“Estoy aburrido de estar aquí”, “este trabajo ya no da para más”, “si tuviera el apoyo emprendería mi propio negocio”, “me encantaría dedicarme a lo que me gusta”. En repetidas ocasiones muchas personas han dicho estas frases, espoleadas por el tedio que produce una sola actividad que se ejerce más por necesidad que por vocación.
Samuel Jiménez Ramírez no quedó atrapado en el deseo, porque a sus 63 años decidió dar un golpe de timón a su vida y emprender un negocio propio: la elaboración de piñatas.
“Un día dije: `aquí ya no queda, necesito trabajar de otra forma´, y le pedí al Señor que me diera otro trabajito que no fuera en el volante, ya no quería. Trabajé 12 años en el taxi. De chofer estuve 44 años, toda mi vida, manejando camiones, carros chicos, de todo tipo”.
Don Sami, como le dicen sus amigos y conocidos, y que de joven tomó un curso de caricatura que nunca ejerció, es ejemplo quizá de que cuando la fuerza creativa ha quedado largo tiempo estancada, termina por desbordarse; como lo señaló el filósofo alemán Friedrich Nietzsche, el capital se ha acumulado, no cae de repente del cielo.
Ese momento de “iluminación” llegó de manera repentina: “Un día que venía por la calle Central y lado Sur, donde hay muchos negocios de piñatas, me hizo parada una señora y subió tres; le pregunté: `oiga señora ¿a cómo le costaron sus piñatas?´; `a ochenta pesos´, me dijo. Entonces, pensé, en tres piñatas ¿cuánto viene siento? Ahí me vino la idea. Al poquito empecé. En mis turnos y ratos de descanso del taxi venía a trabajar al taller, venía a probar y empezó a salir.
Stephani de Lazy Town/Foto:Gabriela Barrios
¿Qué opinó su familia, qué le dijo su esposa de este cambio tan radical?
«Nos vamos a morir de hambre», dijo. Contesté que iba a buscar otro trabajito por ahí mientras esto agarraba su pasito, porque todo negocio así es; poco a poquito va agarrando y así le empezamos.
¿Tiene usted dos trabajos?
Sí. En la mañana me dedico a hacer piñatas y por la tarde me voy a una constructora.
¿Sus hijos o alguien de su familia se han anexado a esta actividad?
Sí, mi hija me echa la mano. Belén Azucena se pone a ver cuando estoy trabajando y ahí le va agarrando. Cuando no estoy ella empieza a trabajarlo porque ella está más tiempo acá, en el local… Lo hace por ratos. Cuando duerme el niño o cuando su esposo viene en las tardes y le ayuda con el niño; como dos horas, de seis de la tarde a ocho o nueve de la noche, depende.
¿Cuál es el proceso para hacer la piñata?
Empapelo el molde con almidón, tres, cuatro tapas de papel, se pone al sol; ya que está seco se abre y se saca el molde, se vuelve a empapelar donde se rompió y se pone a secar de nuevo, ya que secó lo fondeamos, después del fondo va el color de la figura. Hay muchas formas, las piernas se hacen aparte, la cabeza aparte, el cuerpo es la base, de ahí se le van anexando los brazos, los pies, los zapatos, después va al pintura y todos los detallitos.
¿Alguna anécdota que recuerde de esos primeros trabajos, de sus primeros experimentos y diseños?
Pues empezamos hacer moldes para personajes grandes, por ejemplo el Hombre Araña, Batman o Superman, el molde lo empapelamos, las piernas se hacen aparte; los moldes se empapelan con todo y zapatos, se acomodan y ahí va agarrando su paso. Todas requieren de molde. El cuerpo es como la pichancha.
¿Qué figura tenía la primera piñata que hizo?
Estaba en esas fechas (la película) “La era del hielo”. El grandote, Many, empezamos hacer el molde, sale el mamut bien grandote, luego Diego, el de colmillos grandes y el del perezoso, esos son los tres primeros moldes que hicimos.
¿Cuáles son las piñatas más difíciles de hacer o más complejas?
Son los robots, porque se les ponen cascos de cristal y traen mucho corrugado en los brazos y ; son muy laboriosos.
¿Cuáles son las más solicitadas?
Pinatas/Foto:Gabriela Barrios
De los Backyardigans y de varias familias de las nuevas caricaturas.
¿Cuáles son los tamaños que trabaja?
Hay chiquitas, como de 60 centímetros, la más grande es como de 1.20 metros.
¿Cuál es la más cara y cuál la más barata?
Las princesas son las más caras; esas salen en 350 pesos. Y las más pequeñas, que son como de 60 centímetros, las estamos dando como a 60 o 70 pesos.
¿Cómo elige los personajes que va a crear?
Me vienen a pedir, (los clientes) me traen figuras y tenemos un albúm de las piñatas.
¿Qué personaje ha dejado de hacer porque ya no se lo piden?
Todos me los han seguido pidiendo, muy lento pero todos giran.
¿Le han pedido hacer piñatas especiales para adultos, para despedidas de solteras o de solteros?
Sí, también las hacemos.
¿Cuánto sale?
Como son chicas, salen baratas 100, 150 pesos.
Don Samuel y su hija/Foto:Gabriela Barrios
¿Para usted de niño que representaron las piñatas?
Ni me acuerdo. Es que en mi temporada, cuando fui niño, creo que ni piñata nos hacían. Ahora veo los niños cómo se animan cuando vienen a ver las piñatas que sus papás encargaron, siento alegría, me pregunto: ¿Cómo sería en mi tiempo? No recuerdo esa alegría.
¿Ha visto cuando están quebrando la piñata que usted ha hecho?
Sí porque tengo mis nietos que les hacen aquí su fiesta, tenemos la garrucha donde les cuelgan las piñatas y las rompen.
¿Qué siente cuando ve que se están regocijando con su trabajo?
Me anima (sollozando) que mi trabajo sea bueno para la alegría de los niños. A veces vienen payasos para animarlos. Hicimos una piñata de payaso y le gustó mucho al payaso que vino y dijo: “Los pedazos me los voy a llevar”, se llevó la cabeza y los zapatos, no sé si lo iba a armar de nuevo allá en su casa para tenerla ahí como botarga, no sé, pero me dio gusto que se lo llevó.
¿Hace piñatas especiales para sus nietos?
Cuando lo piden sí.
¿Cuáles son los personajes que han hecho en estos tres años?
A todos les sacamos fotografías: Tatiana, brujas, hipopótamos, el Hombre Araña, Toy History, Los Bacyardigans, Piolín, vampiros, vaquitas, Mickey Mouse.
¿Qué representa la figura para su trabajo?
Algo muy especial porque hace tiempo estudié caricatura por correspondencia, me gradué, me dieron mi diploma pero no lo ejercí, por eso creo que se me hizo fácil hacer la piñata porque ya tenía esa noción (del dibujo) que pintaba.
