las ánimas no se extravíen y lleguen a tiempo para disfrutar sus alimentos.

Así, podemos seguir describiendo cómo se “festeja” la visita de los difuntos en cada rincón de México, pero este espacio es insuficiente. Los invitamos a no dejar morir esta bella tradición, pero sobre todo, a explicarles a las nuevas generaciones que ello forma parte de nuestras raíces como mexicanos y como decían los antiguos mexicanos:

Altar 3/Foto: Alcides Díaz S.
Altar 3/Foto: Alcides Díaz S.

 

 

«…sólo hemos venido a levantarnos como de un sueño,
sólo hemos venido a soñar,
no es verdad que venimos a vivir sobre la tierra.
Cada primavera en nuestro ser refresca,
y reverdece en nuestro corazón como una flor en nuestra carne,
algunas florecen y después se marchitan…”
«…¿acaso en verdad se vive sobre la tierra?
No para siempre en la tierra:
sólo un momento aquí;
aunque sea de jade se hace astilla,
también el oro se rompe…»

Luxinterna, fotografía nocturna

Colectivo de fotografía nocturna Intrínsecos
Colectivo de fotografía nocturna Intrínsecos

Por Gabriela Barrios

Al caer la noche, cuando la tarde oculta sus miradas, cuatro jóvenes se alían con el tiempo y atrapan la luz en intrísecos artificios para convertirla en su cómplice de ese viaje nocturno, para redescubrir la majestuosidad de los paisajes cotidianos.

Carla Morales, Juan Carlos Martínez, Andrea Morales, y David E. Aguilar son alquimistas que recorren en penumbra los caminos ya andados; encienden su luz interna para adentrarse al universo de sombras y formas ocultas para escribir con luz sus ideas y sentimientos.

Ellos son los integrantes del Colectivo de fotografía nocturna Intrínsecos, quienes después de dos años trabajando, han decidido darse a conocer mediante la exposición Luxinterna, en el marco del Festival Tragameluz, organizado por fotógrafos independientes.

Dicha exposición se llevará a cabo el jueves 29 de octubre, a las 19:00 horas en el Bar Café Frontera ubicado Belisario Domínguez #35, Barrio del Cerrillo, San Cristóbal de Las Casas, Chiapas. Para conocer más de esta forma de hacer fotografía, poco conocida y difundida, Desmesuradas realizó una entrevista al colectivo.

¿Qué es la fotografía nocturna?
Es una variante de la fotografía de larga exposición, pero diurna, pintar. Tienes que saber manejar los valores para capturar ya sea la vía láctea, la estrella polar, las incorporales, la estrella del Norte. Es un sin fin de conocimientos e ideas porque tienes una lámpara y la usas como un lapicero con el que puedes escribir a partir de la cámara.

Mencionaste pintar ¿a qué te refieres?
Por ejemplo, tengo la lámpara y enfoco hacia mi cámara y empiezo como a pasar trazos de luz que la cámara va captando y se va haciendo el trazo de la lámpara que tengo.

¿Cuál es la mejor hora para realizarla?
La “hora azul” que es a partir de las siete, cuando el cielo se mira azul. Los atardeceres, el ocaso. Si queremos sacar la vía láctea es a las ocho de la noche y los amaneceres.

De Carla Morales
De Carla Morales

¿Qué fue lo que los llevó a que en lugar de guardar su cámara al finalizar el día la sacaran y se pusieran a hacer fotografía de noche?

David: Este tipo de fotografía es más calmada, no hay luz, tienes que checar prácticamente todo. Desde mi punto de vista la toma es como mucho más relax. Tienes que ver, aprender a componer dentro de la luz, aprender la técnica como la hiperfocal. Es más calmada la fotografía nocturna, por la escasez de luz pones al máximo tus sentidos.

Andrea: Me encanta hacer este tipo de fotografía, siento que me puedo expresar mejor, soy más creativa. Me gusta otro tipo de fotografía pero siento que con esta puedo llevar al máximo mi capacidad para hacer lo que yo quiera.

Juan Carlos: Primero quiero dejar en claro que me encanta la fotografía y creo que eso nace a raíz del curso que tomé en línea. Desde la primera foto nocturna que vi me enamoró, es como decir “quiero saber cómo se hace”. En fotografía lo básico, lo esencial, es la luz. Y ¿cómo poder hacer una fotografía si no tienes luz? Era como un reto, era aplicar todos los conocimientos y es como una prueba suprema. La otra parte era también cómo contemplar el tiempo porque la fotografía suele ser muy rápida, en cambio en la nocturna disfrutas más el tiempo porque son exposiciones más largas y juegas más con tu creatividad, con lo que visualizas o piensas y lo transformas en la fotografía con un tiempo, ahora sí el tiempo ya está en tus manos.

Carla: Como colectivo en general hemos de ser un poco antisociales (risas). El hecho de hacer fotografía nocturna te hace estar concentrado y conectado contigo mismo para que te pueda salir bien la foto. Puedes hacer muchos intentos y es mucha pérdida de tiempo también, porque al hacer largas exposiciones lo primordial es el tiempo, el manejo de la luz y todos los principios en la fotografía nocturna se remarcan más porque tienes que tener muy buen manejo de la luz, del encuadre, del enfoque. Muchas veces ya estando en la cámara uno puede checar sus fotos y uno cree que está bien pero una vez que llegas a casa o al estudio y chechas y la ves más en grande te das cuenta que no te salió nada. Creo que tener el control de eso te hace conectarte con todo el conocimiento que puedes tener de la fotografía. Me refería hace rato al hecho de que hemos de ser antisociales porque precisamente es la fotografía que se hace a solas aunque estemos en grupo, cada uno escoge su momento y a lo mejor compartimos cierta cantidad de luz pero nuestros encuadres y las tonalidades que nosotros manejamos al momento de hacer la toma ya depende de cada uno y a diferencia de cuando haces retrato o fotografía deportiva, que la velocidad es demasiado rápida, en esta tienes que tener mucha paciencia.

¿Son muy pacientes?
(Risas) Tratamos, aunque a veces explotamos.