¿Hacía usted dibujos en sus ratos libres o lo dejó completamente?
El proceso/Foto:Gabriela Barrios
Lo dejé. Hubo una temporada que tenía un trabajo que me dio por hacer muchas caricaturas de todo el personal, a cualquiera le hacía caricatura y corrían a las copiadoras y al ratito estaba en toda la obra, trabajaba en Chicoasén.
Entonces ¿qué ha representado en su vida el dibujo?
Algo que me llena de emoción, no lo ejercí por lo mismo que hay veces que el negocio no jala en el momento, estudié cuando ya estaba casado, aunque desde chico lo trae uno pero me dio por estudiarlo ya de casado, me decía mi mujer “¿iday cómo le vamos a hacer para comer? Si te dedicas a trabajar de eso, no sale”; así que agarré mi trabajo y lo fui dejando. Pero no es tarde, de ahí algo le estoy pellizcando. Este trabajo no es aburrido, trabaja uno muy contento porque está viendo uno que se le está dando forma a un personaje.
¿Qué siente usted cuando ve la similitud de sus piñatas con los personajes solicitados?
Me lleno de alegría en mí mismo porque vienen las personas a traer sus trabajos y se van contentas y eso es lo que me agrada, se van muy contentos.
De todas sus piñatas que ha hecho ¿cuál es su favorita?
No tengo una, todas me gustan.
Abro la puerta y un olor a incienso de rosas me da la bienvenida, he llegado a Mal’s Bar, un singular local en el que no sólo se puede disfrutar de una deliciosa bebida y bailar, sino conocer el trabajo de diversos artistas plásticos, en esta ocasión se reúnen siete para rendir un homenaje a la pintora mexicana Frida Kahlo.
Autora: Sun Rise
“‘Viva la Vida’ Frida Kahlo Tribute Show” conjunta esculturas, joyas, arte digital, perfumes y pintura, los cuales son admirados por alrededor de 200 personas. La noche es joven y el amanecer se vislumbra lejano. Recorro el lugar para conocer el trabajo expuesto, una voz en off narra la vida de la pintora homenajeada mientras tres enormes pantallas muestran el rostro de Frida Kahlo y algunas de sus pinturas más conocidas, la mayoría autorretratos.
Tras el murmullo que se genera al terminar la biografía de Frida, “Fridita”, como la llamaba su compañero Diego, se escucha música de los años 80’s en inglés y en español, la noche sigue avanzando y con ella mi curiosidad por saber quién es la autora de los doce retratos femeninos firmados por Sun Rise.
Anuncian la llegada de un Dj experto en cumbias, merengues y rock en español e inglés; la música invade el lugar, la gente se mueve, la observo, es un mosaico cultural en el que predominan los latinos, me siento en casa.
Transcurre el tiempo, me abro paso hacia el «full bar» y camino sobre su piso rojo cuando escucho que llaman a Sun Rise, me acerco… su nombre corresponde a su rostro, es fresco, luminoso, pienso. Por qué Sun Rise, pregunto. “Lo escuché en una canción de Goldfrapp que se llama Hairy Trees y me gustó porque es corto y fácil de recordar”, dice ella mientras me señala un rincón donde podremos seguir la conversación.
Sun Rise es Gina Hernández y nació en Chiapas, México hace 24 años. Desde muy pequeña sus padres la llevaron a Los Ángeles, California, por lo que de su país sólo conocía lo que le contaban o veía en televisión, hasta que el año pasado tuvo oportunidad de re-conocer la tierra donde abrió los ojos por primera vez. “Cuando estuve en México, en 2011, me inspiré mucho con la cultura mía que no conocía. Me abrió mucho los ojos ver un México totalmente diferente de lo que yo pensaba y veía en televisión, especialmente en noviembre, cuando se celebra el Día de Muertos”, dice.
Gina, ¿qué es para ti el arte?
Para mí el arte es expresión. Crear algo de la manera que yo lo miro: ángulos, color, detalles; también es una forma de apartarme y salir un poco de mi realidad, es como una manera de escape, por ejemplo cuando estoy triste o simplemente no quiero pensar en problemas que tengo, pinto. Cuando lo hago me olvido de todo mi alrededor.
¿Por qué la pintura y no otra rama del arte?
El dibujo y la pintura se me vienen muy natural, siempre ha sido fácil para mí. Desde pequeña, cada vez que tenía un pedazo de papel y lápiz cerca era una oportunidad para dibujar algo. En mis libretas de escuela, incluso en las mesas, en lo que sea ¡siempre dibujaba! (Risas). Creo que eso me ha ayudado a practicar y perfeccionar mi estilo. En el futuro me encantaría, ¡y quiero!, aprender a pintar con acrílicos y óleos.
¿En qué escuela o taller estudiaste pintura?
¡Nunca he ido a una escuela de arte!
¿Qué o quién es tu inspiración para pintar?
Me inspiro mucho en culturas completamente diferentes a la mía, soy una persona de mente abierta y me gusta aprender cosas nuevas. Estoy fascinada con las culturas del Medio Oriente. ¡Escucho música árabe aunque no le entienda! (Risas) Me gustan sus vestuarios, su lenguaje y su comida. También me gusta aprender sobre la India, las novias de este país con su vestuario tradicional son mis favoritas para pintar. La música es muy importante para mí cuando pinto porque me transporta artísticamente y me olvido de todo.
De la serie: “Viva la Vida» Frida Kahlo Tribute Show
¿Qué materiales usas?Mis materiales de preferencia son marcadores, vienen en más de cien colores y sombras; prismacolor; plumas para ilustrar, que vienen en variedad de tamaños de punta; acuarelas y a veces pintura acrílica. El tipo de papel de mi preferencia es Bristol Board que es suave, y gruesa para la tinta. Seca rápido las tintas de los marcadores y las plumas, sin que traspasen el papel.
¿Tu trabajo se puede clasificar dentro de una corriente artística, por ejemplo la naif?
¡Yo misma me he preguntado eso! (Risas) Personalmente siento que mi estilo es único y no pertenece a una corriente artista específicamente. Hay mucho arte afuera y no tiene que ser etiquetado necesariamente. El arte es libre y se puede hacer al gusto de todos.
¿Pintas todos los días o esperas que te visite la inspiración?
¡Pinto mejor cuando estoy inspirada! Lo hago diario sólo si tengo programado algún evento o trabajos pendientes.
¿Y qué horario es el mejor para realizar tu trabajo?
Mi hora favorita para pintar es de las cinco de la tarde en adelante. No sé por qué pero durante el día no me gusta, siento que por las tardes, al entrar la noche es mejor, me siento más cómoda.
De la serie: “Viva la Vida» Frida Kahlo Tribute Show
¿Qué artistas han influido en tu forma de pintar?Mi más grande influencia ha sido Sylvia Ji. Me encanta su estilo y el tema de sus trabajos.
¿Por qué sólo rostros femeninos?
Para mí son más fáciles y divertidos. Hay mucho con lo que puedo experimentar, maquillaje, cabello, vestuario, accesorios, etcétera. ¡Además nosotras somos criaturas majestuosas! Dicen que los artistas plásticos y los diseñadores de alguna manera reflejan algo de su personalidad en sus trazos.
¿En tu caso qué hay de ti en tus obras?
Las chicas que pinto son de alguna manera un alter ego mío. Me gusta dibujarlas con mucho maquillaje, algunas tienen tattoos, piercing, diferente color de cabello, etcétera cosas que yo no me atrevería hacerme pero que sí me llaman mucho la atención. Los colores brillantes reflejan felicidad por lo que hago, también se puede ver mi imaginación y la paciencia que le pongo a mis trabajos.
Algo que me llama la atención de tu obra es la forma en que dibujas los ojos, ¿por qué tan estilizados?
Los ojos estilizados porque le dan un toque más femenino y los hacen ver más dramáticos. Creo que los ojos transmiten más emoción a la pintura, entre más estilizados, más largas las pestañas, ¡mejor!
Autora: Sun Rise
¿Qué desafíos has encontrado en tu carrera?
Mucha gente piensa que ser artista, en mi caso pintora, es más un pasatiempo que una carrera y no te toman en serio. Me he encontrado con gente que me ha dicho eso. Entonces, es un desafío probar que mi trabajo vale la pena, que sea observado, que llame la atención. No quiero que la gente me vea simplemente como alguien que hace «caricaturas» porque siento que lo que hago va más allá.
¿Te interesa ser famosa por tus cuadros o la fama es algo que no te desvela?
La verdad no anhelo ser famosa porque en realidad ¡soy muy tímida! (Risas) Pero sí me gustaría que la gente reconociera mi trabajo. En el futuro quisiera abrir una galería y hacer exhibiciones en diferentes países.
¿Se les brinda el apoyo que requieren los artistas jóvenes y especialmente a los migrantes en Estados Unidos?
Sí lo hay, si una lo busca personalmente, como todo. Aquí, en Los Ángeles, hay una rica cultura, el arte se manifiesta en diferentes ramas. Puedes ver siempre nuevas exhibiciones y las galerías siempre están reclutando nuevos artistas, así que las oportunidades siempre están ahí, es cuestión de darse a conocer sin importar quién eres o de dónde vienes. Lo que importa es tu trabajo.
¿Es tu primera exposición?
Es la segunda exposición. La primera fue en el mismo lugar pero con diferente tema. ¡No fue tan exitosa como esta!
De la serie: “Viva la Vida» Frida Kahlo Tribute Show
¿Por qué Frida Kahlo, qué significa este personaje para Gina Hernández?
Estas piezas son de Frida Kahlo porque la exposición está dedicada a ella. Yo no sabía quién era Frida Kahlo hasta que entré a la prepa, en ese tiempo yo no conocía artistas femeninas y sobre todo mexicanas, con mucho éxito y respeto en su trabajo. Me ayudó aprender sobre ella, me motivó a seguir pintado porque hubo un tiempo que lo dejé de hacer. Pensé: si ella pudo ser tan grande en su carrera, ¿por qué yo no?
¿Qué pintor o pintoras admiras?
En realidad admiro a todos, desde Salvador Dalí hasta al autor del graffiti que veo en algunas paredes. Creo que todos los artistas nos inspiramos entre sí y usamos las ideas que vemos en nuestros trabajos. Yo siempre estoy en busca de nuevos artistas, famosos o no, para conocer sus trabajos, sus estilos. Me motivan a seguir pintando y a establecer mis metas artísticas más arriba. ¡Pero Sylvia Ji siempre será mi ídola! (Risas).
Los cuadros que presentaste en esta exposición, ¿ya los tenías realizados o los elaboraste especialmente para «Viva la Vida» Frida Kahlo Tribute Show?
Los hice especialmente para esta exposición. Los trabajos que ya tengo hechos los tengo colgados en la pared de mi cuarto. Si alguien quiere las puede comprar, ¿eh?
Ahora, ¿qué sigue? ¿Qué proyectos tienes?
Ahora tengo planes de seguir haciendo exposiciones, también tengo planes de abrir mi tienda online y vender cuadros por ese medio. Quiero comenzar piezas más grandes y pintar cosas nuevas para dar más variedad a mi trabajo. También hacer piezas de óleo y acuarelas. Pueden seguir mi trabajo de en http://www.tumblr.com/blog/sun-rise-art/settings
En el bar el bullicio aumenta, el grupo Betty’s Mustache ha iniciado su espectáculo y el ambiente se vuelve más guapachoso, Sun Rise y yo decidimos ir a disfrutar el resto de la noche al calor de la cumbia, el amanecer ya está aquí, en los cuadros de Gina.
Sun Rise con su obra en “Viva la Vida» Frida Kahlo Tribute Show
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SILUETA
Nombre: Gina Hernández
Lugar de nacimiento: Chiapas, México
Edad: 24 años
Número de hermanos: 4
Estado civil: Soltera
Número de hijos: Ninguno
Pasatiempos: Dibujar, pintar, escuchar música, hacer artesanías, leer, viajar, salir con amigos.
Música: Nouvelle Vague, Camera Obscura, Morrissey, Portishead, Nancy Ajram, Beats Antique, ¡entre muchos más!
Película: The Kite Runner, Babel, Artificial Intelligence, Eternal Sunshine of the Spotless Mind
Libro de cabecera: Juventud en Éxtasis, Catcher in the Rye
Comida predilecta: Ensalada de calamar estilo tailandés.
Gabriela G. Barrios García / Leticia Bárcenas González Fotografía: Osiris Aquino
La carpa ha sido instalada en una cancha de futbol del lado Oriente de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, por el parlante se anuncian los horarios de las funciones. Es tarde, la gente empieza a llegar, algunas personas vienen en pareja, otras con los hijos o sobrinos pero todos dispuestos a pasar un grato momento. La carpa tiene un tamaño que permite la cercanía de los artistas con su público.
El espectáculo inicia… agilidad, ritmo y belleza en los protagonistas; admiración, incredulidad y sorpresa en el rostro de los niños y adultos que observan cada número.
Una vez que se despiden y los aplausos cesan, Desmesuradas.com conversa tras bambalinas con los integrantes de este pequeño circo, la familia Meraz encabezada por don Abundio, quien junto con sus hijos Rebeca, Xochitl, Brenda y Yonari, (todos entre los 30 y 40 años de edad) nos cuentan sobre las mil posibilidades de la imaginación y el esfuerzo personal que su profesión implica.