De David E. Aguilar
De David E. Aguilar

Por ahí leí una frase de Mario Bellatín que decía “Nunca se ve tanto como cuando no se puede ver ¿pasa eso en la fotografía?
Creemos que sí porque escogemos los lugares sin luz, muchas veces para decidir cómo los vamos a iluminar o para ver el efecto que nosotros le queremos dar al espacio y enmarcarlo, fotografiarlo con una perspectiva diferente a la que estamos acostumbrados. Podemos estar casi en completa oscuridad pero a la vez estamos ya pensando cómo le vamos a hacer para  iluminarlo o para dibujarlo, entonces el remarcar un espacio o un objeto con la iluminación y el color que queremos, con la temperatura que utilizamos en la cámara hace que le demos otra dimensión u otro aspecto a un espacio que puedes estar en lo cotidiano acostumbrado a ver de manera diferente.

¿Qué han redescubierto en ese andar?
El hecho de explotar todo lo que sabes de fotografía, darle misticismo a las fotos, darle contraste, además aprendes de quienes están a tu alrededor. En lo personal -menciona Karla- ha sido algo que me ha llenado, puede que yo supiera lo básico de este tipo de fotografía pero el ir descubriendo y el ir experimentando ha sido lo más valioso de este tiempo que llevamos juntos. Además que ha habido precisamente eso, el compañerismo de decir: a ver y si le metemos luz aquí, si le metemos luz allá y no sólo el hecho de decir: yo solito le voy a meter luz aquí y no involucro a los demás. Ha sido un trabajo en equipo y a la vez muy individual, aunque suene contradictorio.

¿Desde cuándo se dedican a esta forma de fotografiar?
En noviembre del 2013. Ahí empezamos la mayoría y poco a poco fuimos integrándonos todos. Empezamos en pañales con una sesión que no muy salió y después con la práctica hemos ido mejorando aunque apenas estamos en el principio de este camino.

Después de dos años de realizar fotografía nocturna ¿cuál ha sido el principal aprendizaje?
Hemos aprendido en tutoriales y videos, hemos tomado pequeños cursos pero aún así a la hora que llegas a la práctica puede que no sepas algo, simplemente nos lo preguntamos y ahí sale entre todos. Y conocernos un poco más. Es difícil trabajar en equipo pero el hecho de que tienes que estar muy en calma, muy en paz en ese momento ha ayudado mucho.

De Andrea Morales
De Andrea Morales

¿Qué han redescubierto en su entorno con la fotografía nocturna?
Una forma distinta de ver; por ejemplo: mi casa -comenta David- he hecho fotografía nocturna cuando se ha ido la luz en mi colonia, me pongo con mi cámara, el cielo está estrellado y ya estoy dándole otra perspectiva de ver mi casa. Sería el cambio de panorama que se tiene en la cotidianidad.

¿Y en su interior?
David: Cuando hago fotografía nocturna me siento más calmado más relajado, más enfocado en lo que estoy haciendo.

Andrea: Me ha hecho más paciente (risas) porque soy una persona muy desesperada. Con lo que hemos hecho me he controlado bastante en ese aspecto. Sólo en la foto me pueden mantener tranquila (risas).

Juan Carlos: Me remonto al tiempo y a la paciencia más que nada. Vivimos en un espacio en donde todo es así rápido, rápido, rápido. Al hacer fotografía nocturna me hace disfrutar el tiempo al máximo, a contemplar mejor las cosas, puede ser una cosa muy simple pero dedicarle tiempo, encontrar un encuadre mejor o resaltar algo que no puede decirse en el día con la vida que llevamos, lo valoro.

Carla: Ya de por sí con la fotografía te vuelves muy observador, pero creo que con la fotografía nocturna lo eres más y como vas pensando en posibles lugares en cómo hacerle todo el tiempo vas tratando de imaginarte cómo puede ser de noche; claro muchas veces nos hemos decepcionado porque ha luz cuando llegamos a un lugar no es como la queríamos, pero el hecho de también seguir buscando espacios y momentos nos ha hecho mucho más tolerantes porque podemos también plantearnos un día, un momento y no se da, tenemos que esperar.

¿Cuando decidieron hacer un colectivo?
Hemos visto que en España y en la zona del Norte de México se están haciendo pequeños grupos que comparten fotografía nocturna pero en la zona Sur no se ha hecho un colectivo.

¿Y por qué se denominan Intrínsecos?
Intrínseco es algo que no se tiene que explicar, se da a entender por sí mismo. Entonces al mostrar lo que hacemos, tal vez no sepan cómo lo hacemos, pero no tienes que explicar, es preferible observar lo que tratamos de decir con las fotos a explicar lo que queremos hacer.

De Juan Carlos Martínez
De Juan Carlos Martínez

 

¿Cómo es la dinámica de trabajo?
Depende de los tiempos y actividades de cada uno, tratamos de salir una vez a la semana, muchas veces no lo logramos por las cuestiones del clima y de trabajo pero sino logramos, tratamos de que sea una vez cada quince días. Por lo menos vamos de tres a cuatro horas. Nos citamos a las seis para ir a la locación y terminamos como las nueve.

¿Cuál ha sido el mayor obstáculo que se han enfrentado en este trabajo?
Hemos ido a lugares a intentar tomar fotos y en una comunidad nos pidieron una cuota de un refresco para cada uno de los habitantes del lugar y salía muy caro. Ahora se puede pagar 500 pesos para tomar fotos ahí, pero sigue siendo muy caro, para algo que es por afición.

¿De qué se trata la exposición Luxinterna?
Tenemos la intención de darnos a conocer como colectivo y estamos por presentar nuestras imágenes en distintas redes sociales y páginas de fotógrafos; parte del impulso es participar en el Festival Tragameluz, organizado por fotógrafos independientes. Consideramos que ya teníamos material suficiente como para montar una exposición aunque sólo serán 16 fotos las que presentemos. Que esto sea como el arranque de lo que en realidad venimos soñando desde hace un rato y podamos llevar la expo a otro lugar.

¿Qué sigue de la exposición para Intrínsecos?
Queremos empezar a posicionarnos en las redes sociales, además tenemos un proyecto guardado que nos gustaría que fuera en favor de San Cristóbal; obviamente, nos gustaría que fuera remunerado porque eso nos permitiría comprar material para explotar más aún la fotografía nocturna.