Aquí, somos cinco integrantes nada más y los cinco paramos todo, somos mecánicos, somos chóferes, somos artistas. En Estados Unidos, Canadá o Japón es una ofensa que le digan a usted cirquero, porque saben apreciar el trabajo de su pueblo. Nada más aquí en México le dicen a uno cirquero. Pero allá, nadie. Piensan que es una grosería, lo quieren a uno mucho. Nuestro trabajo es muy respetado allá, saben lo que cuesta hacer circo, pero de verdad circo”, comenta don Abundio.
Familia Meraz / Foto: Osiris Aquino
–¿Qué sensación experimentan al salir al escenario?
Abundio: Mucho gusto porque vivimos del público. Trabajamos con gusto porque es nuestro deber, nosotros nacimos en el circo, mis padres fueron del circo. Y le digo esto porque luego dicen: oiga, ¿y desde cuando trabajan en el circo? Yo con más razón porque soy el último de 27 hijos de papá y mamá. Mi madre murió a los 100 años. Hay circos que vienen a Tuxtla Gutiérrez pero llega sólo el dueño y trae muchos agregados. Nosotros somos una familia de abolengo del circo. A parte de ser una profesión difícil, es muy hermosa y es la más honrada del mundo porque aquí la gente viene por voluntad.
Yonari: Muchos nervios, emoción y alegría.
Xochitl: Una sensación incomparable. Creo que es una de las sensaciones más bonitas que se pueden sentir de vivir y trabajar. Hay que hacerlo lo mejor posible para que todo salga bien y actuar como si fuera para alguien muy importante pero es para uno mismo, hacerlo bien y darle al público lo mejor de uno.
¿Cuántas horas al día ensayan?
Abundio: Ellos trabajan desde niños, así que nada más una pasadita le dan a sus números, pero sí cuando están aprendiendo hay que trabajar mucho.
¿A qué edad empiezan el aprendizaje?
Abundio: Como somos una familia, aquí aprenden desde muy niños, juegan a ensayar. Como aquí nacen, aquí congenian todos los días con sus padres, los llegamos a querer mucho porque el niño establecido va a la escuela y empieza a retirarse un poquito de la mamá y aquí siempre estamos juntos, por eso cuando alguien de la familia fallece, lo sentimos profundamente; somos una familia que está unida y aquí les enseñamos lo más hermoso de lo que es la vida: siempre vivir de la manera más honrada.
Payaso en el circo / Foto: Osiris Aquino
¿Han pensado alguna vez establecerse en una casa y tener una familia, como nos lo inculcan desde niños?
Rebeca: No creo porque como aquí nacimos y aquí vivimos, no hay mucho interés. Estamos acostumbrados a estar aquí, a lo mejor por eso no lo hemos pensado, aunque puede que pase pero no lo hemos pensado.
Abundio: Pero sí tienen una casa en Matamoros (Tamaulipas), tienen una casa en Torreón, Coahuila. En Zacatecas también hay parientes. Nada más que esto nos gusta tanto, es como una droga que se mete en el cuerpo y no sale. Para nosotros esto es lo más hermoso que Dios nos puso en nuestro camino porque siempre hay novedad, siempre son caras nuevas, siempre hay que conocer otras plazas. Nos invitaron a una feria, aquí en Chiapas y además mis hijas quieren conocer y aquí andamos, conociendo.
¿Cómo eligen los roles?
Xochitl: Ensayando constantemente varias cosas podemos ver cuáles son realmente nuestras habilidades. Y a eso que se nos facilita es a lo que le ponemos más atención y es ahí donde nos perfeccionamos para poder actuar. Tenemos que ver qué es lo que uno puede hacer.
Abundio: Hay circos que se defienden con puros animales porque no saben trabajar, aquí todavía trabajamos con lo que es un circo. Quisiera que vieran un número de los que aquí pasan, que no los trae ningún otro circo.
¿Se vive bien del circo?
Abundio: Bueno, es lo bonito. Decía mi padre que nomás el que no ha sufrido no puede ser buena gente.
¿El tipo de espectáculo que ustedes presentan tiene alguna denominación especial?
Abundio: Pues que todavía nos acordamos de los niños. Aquí no se usan palabras de ninguna especie que sean ofensivas para ningún oído. Aquí se trabaja para los niños aunque los adultos lo disfrutan.
¿Cómo sabemos qué es un circo de tradición?
Rebeca: Eso lo decide la gente. Hay diferentes personas que hacen un programa aunque su familia no sepa trabajar, ellos contratan artistas pero la gente decide cuál es mejor circo, puede ser muy grande pero que no le guste a la gente o uno muy chiquito y que trae buen espectáculo. Eso lo decide la gente.
Xochitl: Por ejemplo, los empresarios de un circo grande contratan a cierta familia porque son buenos para esa temporada, así vienen a contratar a los circos más pequeños y llevan los artistas a un circo grande, cuando saben que de generaciones son buenos artistas, eso pasa no sólo en México sino en Estados Unidos también.
Abundio: Del circo salieron los mejores artistas como Cantinflas, que sale del circo de las carpas. Charles Chaplin que era acróbata.
Don Abundio saludando a su perro / Foto: Osiris Aquino
Los animales que los acompañan, ¿qué papel juegan en el circo?, ¿qué importancia tienen para ustedes?
Xochitl: Son bien importantes porque son parte de nuestra familia. Nosotros los atendemos, cuidamos que nada les pase. Si se llega a enfermar alguno, lo cuidamos bastante. Están muy acostumbrados, están muy “chipiles”. Siempre estamos al pendiente de ellos, lo más que podemos porque, a veces, nuestro tipo de vida no nos permite dedicarles mucho tiempo pero siempre les estamos vigilando cómo están. Que tengan su comida, como debe ser. En el circo siempre son importantes. A cualquiera les gustan los animales, aunque no hagan muchas cosas, ya trabajando en la pista los niños están felices porque les gusta ver animalitos, también.
Abundio: Aquí les enseñamos, el que no quiere aprender no lo forzamos. No nos gusta forzar a los animales.
Los animales, ¿tienen nombre? Xochitl: Sí, contamos con llamas machos. El papá de todos se llama Yereb; su hijo mayor es Bambi, luego sigue Jamil. Tenemos caballos pony: Nala, Chaparro y Esmeralda. Hay un caballo grande, es papalusa y así le pusimos de nombre, Papalusa. Los perritos, uno es Travieso, otro es Emen y Juan Charrasqueado; así les vamos poniendo nombres a todos para saber quién se soltó o quién está enfermo. Tienen que tener un nombre para identificarlos.
Si no se dedicaran al circo, ¿a qué se dedicarían?
Rebeca: Sería agente de viajes (Risas).
Brenda: Veterinaria.
Xochitl: Médico, especialista en alguna cosa.
Yonari: No lo he pensado. (Risas). Algo que tenga que ver con la carretera.