 

 

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En Corto

Luz: Larga exposición
Noche: Vía Láctea
Oscuridad: Lienzo
Velocidad: Larga exposición
Tiempo: Paisaje
Sombra: Arquitectura
Enfoque: Todo
Colectivo: Conjunto

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Adiós a Hugo Gutiérrez Vega

Hugo Gutiérrez Vega/Foto:María Auxilio Ballinas
Hugo Gutiérrez Vega/Foto:Mariauxilio Ballinas
Hugo Gutiérrez Vega/Foto: Mariauxilio Ballinas

Dame tú lo que el viento no me ha dado.
Se revuelve la sangre en el anhelo
de un país que nunca se precisa.
Recorrer los caminos,
las ciudades de noche,
pasar la tarde sentado junto al río
y después caminar,
redescubrir las calles olvidadas,
pensar que se regresa y saber luego
que la calle ha cambiado.

Hoy me despierto y la desolación,
pequeña como flor,
yace en la almohada.
Todo se va perdiendo.
Agradezco las noches que me han dado,
me inclino en la mañana
y agradezco estos rayos de sol,
pero sé que en la puerta
algo se habrá perdido,
«el esplendor tan encendido antaño»
se ocultará en la sombra,
y aquel muro ya sólo será un muro.
Han perdido las noches su misterio,
su eléctrico silencio,
los rumores de algo que nos espera.
Si fueran mías de nuevo
ya no las dejaría,
pero no lo serán.

En el salón los rayos de la luna
ya no anuncian el triunfo sobre el hueco.
El ser que ya no fui no se lamenta,
no se destroza, no hay desgarramiento.
La retirada se hunde
en un silencio antes desconocido,
la mañana se abre y ya camino
sabiendo que no iré a ninguna parte.

¿En dónde están los pájaros marinos?
¿Dónde la playa,
el cuerpo perseguido a la orilla del mar?
Sólo unas voces en el aire extraño
aplastan mi deseo,
el fatigado rostro de la hoguera
para siempre apagada,
la antigua exaltación hoy hecha trizas,
y este gusto de cal entre las fauces.

¿Regresará la antigua maravilla?
El espejo lo niega,
los conjuros no rompen
la superficie muda,
en su agua mansa flota
una cara cansada.

Y tengo entre mis manos
las naranjas del dia;
¿podré gozar su jugo incandescente,
su fresca carne,
la gentil caricia
de sus gotas de lluvia
en la garganta?,
¿podré volver al prado
donde enciende sus fiestas el verano?

Amaneció en la almohada
una desolación tan pequeñita
como una flor de libro;
encendió la mañana
sus luces enemigas.
Tiemblo sin exaltarme.
Estoy seguro de que mis huesos,
flautas antes llenas
del aire de la vida,
resentirán el frío.
Tal vez el sueño o la humildad,
o tal vez el desprecio
o la compasión tibia,
reemplazarán el exaltado amor.

Entre mis manos
se están poniendo oscuras
las naranjas del día.

Dormir debemos una noche eterna   – IV  – / Hugo Gutiérrez Vega
Poemario: Cuando el placer termine. Ed. Joaquín Mortiz. 1977
Premio de Poesía Aguascalientes 1976

Eraclio Zepeda, el más importante cuentista y cuentero chiapaneco

Fragmentos de Eraclio Zepeda

Fragmentos de Eraclio Zepeda

Hablar de la figura de Eraclio Zepeda, de lo que representa para el cuento chiapaneco, es una tarea titánica ya que no hay punto de partida ni punto final, este escritor a lo largo de su vida se dedicó a crear historias de una manera magistral y compartió muchas otras de forma oral, una forma oral única, que atrapaba y aunque se deseará no podía dejar de esucharse y sentirse como un niño divertido ante tanta fantasía.

“Tengo un gran interés por la oralidad, soy cuentista y soy cuentero, también en mi literatura escrita creo conservar las tonalidades de la lengua oral, pero se equivocará enormemente aquel que crea que estoy imitando la lengua oral; no, la estoy inventando”, palabras de Eraclio Zepeda en entrevista.
En Desmesuradas nos hemos dedicado a la tarea de buscar distintas voces que hacen referencia a su valioso trabajo, en diversos foros; este es el resultado, que sin duda alguna son mínimas, tomando en cuenta la basta trayectoria que el querido Laco, tuvo en su haber.

 

“Por todos los colegas y discípulos del maestro Eraclio Zepeda que siempre recibieron la mirada generosa de quien mucho contribuyó a fortalecer sus propias trayectorias; por los miles y miles de lectores que gracias al acercamiento a su narrativa descubrieron mundos que nunca se habían imaginado; por los miles y miles de lectores que todavía están por venir, en nombre del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), hoy celebramos tu vida, agradecemos tu obra y te reconocemos como un gran protagonista de la literatura mexicana”.

Teresa de Vicencio Álvarez

 

“Quien no haya leído los cuentos de Eraclio Zepeda se ha perdido de una de las experiencias más gratificantes de la narrativa mexicana contemporánea… Eraclio Zepeda practica la poesía, el cuento, la novela, pero la parte más destilada de su trabajo se logra a través de su narrativa y muy particularmente de sus cuentos. Dueño de un fino oído que le permite reproducir y recrear el habla popular como Juan Rulfo, a su manera, logra enriquecer sus páginas con diálogos, giros, expresiones, dichos y dicharachos, mismos que son perfectamente identificables como parte del español que se habla en Chiapas, aunque ya transformada y recreada por la veta poética de Zepeda».

Hernán Lara Zavala

 

“Ha contado historias de prodigio que creímos se las llevaría el viento, pero un buen número quedaron en sus libros. Eraclio, a sus 75 años de edad, no se ha cansado de dar instantes de felicidad a quienes lo leen u oyen y a quienes lo escuchamos con el asombro de la primera vez… Es una de las figuras más queribles del medio literario mexicano… Fabulador irresistible, contaba oralmente –ha contado– miles y miles de historias… El mundo hubiera sido menos mágico –sería menos mágico– sin Eraclio Zepeda».

Marco Antonio Campos

 

“Los relatos divididos entre una Tuxtla mítica y un Distrito Federal que insistía en tragarnos, los relatos de Laco daban sentido final a un Chiapas hecho con baños de mar, bebida de pozole en Chiapa, todo lo que la ciudad no nos podía dar y sigue sin podernos dar. Laco siempre ha dicho y hecho al mundo, la verdad es un estilo de vida”.

Gustavo García

 

“Eraclio Zepeda no ha dejado de ser el niño que tiene una respuesta para todo”.

Vicente Quirarte

 

“Zepeda salva la monotonía gracias a su notable capacidad inventiva y a la importancia que da a la anécdota… La permanencia en Eraclio Zepeda de la voz y la fantasía populares es visible, más allá de eventuales incursiones en otros mundos. Quienes han escuchado sus numerosos cuentos orales, inexplicablemente no escritos a la fecha, saben que ese sabor popular es su gran característica… Referir hechos insólitos y sorprendentes es su principal tarea. Ello lo sitúa entre los escritores de hoy que, ante excesos formales vanguardistas, han vindicado la anécdota y recuperado el papel esencialmente recreativo de la literatura”.

Jorge Von Ziegler

 

“Eraclio Zepeda es sin duda uno de los más grandes escritores que México ha tenido en los últimos 50 años, y en esta novela su calidad queda de manifiesto”.

Humberto Musacchio

 

«Sin duda, la obra narrativa de Eraclio Zepeda Lara constituye, sin proponérselo, uno de los conjuntos más característicos de la literatura de Chiapas».

Rómulo Cose

 

«Zepeda tiene más facetas que la luna y es, también, cuentero extraordinario cuya obra es fundamental para el país».

Hugo Gutiérrez Vega

 

Desmesuradas rinde este pequeño homenaje a su memoria y les invitamos a disfrutar esa peculiar manera suya de contar las historias, en su propia voz, con los audios que el equipo de www.archivosonoro.org registró en diversas ocasiones:

1.-En el 2008 en el Auditorio del Campus Humanidades de la Universidad Autónoma de Chiapas, Tuxtla Gutiérrez, Chiapas:

https://www.archivosonoro.org/?id=192

2.- En el 2008, en el Teatro Daniel Zebadúa de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas:

https://www.archivosonoro.org/?id=212

3.-En el 2011, durante el 5º Festival Internacional de Poesía Jaime Sabines se presentó el escritor Don Eraclio Zepeda con un cuento de reciente creación El Turco:

https://www.archivosonoro.org/?id=391

 

La culpa es de uno

Foto: Leticia Bárcenas González
Foto: Leticia Bárcenas González

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Quizá fue una hecatombe de esperanzas

un derrumbe de algún modo previsto,

ah, pero mi tristeza sólo tuvo un sentido,

 

todas mis intuiciones se asomaron

para verme sufrir

y por cierto me vieron.

 

Hasta aquí había hecho y rehecho

mis trayectos contigo,

hasta aquí había apostado

a inventar la verdad,

pero vos encontraste la manera,

una manera tierna

y a la vez implacable,

de deshauciar mi amor.

 

Con un solo pronóstico lo quitaste

de los suburbios de tu vida posible,

lo envolviste en nostalgias,

lo cargaste por cuadras y cuadras,

y despacito

sin que el aire nocturno lo advirtiera,

 

ahí nomás lo dejaste

a solas con su suerte que no es mucha.

 

Creo que tenés razón,

la culpa es de uno cuando no enamora

y no de los pretextos

ni del tiempo.

 

Hace mucho, muchísimo,

que yo no me enfrentaba

como anoche al espejo

y fue implacable como vos

mas no fue tierno.

 

Ahora estoy solo,

francamente solo,

siempre cuesta un poquito

empezar a sentirse desgraciado.

 

Antes de regresar

a mis lóbregos cuarteles de invierno,

con los ojos bien secos

por si acaso,

miro como te vas adentrando en la niebla

y empiezo a recordarte.

 

Mario Benedetti
(14 de septiembre de 1920, Uruguay – 17 de mayo de 2009, Uruguay)

Sirva esta publicación como un pequeño homenaje a un gran poeta, en el aniversario de su natalicio…

De la vida real

Zapatillas Estrella / Foto: Galatea Xalli
Zapatillas Estrella / Foto: Galatea Xalli

No pongas mi nombre, escribe que me llamo Estrella. Yo empecé en este oficio a los 19 años y como muchas, por falta de dinero. Soy salvadoreña, me vine de mi país con la idea de llegar a los Estados Unidos, como me robaron mi dinero busqué trabajo aquí en México, pero en todos lados es lo mismo, sólo buscan aprovecharse de ti, de tu cuerpo. Una vez conocí a una señora que me dijo: Mira muchacha, eres joven y si te vas a acostar con cualquier pendejo, nomás porque te deje dormir o te de una tortilla, estás desperdiciando tu juventud, cóbrales, tal vez pa’ irte a los ‘yuneis’. Y ella me conectó con otras dos muchachas que ya trabajaban en esto.

Es duro, muchos creen que nos la pasamos muy bien porque nos ven tomar y reír pero no saben que tenemos que tomar para soportar a los clientes, yo creo que uno nunca se acostumbra a esto. Además, hay gente muy maldita y muy loca, una vez me tocó un cliente que quería oler mis calzones mientras estaba conmigo, y otro que me agarró a madrazos, que porque me parecía a su hermana, pero por lo menos lo estoy contando. Una vez conocí nomás de vista, a una muchacha como de veintidós años que le decían la Güera, estaba bonita… la encontraron muerta en las afueras de la ciudad, seguro que la mató un cliente porque le dejaron dinero dentro de su pantaleta”.

Mira cuando eres joven y bonita puedes cobrar hasta 200 pesos, bueno las que trabajamos en la Zona, dicen que las trabajan en la ciudad en esos centros dizque de masajes cobran hasta mil pesos… cuando tienes más de treinta años o haz tenido hijos o simplemente tu cuerpo ya no les gusta, no nos queda más que pedir de 30 a 50 pesos, aunque algunos borrachos terminan dándonos 25.

Por fin me convencí que nunca iré a los Estados Unidos, pero a mi familia le digo, cuando le llego a escribir que estoy bien en México, pero que no los puedo traer porque vivo con unas amigas y el cuarto es muy pequeño.

¿El amor? yo ya no creo en esas cosas, cuando una trabaja en esto, ya nadie te quiere, tal vez algún cliente que se siente muy sólo te propone matrimonio cuando está borracho, pero en su juicio ninguno.