Abundio: Me moriría. (Risas) Mi padre no me dio estudio pero mi sueño hasta la fecha, es ser piloto aviador, yo soy aquel que si pasa un avión no estoy a gusto si no lo veo.
¿Y en el amor también hacen circo, maroma y teatro?
Yonari: Sí, si hacemos. (Risas).
Brenda:Sí. (Risas) Más bien los pretendientes hacen circo, maroma y teatro para venir a vernos. (Risas).
Rebeca, en el amor ¿también caminas en la cuerda floja o siempre pisas tierra firme?
Rebeca: Pues, creo que todos caminamos en la cuerda floja. (Risas). Es muy difícil en este trabajo. La gente, a veces no ve las posibilidades y el tiempo; se aburren y ya no lo siguen a uno. Y dice uno: ni modo, ya se quedó. (Risas).
Brenda, ¿en el amor has dado saltos mortales?
Brenda: No. Todavía no. (Risas). Hasta ahorita, no. (Risas).
En la cuerda floja / Foto: Osiris Aquino
Xochitl, ¿en el amor las manos son muy libres o van amarraditas?
Xochitl: Pues hay que tener mucho cuidado con la gente, pues como no llega uno a conocer bien a las personas y hay que irse, debe uno tener precaución. Pero sí está uno en espera de que alguien llegue.
Yonari, ¿al amor le hace payasadas o es muy serio, como maestro de ceremonias?
Yonari: Yo sí soy bien payaso en el amor. (Risas). Las hago reír. (Risas).
Don Abundio, ¿cuántas veces se ha enamorado?
Abundio: Estoy viendo a mis hijos y no me he querido casar. Soy divorciado desde hace muchos años, pero vivo para mis hijos. Estuve casado veintitantos años pero ahora vivo para ellos.
¿Su ex esposa también se dedica al circo?
Abundio: Sí, también.
¿Qué opinan de la vida?
Rebeca: Para nosotros es bien importante. Tenemos algunos principios bíblicos, como toda la gente, algún interés por algo bueno e importante, como Dios. Nos han ensañado que tiene mucha importancia la vida y debemos cuidarla.
Brenda: Es muy bonita y hay que valorarla. Hay que respetar y respetarse para poder apreciar las cosas bonitas de la vida porque a veces pasan desapercibidas y uno no las valora.
Xochitl: La vida es tan frágil que uno tiene que tener aprecio por ella y cuidarse para conservarla y disfrutar lo mejor posible de ella. Debemos evitar las cosas que nos pueden dañar, limitar. Hay que aprovechar la vida, sí, pero hay que tener también mucho cuidado.
Abundio: Es lo más hermoso. Más, nosotros, que somos unas personas que queremos a Dios. Tratamos de vivir lo más correcto para con Dios y en esa forma tenemos que ser con todas las personas porque a Dios no se le engaña. Él ve que con toda la gente tratamos de ser lo que deberíamos ser, por eso a nosotros nos duele que en la televisión hagan chistes del circo. Lo hacen a uno como menos y nosotros a nadie intentamos ofender, ni con el pensamiento.
Yonari: La vida, cada día está más difícil. (Risas).
Brenda: ¡Y más cara!
Yonari: Cada día es más difícil pero también nos brinda muchas posibilidades. A veces nos hablan por teléfono, de Torreón, y nos dicen “andan en Chiapas, como los envidiamos”. Los estamos invitando que vengan pero no tienen recursos para venir.
Abundio: Mi hermano quiere que esté allá, me llama y dice “andas re-lejos, ¿por qué no te vienes?”. Pues sí, pero lo bueno es que ya estoy aquí, lo malo es que no sé cómo regresarme. (Risas).
Don Abundio, ¿le gustaría tener nietos para continuar con la tradición circense?
Altura / Foto: Osiris Aquino
Abundio: No tengo ganas, ¡tengo hambre! (Risas). Yo no quiero casarme porque no quiero hacerlos menos (a sus hijos). Ya estoy viejito. (Risas). Mi hijo es tan respetuoso que, bueno, las muchachas lo buscan y él dice: si no me voy a casar con ellas para qué las molesto. No las voy a hacer que piensen otras cosas, mejor así está bien. Y las trata, nomás plática y nunca las hace sus novias. Luego su mamá le habla y le dice: quiero que te cases, pero no lo hace.
Brenda: A lo mejor no ha encontrado su media naranja, ¿verdad? (Risas). Es tranquilo, mi hermano. Es el único que de alguna manera nos cuida, y se cuida él también, no es alocado. Y también lo cuidamos. (Risas).
Rebeca: Estamos feitas por eso no se dejan. (Risas).
¿Cuando llegan a un lugar pasean como turistas?
Rebeca: Sí, cuando tenemos tiempo. Tratamos de conocer lo más que podemos porque el circo también da esa oportunidad de conocer lugares y hay que aprovechar.
–¿Cuáles lugares son los que más les han gustado?
Rebeca: No porque estemos en Chiapas, pero Chiapas es muy bonito, es un lugar que tiene mucha diversidad de animales, de plantas, ¡agua!, y es la primera vez que andamos aquí. Es muy bonito Chiapas.
Xochitl: ¡Tiene todos los climas! (Risas)
Abundio: Tiene muchas cosas hermosas, y nosotros vamos a conocerlas porque nos sentimos muy a gusto desde que entramos de Veracruz para acá. Cuando vimos por ejemplo el Velo de novia, la cascada, dicen mis hijas: ¡vamos a ver, vamos a ver!
Xochitl: Todos los estados tienen algo pero Chiapas tiene muchas cosas bonitas.
Respecto a la comida, ¿conservan alguna tradición del Bajío o comen lo que hay en cada estado que visitan?
Rebeca: Normalmente es más difícil hacer lo que nosotros comemos en el Norte pero sí se consiguen las cosas y sí lo hacemos. Aunque también es bueno comer otras comidas, variarle para conocer, para disfrutar un poquito.
¿Ya probaron el pozol?
Rebeca: Sí. Es bien rico.
Dicen que el que prueba el pozol ya no se va.
Risas.
Brenda: Muy nutritivo, ¿verdad? Inclusive nos lo recomendaron porque nuestro ritmo de trabajo es pesado y da energía. Y sí, nos ha servido. (Risas). Mientras no nos engorde para trabajar.
Espectadores / Foto: Osiris Aquino
¿Cuántas horas al día hacen gimnasia?
Brenda: Ejercicio, si podemos a veces media hora, pero si se puede, más. Lo que son coreografías y todo eso, dos horas, dependiendo también del tiempo, el clima, el calor aquí es muy fuerte. Tenemos que hacer algo rapidíto y salirnos de aquí porque se pone muy caliente la lona.
¿Cómo deciden qué ciudad van a visitar, cómo deciden cambiar de estado?