Ja ja ja ja, ¿Erotismo? ¿qué es eso? Aquí no se andan con pendejadas, a lo que vienen, vienen.

¿Arrecho? Aquí dicen que son los hombres como… muy locos, calientes, que andan con una y con otra. ¿Las mujeres? claro, nomás que a esas les llaman putas.

Sabor a mí

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Pintura de Fernando Botero

Querido:

Desde la primera vez que te tuve enfrente y percibí tu aroma supe que no podía vivir sin ti. Te convertiste en mi manjar preferido a la hora de la comida, de la cena, del almuerzo y hasta del desayuno. Te disfruto con crema, con salsa, con albahaca y laurel… hasta con chocolate.

Me encanta esa forma, tan tuya, de enredarte, como invitándome a llevarte a mi boca, donde tu cuerpo, uniforme y resbaladizo, me produce un gran placer. Muevo mis dientes lo más suave posible, para no lastimarte e imagino cómo me recorres hasta llegar a mi estómago. Ahí detengo mis fantasías, no quiero pensar lo que sigue. En lugar de ello, me emociono con la siguiente ración de ti.

Conforme pasa el tiempo más te disfruto; al principio una vez al día, después dos, luego tres, ahora ya mejor ni las cuento.

Lo extraño de todo esto no es que sólo pienso en ti, sino que entre más placer me das, más cambian las cosas a mi alrededor: mi ropa a hacerse pequeña y mis zapatos demasiado angostos; las sillas también se reducen y qué decir de mi cama. Además, a la gente le ha dado por poner puertas cada vez más estrechas en las casas, comercios, oficinas y especialmente en los restaurantes.

Poco a poco he ido saliendo menos de casa, pues al caminar por la calle las personas se acercan demasiado a mí y en el transporte público, cuando logro subir, me cobran doble pasaje…

Por eso hoy mejor llamé por teléfono al restaurante de la esquina. No entiendo por qué les extraña que les llame tantas veces.

Oh, querido, no sé qué me ocurre, mi vientre parece un globo recién inflado, mis piernas y mis brazos se han vuelto tan pesados que no los puedo mover. ¿Está temblando? ¡Todo gira! Seguramente esto es sólo un mal sueño, enseguida despertaré e iré a buscarte. ¡Qué calor! siento que me falta el aire…

Querida:

Aún recuerdo nuestro primer encuentro, fue un momento inolvidable en la vida de ambos. Recuerdo con qué delicadeza tus manos delgadas, como diosa, con tus uñas de rojo carmesí detenía un instrumento metálico y me tomabas en él, como suaves caricias.

Fueron momentos de locura a tu lado; sobre todo al introducirme a tu cavidad húmeda, que me ponía blandito de la emoción, al ser desgarrado en tus dientes y caer derretido en tus jugos.

Sé que a partir de ahí no pudiste alejarme de tu vida, te pertenecía, fui tuyo noche y día. Cada vez querías más y en grandes cantidades. De alguna manera tenía que agradecer ese gran amor. Así que mi esencia y voluptuosidad fueron embelleciendo más tu cuerpo.

Dices que el mundo cambió, que las puertas y tu ropa se hicieron pequeñas. En verdad no fue así, tú eras la que te volviste más grande, magnífica, hermosa.

Tus manos más gruesas, como las de las musas de Botero, tomaban con la misma pasión que la primera vez mi cuerpo, al que llevabas a tu gloriosa boca. Te quería así y entre más inmensa mejor. Veía tu figura ir de acá para allá, buscando complementos para que nuestro gozo fiera más intenso.

Nuestra unión parecía eterna, hasta el día que te convenció ese hombre vestido de blanco que me abandonaras, porque según él tu salud estaba en peligro. Mentira, lo que pasa es que no podía soportar que me amaras.

Te vi cabizbaja todo el día, vi tus lágrimas cuando llamaste al restaurante buscándome. Disfruté la ternura con que me preparaste. Me sentí realmente halagado. Sentí además que nuestro amor crecía.

Pero escuché algo que no pude soportar: -Éste es el último encuentro. Me dolió tanto que redoblé mis esfuerzos para seducirte y tú ya no pudiste parar. Estuvimos juntos todo el día.

De pronto me vi abandonado. Caíste abrazada a tu vientre, sudabas. Luego tu hermoso cuerpo quedó inmóvil. Palideció.

Siempre tuyo, El espagueti

Cuento realizado por Leticia Bárcenas González y Gabriela G. Barrios García. Publicado en el Suplemeto cultural Paralelo 16, el 6 de noviembre del 2006.

Es maravilloso que disfrutes tu trabajo y que vivas de eso: Max Aguilera

 

Leticia Bárcenas González / Gabriela G. Barrios García

¿Cómo nace una pasión? ¿Cómo se empieza a vivir con ella? ¿Se puede vivir de esa esa pasión? Preguntas difìciles de contestar para la mayoría de nosotros, que quizá nos vemos obligados a guardar nuestros sueños en un cajón, para sobrevivir en el tiempo y espacio que nos ha tocado habitar, pero sencillas para aquellas personas que poco a poco, lentamente, han logrado no sólo cumplir sus anhelos sino dedicarse profesionalmente a eso que les apasiona, como es el caso de Max Aguilera, uno de los más destacados intérpretes de Juan Gabriel en Chiapas.

Te quiero tanto, tanto, tanto, que te doy tu libertad…

Max Aguilera nos abrió las puertas de su hogar para hablarnos de su admiración y dedicación a uno de los artistas que más imitadores e intérpretes ha tenido a lo largo de su historia profesional: A Juan Gabriel lo admiro mucho y me identifico con él porque realmente es un artista que tiene mucho que dar, que ha dado tanto a nuestro país, que ha compuesto tantas canciones, ¿quién no se sabe una canción de Juan Gabriel?

Es un artista que sabe llegar al corazón de la gente, creo que por eso lo quieren tanto. Aparte el respeto que proyecta. Además de identificarme mucho con él, la voz que tengo es un privilegio que la vida me dio, aunque no lo sabía realmente.