Abundio: Vamos buscando las plazas. Nada más que en esta ocasión, de aquí, de Chiapas, nos invitaron.
Xochitl: Estábamos en Veracruz desde el mes de mayo, en noviembre llegamos aquí (Tuxtla Gutiérrez, Chiapas) y nos quedamos a trabajar.
¿Pertenecen a alguna asociación o escuela circense?
Abundio: No. El circo no tiene nada de eso. ¿Cómo le dicen? Sindicato o algo así, no.
Rebeca: En la ciudad de México hay una asociación de circo, pero sólo la frecuentan las personas que están en México. Sólo ahí las apoyan, ya fuera, en el resto del país, somos independientes, nosotros pedimos permisos. No nos apoya el gobierno en cuestión de trabajo, hay que buscarlo y pagamos al gobierno lo que está estipulado en porcentaje, pagamos terreno pero no tenemos ningún apoyo. El artista de circo no tiene apoyo en México, no tiene ninguna garantía.
Abundio: Aquí en México, si fracasó con una función, se acabó el circo y se acabó y no hay quien diga pues córrele, ve allá o toma esto. En China, si el circo no tiene trabajo, el gobierno lo mantiene. ¡Qué hermoso! Pero allá es muy querido el circo.
Rebeca: Aquí no hay cultura del circo, no hay escuela. En otros países sí hay escuelas de circo, aquí, en México, nuestros maestros son nada más los papás por la experiencia que tienen de haber hecho los actos por años. No han puesto en México una escuela de circo, para eso también falta apoyo.
¿Cuál fue la primera ciudad que visitaron con este circo?
Abundio: Fue cuando se separó mi hermano, que era el dueño del circo. Fue en Torreón, Coahuila.
Rebeca: En 1997, en la Feria de Torreón, Coahuila.
Abundio: En los cincuenta años de la Feria.
Salto Mortal / Foto: Osiris Aquino
¿Cuál fue el primer personaje que se creó para este circo?
Abundio: Cuando fue el circo que creó mi padre, vinieron aquí casi todos los artistas de cine a trabajar como Tony Paredes…
Xochitl: Se presentaron Javier Solís, Ninón Sevilla, Pedro Infante, casi todos ellos.
¿Algún personaje emblemático para ustedes?
Rebeca: Platicábamos el otro día que nosotros admiramos más el cómico cirquero blanco, porque éste no trabaja con cámaras, ni con efectos, está directo en la pista hacia la gente y es ahí donde se le saca y se sabe que es un artista completo porque no necesita de ningún truco para hacer reír. Y hablábamos de un tío de nosotros, se llama el payaso “Globito”. De la gente que lo conoce mucha viene de Estados Unidos en diciembre y lo busca porque quieren verlo trabajar todavía. Es una persona muy famosa porque es un payaso muy blanco y tiene carisma. Y para nosotros, a aparte que es un familiar, es muy bueno como payaso. Es el personaje que nosotros decimos: “Hay, es lo máximo”.
Abundio: Es como “Cantinflas”, que sabía de todo, ya cuando estuvo en el cine, se salió del circo, de las carpas, pero sabía quién era de verdad un buen cirquero. A mi hermano le regaló una medalla donde está él, una medalla de plata.
Rebeca: En 1980 fue. Le dio su reconocimiento por los cincuenta años de artista en México. Los artistas nos han reconocido porque ellos ven el esfuerzo que cada persona realiza en el circo. De ahí en fuera nadie nos ha reconocido.
Busca editorial puertorriqueña nuevo horizonte para creadores.
Entrevista por Gabriela G. Barrios García y Leticia Bárcenas González
Herminia Alemañy y Edgardo Nieves, editores de Espejitos de Papel Editores
Hace más de un mes, la escritora, investigadora y profesora Herminia Alemañy-Valdez y el poeta y narrador Edgardo Nieves-Mieles, visitaron por octava ocasión nuestro estado de Chiapas, ahora en su faceta de editores para presentar la colección de diez plaquettes, de la colección La 5ta. Esquina del Viento de Espejitos de Papel Editores, con ocho poemarios y dos relatarios.
Cinco autores son de Chiapas: Fabián García Gómez con la obra “Motivos secundarios”; César Trujillo con “Laberintos (poemas donde la belleza se arruina hermosamente)”; Rodolfo Girón con «Versiones minimalistas acerca del poema o el estúpido martirio del escribiente»; Fernando Trejo con «Las alas de mis ensoñaciones que son pájaros» y Ameth Rivera con «Rosas i Spinettas».
Además del costarricense Víctor León Leitón con la obra “El color de la velocidad» y por supuesto, los puertorriqueños Herminia Alemañy-Valdez con su poemario «Lentejuelas, canutillos y chaquiras»; José Liboy Erba y Edgardo Nieves-Mieles con «Las aventuras del pez gato» y «El maligno fulgor de la desdicha»y el poemario «Con las peores intenciones de Edgardo Nieves-Mieles.
En diversos foros de Tuxtla Gutiérrez, Tapachula de Córdova y Ordóñez, San Cristóbal de Las Casas y la Ciudad de México, los entusiastas escritores y editores presentaron estos títulos como primicia: “este es un regalo que quisimos hacer a Chiapas; esta es la puesta en circulación de los cuadernos, no han sido presentados en Puerto Rico, aunque todo mundo está a la expectativa”.
Desmesuradas tuvo la oportunidad de charlar brevemente con ellos; compartimos el contenido de la plática:
¿Por qué jóvenes chiapanecos? EDGARDO: Tomamos este proyecto con la intención de no solamente dar la oportunidad a que los jóvenes poetas de nuestro país se conocieran fuera, pensamos en que también hubiese la posibilidad que los mexicanos, costarricenses, cubanos y de otras naciones de nuestros países hermanos tuviesen la oportunidad de publicar en «Espejitos de papel Editores” y en la “Editorial Indómita”. Como llevamos viajando todos los años, habíamos tenido la oportunidad de conocerlos y percibir que no sólo eran los autores de un buen poema. Nos amistamos y nos arriesgamos con cinco chiapanecos. Fue cuestión de un mes antes de salir para acá, robándole el tiempo al trabajo de ella y al mío de la casa para poder armar los libros. El requisito era que fueran buenos libros, representativos de las voces de cada uno de ellos.
¿Cuántas visitas llevan a Chiapas? HERMINIA: En mi caso, he venido a Chiapas desde 1999. El 2002 lo viví aquí, estaba enseñando. Y a veces venía tres o cuatro veces cuando estaban los proyectos de intercambio entre la Universidad Autónoma de Chiapas y la Universidad de Puerto Rico. Desde el 2007 mínimo una vez al año estamos regresando.
EDGARDO: Yo caí del cielo a su vida…
¿Herminia, confiesa, cayó o te buscó? HERMINIA: Él dice que no, pero me buscó. Un día que estaba aburrido (risas).
¿Cuánto tiempo llevan juntos?
Ocho años.
¿Cuántas veces han venido juntos a Chiapas?
HERMINIA: En el 2005 es la primera vez que vinimos juntos a Chiapas.
¿Cómo han visto el cambio del estado, en cuanto a las voces literarias? EDGARDO: No tenemos elementos suficientes para contestar la pregunta como la debiéramos contestar, lo que sí puedo decir, de que nos arriesgáramos de publicarles…porque soy muy exigente, «yo no le paso la mano ni a la madre que me parió» y para que me arriesgue a proponerle a un escritor que sea parte del proyecto es que tengo la certeza.
HERMINIA: Hemos ido observando, no sé si por las oportunidades, pero sí han tenido más acceso a participar en lecturas, quizá no tanto en publicaciones, por eso nos hemos acercado más a ellos.
EDGARDO: También nos hemos dado cuenta que en muchos lugares, si no han publicado un libro no los invitan a participar en festivales o congresos. Aunque hay gente que ha publicado 10 o 15 libros y siguen siendo tan malos como al principio y otros que son buenos no han publicado nada. De tal manera que ellos tienen la puerta abierta y mejor aún cuando te publican fuera de tu país tiene un peso adicional favorable. Yo no he logrado que en México me publiquen porque aquí es muy cerrado el ambiente.
Herminia Alemañy-Valdez
¿En literatura, cuál podría ser la similitud de Chiapas con Puerto Rico? HERMINIA: Hay un ambiente muy similar con el de Puerto Rico, compartimos el mismo clima, vegetación; suelo decir que me encanta Chiapas porque para mí es lo mejor de dos mundos, tiene lo de Puerto Rico que me gusta, el calor, el trato de la gente, la vegetación y tiene la costumbre de México, por eso es como tener las dos cosas en uno solo. Entonces en la literatura hay una similitud a veces en imágenes, en estilo, en formas, aunque cada uno de ellos es diferente.
EDGARDO: Aunque de distinta manera están haciendo cosas muy similares, lo hemos podido corroborar. Allá ha sucedido que en los últimos 10 años ha habido un boom de editoriales independientes, o sea que ya los escritores jóvenes no tienen que estar pendientes, como me pasó a mí. Yo digo que recogí una canasta de tantos «noes» y tantas tiradas de puerta en el hocico porque sencillamente yo era un perfecto desconocido para las editoriales canónicas. Nadie fue visionario hasta que dos de nuestros contemporáneos fundaron dos editoriales que ahora son reconocidas como Isla Negra y Terranova. Entonces después de eso ha habido 10, 15 pequeñas editoriales independientes, los escritores jóvenes están publicando con las nuevas editoriales. Aquí no he visto muchas editoriales independientes pero sí sé que hay muchos jóvenes trabajando.
¿Cuáles son los proyectos a futuro de Espejitos de papel? EDGARDO: Quisiéramos tener el dinero para publicar novelas, textos de mayor volumen. Queremos hacer un homenaje, en el caso de la Editorial Indómita, a una poeta que ganó el certamen “Jaime Sabines”, Olga Nolla, que tiene 12 años de muerta y el libro con que ganó no llegó a Puerto Rico, «Únicamente míos» es desconocido. Queremos también recoger unas revistas muy importantes que no se les ha valorado justamente, que se llama “Zona de carga y descarga” y otra que se llama “Ventana”. Quisiera hacer una reedición en un formato con fotos a colores de esas revistas. Hay un novelista que creo está olvidado que se llama Carmelo Rodríguez Torres, a quien quisiéramos reeditar su obra.
HERMINIA: Y con las plaquettes hemos estado hablando de publicar también a unos peruanos.
EDGARDO: Tenemos el nombre de otros escritores que hemos conocido al calor de los congresos y de los encuentros de poetas, y entonces pensamos publicar para ir allá y hacer lo mismo que hemos hecho aquí, dar a conocer su obra.
Edgardo Nieves-Mieles
¿Cuál ha sido la respuesta del auditorio local? EDGARDO: Estoy muy satisfecho, me siento muy a gusto porque hemos encontrado sintonía y se han acercado muchos jóvenes y gente que quieren enviar su manuscrito. Todos los sitios se han llenado, no han comprado tanto pero uno entiende que ese renglón de la cultura es uno de los más raquíticos.
¿Estos títulos ya se presentaron en Puerto Rico? EDGARDO: No, este es un regalo que quisimos hacer a Chiapas. Y esta es la puesta en circulación de los cuadernos, no han sido presentados en Puerto Rico, todo mundo está a la expectativa.
HERMINIA: Se le ha enviado a los críticos, incluso uno reseñó brevemente como tres de los cuadernos.
¿Aparte de la literatura qué otra cosa puede alimentar el espíritu? EDGARDO: La buena música, el café, la pintura y si hay algo mejor que la literatura o las artes es encontrarte con dos o tres personas que compartan el gusto por ese arte y poder conversar horas con esa persona, eso alimenta el espíritu.
HERMINIA: Las artes plásticas.
¿Cómo describirían el nuevo milenio? EDGARDO: Conflictivo, pero soy un optimista de lujo, no pierdo las esperanzas de que nos podamos enderezar, de que podamos salvar la naturaleza para que podamos vivir mejor porque estamos dañando mucho al medio ambiente.
HERMINIA: A veces yo le digo a él que siento como una angustia, una agonía porque en el caso de nosotros, muy particular de Puerto Rico, porque si nuestros padres fueron tan estrictos con nosotros yo veo que pudieran ser por ejemplo, nuestros nietos, entonces somos nosotros los que fallamos en no ser estrictos con nuestros hijos. Fueron tan estrictos con nosotros, nuestra generación no lo ha sido con sus hijos.
¿Qué sonidos evocan a Puerto Rico cuando estás en Chiapas y viceversa? HERMINIA: Mejor dicho imágenes. La vegetación, un flamboyán. Allá tenemos un flamboyán que me dicen que hay en Tapachula que es amarillo y yo cada vez que veo uno, digo: voy a buscar semilla para llevarle a Marush para que siembren allá y haya flamboyanes amarillos también. Lo veo y hago esa conexión.
EDGARDO: A mí me parece que estoy en Puerto Rico cada vez que siento que por el cielo pasa una bandada de cotorras con su bullanguero escándalo. Por otro lado, lo agradable que es el trato con la gente, en el campo en Puerto Rico la gente es así. Entonces tú ves aquí que la gente es tan cálida. Fuimos a Tonalá, ese don de gente tan bonito que se está perdiendo en las grandes ciudades. Aquí entras a un sitio y no falta un buenos días y allá en Puerto Rico te subes al ascensor con una persona y van mirando para el techo, no saluda y si saludas dos o tres veces hasta que te contestan; y aquí si pasas de lado y pides permiso, te contestan propio, me llama la atención esa contestación: «propio».