En la primaria Max sobresalía en puntuación y conocimiento, en dibujos, en la elaboración de periódicos murales, le gustaba participar en bailables, hacer títeres, tenía siempre la creatividad para hacer cosas artísticas. Sin embargo, es licenciado en Administración de EmpresasTurísticas. Ante eso, nos salta una duda:

Si desde niño estabas en esto, ¿por qué elegiste Administración de Empresas Turísticas  y no algo más afín al arte?
Estudié Administración porque en mi época de estudiante, en mi pueblo no había escuelas para estudiar música; así que me adapté a las posibilidades que había pues mi mamá era la única que me apoyaba, ella vendía en el mercado.

Mi mamá ya falleció. Fue una persona muy humilde, tenía un puestecito en el mercado y me apoyó en lo que pudo. Cuando vine para Tuxtla tenía como 26 años, en ese tiempo mi mamá con lo único que me pudo apoyar fue con una cajita de totopos con camarón y queso, me dijo: “Mi´jito es lo único en lo que puedo apoyarte porque no tengo más”. Ay mamá –le dije- no te preocupes, ¡yo con eso tengo!
Aquí empecé de cero, rentaba un cuartito por la 5ª Oriente y gracias a Dios la gente empezó a fijarse mucho en cómo cantaba. Y en ese tiempo no pensaba en dedicarme a esto para nada.

¿Tu mamá te vió como intérprete de Juan Gabriel?
Claro que sí, tuve la fortuna de que me viera mi madre. Fue la persona más orgullosa.

Poco a poquito me fui enamorando, no pude evitarlo…

¿Cuando viniste a Tuxtla, ya tenías la idea de trabajar en administración o ya venías a cantar?
No, yo vine aquí a terminar mi carrera y a sentarme en una oficina a ejercer mi profesión, ese era mi objetivo. Pero lo artista uno ya lo trae.

¿Qué fue lo que te motivó a dedicarte al espectáculo en vez de tu carrera?
Traía lo artista desde niño, pero aquí fue el parteaguas para darlo a conocer, entonces dije yo de aquí soy (risas). Parece mentira pero me empezó a ir muy bien gracias a Dios, me sorprendí mucho.

¿Cómo fue la primera vez que te diste a conocer como intérprete de Juan Gabriel?
Ya me gustaba mucho cantar su música, pero aquí me di a conocer precisamente en los festivales que hacían en la universidad. Muestras, cumpleaños de los maestros, todo ese tipo de cosas y no sé cómo llegó a los oídos de todo el alumnado, pero decían: Allá hay un chico que canta muy bonito.

¿Cantabas otras canciones o sólo de Juan Gabriel?
No, siempre Juan Gabriel. En la Universidad había alguno que otro de mi pueblo, de Tonalá, y todo por allí que ya me habían escuchado cantar. En una de esas el maestro me dijo: Tienes que cantar, me han dicho que cantas muy bonito. ¡Y yo con los nervios! No me hagan esto decía yo (risas), es que no es lo mismo, vengo de mi pueblo y aquí me da no sé qué.

¿Y allá ya cantabas?
Cantaba en la prepa, en cumpleaños, pero no me dedicaba a eso; no era mi profesión, era como hobby. No es lo mismo estar en en un pueblito, a venir a una capital, aquí vienes así, con nervios.

¿Cómo fue esa primera vez que te enfrentaste al público ya fuera de la escuela, qué sentiste?
La verdad no sentí nervios porque estaba muy seguro de lo que quería hacer y la primera oportunidad me la dieron en el Hotel María Eugenia, en el Bar El Nucú. Yo tenía 28 años.

Cuando vine a audicionar el gerente inmediatamente me contrató, dijo: Este chico canta precioso, estás contratado, presentante a trabajar desde mañana.

El tipo de público que asistía al Bar El Nucú era más de turistas, venían de Veracruz, de Guadalajara; de Tuxtla era muy poca la gente que me veía en el bar. Pero ustedes saben que un buen trabajo repercute y decían: Allí hay un chico que canta muy padre, y empezaron a darme tarjetas para ir a conocer los bares y restaurantes. A partir de entonces, esto se hizo una bola de nieve y ya no lo pude controlar.

Te amo, te respeto, te agradezco tanto amor…Yo quiero ser igual que tú…

Max Aguilera / Foto: Desmesuradas

Regresando un poquito a tu niñez, según supimos que desde pequeño te llamaba la atención el canto, cuéntanos alguna anécdota de esa etapa de tu vida.
Siempre me llamó la atención Juan Gabriel. En ese tiempo, me acuerdo que los únicos concursos de canto eran los de fonomímica, en los que imitabas a tu artista favorito, yo no cantaba sólo movía la boca. La gente que miraba que lo hacía bien, me prestaba un saco, un pantalón, unos zapatos, para armar el vestuario más o menos de Juan Gabriel y allí empecé a concursar.

Lo curioso era que los chavos que organizaban esos eventos, lo hacían nada más por desmadre y cuando había ensayo el primero que llegaba –hasta una hora antes- era yo, y allí estaba, sentado en el sol; a veces ni llegaban y no me importaba. Me preguntaban porqué sacrificaba tantas cosas, les respondía: Es que yo quiero estar bien, quiero que ustedes me enseñen.

Cantaba yo en el baño y tenía unos vecinos que decían: ¡Callen a esa chinaca! ¡Ya cállenla por favor, ya me tiene hasta acá! (Risas). En el baño empecé a cantar, era el único lugar en que me podía explayar porque en la casa o en la calle me daba pena y la gente se quedaba de a seis cuando yo cantaba. Eso es un dato curioso que tengo de mi niñez.

Desde allí se me fue abriendo la voz. De niño también componía canciones porque esa es otra de las cosas que hago, ese es un  talento que traigo desde pequeño. Hasta ahora lo estoy dando a conocer porque ya grabé mis canciones. ¡Uno no sabe hasta dónde puede llegar! Me han hablado para que otra gente me grabe a mí.

Tú estás siempre en mi mente…

¿Tú compones la letra y también la música o sólo la letra?
Las dos cosas.

¿Eres empírico en las dos?
Sí, empírico en las dos cosas.

¿Cuánto tiempo le dedicas a tu música?
En un principio componía canciones así nada más pero me he dado cuenta que no es tan fácil, me lleva tiempo, días. Ahorita, por ejemplo, una chica me pidió canciones para grabar en su nuevo disco con el que se va a proyectar, se llama Gabriela Mijangos.

¿Qué tipo de música te gusta componer?
Me identifico mucho con la música regional mexicana, José Alfredo Jiménez, Juan Gabriel, Armando Manzanero, con ese tipo de composiciones y al igual que ellos  trato de utilizar palabras comunes para que cualquier gente lo entienda.

Ahora hablemos de tu nombre, ¿por qué Max Aguilera?
Mi nombre real es Marciano Chiña Marín, mis apellidos porque mis padres son del Itsmo de Tehuantepec y el Aguilera es como un homenaje a Juan Gabriel. Como mi nombre no está tan bonito no me puedo poner Marciano Aguilera.

Cuando vivía en México a mis compañeros no les gustaba decirme así, entonces me decían Max y de ahí comencé a usar Max todo el tiempo. En Tuxtla, una chica que trabajaba en El Nucú me decía: Max está muy corto, no suena bien, ponte un apellido y qué mejor apellido que el de Juan Gabriel, que es mi ídolo, y creo que el nombre ha funcionado.

¿Quién ha sido la persona que más ha influido en tu carrera?
Definitivamente Juan Gabriel, es un ejemplo a seguir no solamente como artista, sino como ser humano también. Él sabe quiénes son sus imitadores. A través de un chat me platicó que le gusta que lo imiten pero una de las cosas que no le gustan es que lo ridiculicen. Yo me sentí un poquito mal cuando me empezó a preguntar cosas por el estilo, hasta que me dijo: ¿Tú cantas o nada más haces payasadas como los demás? Porque es una de las cosas que a mí no me gustan. Yo respeto mucho el trabajo de todos ¿pero tú realmente cantas con tu voz o nada más haces playback y haces payasadas como los otros imitadores que tratan de ridiculizar mi trabajo? Le dije que sí cantó y me pidió pruebas. Ya le mandé videos y canciones de las que yo he compuesto y ¡cuaz! se quedó de a seis, eso es de las cosas muy bonitas que me han pasado.

¿Cuando platicaste con Juan Gabriel no viste la posibilidad de que se conocieran en persona?
No, todavía no ha surgido ese privilegio pero claro que yo siempre le digo que se dé la oportunidad y me ha dicho que sí, que con mucho gusto.

¿Cuando ha venido a Chiapas has intentado ir a verlo?
He intentado pero por cuestiones de trabajo no he podido, esa es de las cosas que no he sacrificado quizá por tonto. Él es un señor que su amistad se la brinda a todo mundo, pero por lo mismo de su trabajo se complica un poco.

¿Qué le dirías si lo tuvieras en frente, si lo conocieras en persona?
Lo he visto en conciertos. Si lo tuviera en persona le manifestaría toda mi admiración, le agradecería  tantas cosas bonitas que yo he logrado gracias al artista que es y que se diera la oportunidad de hacer algo juntos, no sé a lo mejor de coro, de lo que sea, pero eso es lo que yo quisiera manifestarle: toda mi admiración pero sobretodo unir nuestros talentos y que se dé cuenta que también aquí en Chiapas hay artistas de primer nivel.

Abrázame que el tiempo pasa y él nunca perdona…

Max Aguilera / Foto: Desmesuradas

¿Cuál es tu canción favorita de Juan Gabriel?
¡Muchas!, pero con una de las que más me identifico es “Abrázame muy fuerte”. Disfruto muchísimo cantarla, no lo puedo evitar, me conmueve mucho.

¿Cuánto tiempo te lleva preparar y adaptar una interpretación?
Como es mi ídolo no me cuesta mucho, incluso no ensayo. Antes sí ensayaba, en la actualidad no. Lo que sí practico mucho son las canciones, haz de cuenta que las escucho dos, tres, cuatro veces y se me quedan muy pronto, tiene mucho que ver que te guste el artista.

Juan Gabriel no es el único artista que admiro, también a los grandes compositores como José Alfredo Jiménez –mis respetos para él-, José Luis Perales. Su forma de componer tan perfecta de los grandes es mi escuela, son con los que trato de estar.

Aparte de tu show y tu carisma en el escenario, tu vestuario es algo que llama la atención. ¿Tú lo diseñas o tienes algún asistente?
Yo lo diseño. Me gusta agradar a la gente, que se lleven un buen sabor de boca de mi trabajo. Veo los vestuarios de Juan Gabriel, veo cómo se proyecta. Lo que me queda trato de acomodarlo a mi medida, a mi cuerpecito, que se me vea bonito.
Imito muchas cosas de él pero más que un imitador me considero un buen intérprete de Juan Gabriel, entonces la mayoría de ropa que yo tengo es de mi creatividad.

¿Y los zapatos?
(Risas) Los zapatos los mando a hacer porque soy de estatura bajita y trato que se vean lo más parejo que se pueda. Cuido todos los detalles, un anillito, una cosita aquí (señala su cuello) que combine. Todo que se vea impecable, la gente disfruta mucho eso.

Yo seguiré tratando ser mejor… y sonriendo haré las cosas con amor

¿Si no te dedicaras a esto a qué te dedicarías?
¡A mi profesión! Estudié Licenciatura en Turismo y me dedicaría a eso. Me gustan las ventas también. Antes de estudiar Turismo o cantar, enseñaba vals, hacía piñatas, vendía libros, siempre fui creativo en ese aspecto.

¿Te consideras un triunfador?
Por el hecho de haber nacido, de tener trabajo, de tener salud, de estar bien, sí, yo creo que es un triunfo.

¿Cuál consideras que ha sido la clave de tu éxito?
Mi disciplina. Porque en este ambiente conoces de todo, no me espanto por nada pero me han ofrecido muchas cosas para que me descarrile y no. De repente, cuando tengo tiempo me echo mis copillas porque es normal pero hasta cierto límite, primero mi trabajo. Sí tengo una disciplina en esto.

¿Entonces no tomas en tu trabajo?
No, para nada, porque aparte, cuido mucho mi voz. El cigarro y el descuidarse con el alcohol es matarte. Además, una de las cosas que trato de cuidar mucho es esa parte de que soy figura pública, no puedo darme ese lujo. Me invitan, sí, pero no lo puedo hacer porque se te pasan las copas y ya no sabes qué onda.

¿Cuál ha sido lo más difícil a lo que te has enfrentado en tu carrera?
Considero que para todos los artistas que nos dedicamos a esto, todos los días es una oportunidad pero también hay obstáculos. Sin embargo, así, una dificultad grande que haya tenido, considero que no. Se me ha dado de una manera muy fácil. Quizá ha sido cuando no encajo en algún proyecto, por ejemplo, he hecho casting para muchos concursos de televisión pero a lo mejor no cubro el perfil o no es mi oportunidad o no ha sido el momento, pero no me desagüito por ese lado. Como dice Juan Gabriel, el que es artista no necesita salir en televisión, sí nos ayuda mucho, pero gracias a Dios, tengo un trabajo y me va bien.

Cuando fui a (la Ciudad de) México a un casting para imitadores, ahí sí tuve la fortuna de quedar y ganar el primer lugar, era un concurso de aficionados que se llamaba “Vida TV” con Galilea Montijo; en dos ocasiones fui, la primera no gané pero la segunda sí, en ese tiempo creo que estaba en la universidad.

¿En qué lugares te presentas?
Como la música de Juan Gabriel abarca todos los géneros, tengo la fortuna de trabajar en todo tipo de lugares. He trabajado en bares, restaurantes, clubes, me llaman para presentarme en Ferias, masivos, ya estuve en el estadio Zoque. Es una de mis satisfacciones, que uno de los organizadores se fijó en mi trabajo, me contactó y me dió la oportunidad.

Creo que él me escuchó en una de mis presentaciones. Por eso cuido todos los detalles porque sé que de ahí va a ver gente a la que le va a interesar mi trabajo. Nada hago al “ahí se va”, por ejemplo si voy a un cumpleaños,  investigo que canciones le gustan al cumpleañero y trato de complacerlo. He montado hasta un show con mariachi con el maestro que dirige mis arreglos.

Que seas muy feliz, que seas muy feliz, mientras que yo te sigo amando…

¿Qué sigue?
Hace tiempo había grabado unos discos –no tan profesionales- para que la gente conociera mi trabajo. Ahora, en el último disco le invertí más porque es un disco con mayor calidad, los arreglos son de un maestro que trabaja en la Orquesta Sinfónica “Esperanza Azteca”, él conoció mi trabajo, le gustó mucho y me propuso grabar. Me llevó medio año para hacer ese disco porque sí es un trabajal pero se pudo gracias a Dios y me fue muy bien, yo solito vendí los discos.

Tengo un nuevo proyecto, la idea es que se haga en formato CD y DVD porque ahorita sólo tengo CD. Quiero hacer el video de mis canciones más los videos que tengo de Juan Gabriel para que se puedan vender, es una sorpresa que les estoy reservando a mis fans; además, estoy trabajando con la chica que les mencioné. Mi próximo material, que incluye mis canciones lo quiero dar a conocer 2016.

¿Algo que quisieras que conociera tu público?
Que estén pendientes de las cosas que estoy por realizar, la verdad estoy muy sorprendido por tantas cosas que Dios me ha dado, porque nos las planeé y sobre todo por las cuestiones profesionales que se me han dado.

De mis composiciones, por ejemplo, digo: Ay, Dios mío, ¿será que van a gustar o son una locura nada más?, pero me sorprende hasta dónde ha llegado mi trabajo. Es maravilloso que disfrutes tu trabajo y que vivas de eso.

 

Max Aguilera / Foto: Desmesuradas
Max Aguilera / Foto: Desmesuradas

 

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SILUETA

Lugar de nacimiento: Estoy registrado en Arriaga, pero mi madre me contó que me tuvo en Villaflores. Lo que pasa que mis papás se dedicaban en ese tiempo a la venta de medicinas de casa en casa en los pueblitos. Mi mamá tuvo 12 hijos. Yo soy el penúltimo. Me tuvo en Villaflores, me registró en Arriaga y luego por problemas con mi papá nos llevó un tiempo a San Blas, de donde es originaria y allí crecimos un rato nada más y nos regresamos a Arriaga.

Edad: 41 años.

Número de hermanos: Somos 12 hermanos.

Estado civil: Hasta ahorita soltero.

Hijos: Es una de las cosas que quiero llevar acabo, quisiera ser papá.

Pasatiempos: Cantar (risas), me gusta mucho bailar, todo lo que es artístico, escuchar música, componer de repente canciones y divertirme con mis amigos, salir de paseo.

Música que prefieres:  La música regional mexicana, lo que es mariachi, banda, balada y género pop, me encanta.

Comida predilecta: El caldo de res.

Película favorita: Casi no veo películas, pero me gustan mucho las películas de conciertos o las que hablan de la vida de los artistas.

Ritual: Agradecerle a Dios todo, cada día, desde que amanezco. Siempre le agradezco a Dios por cada oportunidad de vivir y cada quevengo del trabajo y estoy en mi casa, sano y salvo en mi cama, digo: Ay, bendito Dios, gracias por darme tantas cosas. Soy muy agradecido con Dios.

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EN CORTO

Música: Mi pasión

Show: Lo disfruto mucho

Balada: Uno de los géneros que me gusta mucho

Público: Lo máximo

Voz: Un privilegio

Artista: Juan Gabriel

Luces: Show

Intermedio: Un relax

Max Aguilera: Admiración

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Entrevista publicada en el diario Heraldo de Chiapas, 27 de agosto 2015.

Semántica

Quiero que seamos breves en la palabra

que nos amemos en silencio

que lo imprescindible nos lo digamos al oído.

 

Quiero pegar mi piel a la tuya

quiero sangrar tus lóbulos con mis dientes

bajar y rendirme en parte sacra.

 

En este rincón y en este momento

quiero que repongamos el tiempo perdido

que selles mis labios con los tuyos

que fluya mi sangre en ese cáliz

que hablen nuestros cuerpos y se reclamen.

 

Quiero hacer poesía con mi tacto

desvestirme todo en tu interior.

 

Quiero lo que tú bien quieres

 

Quiero soñar contigo en este instante

saciarme del placer que me has negado.

 

Quiero amarte sin palabras

usar ese lenguaje, vehículo epidérmico.

Foto: Benoit Courti
Foto: Benoit Courti

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Semántica / Alfredo Palacios Espinosa (La Concordia, Chiapas, México. 1948)

Poemario: Desasosiego