Jorge Velázquez Sakaguchi, ganador de la Medalla de Plata en la Cuarta Bienal de Arquitectura en Chiapas por el diseño y construcción del gimnasio ubicado en el lado norte poniente de nuestra ciudad, define a la arquitectura como pasión. Este joven arquitecto que dirige su propio despacho habla en exclusiva para Desmesuradas sobre el proceso creativo de su obra y de la importancia de los materiales y elementos que identifican su trabajo.
«Es importante para nosotros como arquitectos, estar en cualquier foro donde podamos mostrar nuestro trabajo, que la sociedad de alguna manera nos vaya abriendo más puertas, que nos vaya reconociendo para que podamos tener una ciudad mucho más agradable, mucho más confortable, espacios más dignos a nivel urbano y a nivel familiar».
¿Qué implica ser ganador de una bienal de arquitectura?
Ser ganador en cualquier competencia, en cualquier concurso nos ayuda a saber que estamos haciendo bien las cosas, si estamos siendo propositivos, y de alguna manera, afianzamos los conceptos que tenemos sobre nuestro trabajo; es una participación con el objetivo de tener un premio, aunque el mejor premio es cuando el cliente está contento y a gusto con el espacio que se le propuso. Es una gran satisfacción que nuestro trabajo sea reconocido por otros colegas, por otros profesionistas, por otros especialistas.
¿Qué es lo más importante de participar en una bienal?
Básicamente dos cosas: la primera es tener la cultura de la participación y de concurso, la segunda es poder publiciar nuestro trabajo, ya que es un foro donde podemos mostrar nuestros conceptos ante todos los que estamos inmersos en el diseño y en la construcción.
¿Es la primera vez que concursa?
No, nos ha tocado participar en tres bienales anteriores. Hemos participado con dos proyectos en cada una de ellas y en esta cuarta nos otorgaron la medalla de plata.
¿En la Bienal Nacional ha concursado?
En la Bienal Nacional es la segunda vez que estamos participando con este proyecto. En la Séptima Bienal participamos con dos proyectos que fueron nuestro despacho y una casa, ahora en la Octava Bienal, participamos con el gimnasio.
¿Cómo nace la idea de este proyecto?
Nosotros tenemos el primer contacto con el cliente y él cuenta con un terreno en el centro de Tuxtla con tres naves sin techumbre, eran tres bodegas, y partimos de ahí; de alguna manera en el proyecto esto se va a notar, dividido en tres espacios. Cuando decidimos empezar el ejercicio del anteproyecto el cliente nos dice que van a hacer tres locales comerciales, ya platicando con sus hijos decide poner un gimnasio, que es finalmente para nosotros lo mejor que nos puede plantear un cliente, tener un nombre y un apellido para lo cual vamos a proyectar, porque locales comerciales es de alguna manera algo sin personalidad porque no hay un cliente ni un uso específico; cuando sabemos a quiénes le vamos a hacer el proyecto, para qué va a servir, se vuelve más fácil proponer algo. Entonces él decide hacer el gimnasio pero no quiere que se ocupe todo el espacio, le dije vamos a seguir ocupando las tres naves, la nave principal como un gimnasio y dejar las otras dos pendientes. La idea es que le de servicio al gimnasio, un local pequeño que está planteado para ropa deportiva y otro local un poquito más grande para que sea una cafetería.
¿Cuáles son los aspectos que trabajó en este diseño, la distribución correcta de espacio o la ambientación?
Cuando nos invitan a hacer un proyecto y sabemos cuál es el uso específico, tenemos una labor de investigación, no somos sabelotodo, no podemos saber el uso específico de todos los edificios, investigamos qué necesidades tiene, el cliente desde principio ya debe tener el objetivo y nosotros complementamos esa parte, aprendemos de ellos porque son los clientes quienes dan la pauta: quiero que haya pesas, que haya cardiovasculares, que haya pilates, que haya aerobics, que haya gimnasia, danza, squash, baño, vapores; entonces se hace toda una relación de espacios a diseñar en conjunto con el cliente. Cuando nosotros tenemos el objetivo bien planteado y el programa o partida arquitectónica es cuando podemos empezar a diseñar.
¿Usted considera que un gimnasio bien planteado ayuda a la permanencia de los usuarios?
Sí, claro. Antes de empezar con el diseño del gimnasio hubo también una investigación de mercado, tanto del cliente en lo económico y de nosotros respecto a cuantos gimnasios existen en Tuxtla, qué tipo de espacios tienen y si son confortables para el usuario; después de todos los gimnasios que visitamos, decidimos plantear cómo queríamos que fuera el nuestro en cuanto a ambiente, ventilación, iluminación, confort.
¿Aparte de la cafetería ¿hay algún espacio de convivencia dentro del gimnasio?
Sí, tenemos dos vestíbulos que funcionan como centros de reunión o centros de distribución, el primero para los que están llegando al gimnasio o los que se van; el segundo, el vestíbulo de servicios, los que están entrando al baño, los que ya están ejercitando, los que van a entrar al vapor, los que están jugando squash; se vuelve un espacio de convivencia. Finalmente, hay un pasillo a lo largo del gimnasio que divide lo que es el área de peso con el área de cardiovascular en donde hay una interacción entre todos los usuarios. El gimnasio da pie a la convivencia porque las máquinas, las escaladoras, las caminadoras, las elípticas, todas ven hacia un mismo punto, entonces los usuarios pueden estar platicando entre ellos sin que se estén interrumpiendo en su ejercitación.
¿Qué colores y materiales considera los idóneos para un gimnasio?
Nosotros planteamos en este edificio blancos, verdes y ocres. El blanco porque nos brinda la sensación de amplitud, limpieza y tranquilidad; también hay una superficie de color verde porque es llamativo. De alguna manera, lo que tratamos de hacer en la mayoría de nuestras obras es que los materiales nos den el color en cada uno de los espacios, tenemos muros aplanados con pintura de color blanco y muros de concreto con su propio color, tenemos pisos rojos de adoquín que nos dan el color. Los vidrios de todo el gimnasio nos proporcionan el color verde, la madera tiene su color natural. Creemos mucho en la sinceridad de los materiales, que expresen su color tal como son en la naturaleza.
¿En la arquitectura existe la ética?
Totalmente de la mano con nuestro trabajo. Tenemos que ser éticos con nosotros mismos y por supuesto con nuestro cliente; tratamos que él siempre sea el que lleva la mano y desde el principio, planteamos muy bien las cosas: cuáles van a ser nuestros alcances y sus costos. Él tiene que ir viendo trabajos terminados a corto plazo. Trabajamos de esta manera, primero con un anteproyecto, una vez que él analiza su anteproyecto y le gusta, entonces podemos pasar al proyecto ejecutivo que es la elaboración de planos, ingenierías, estructuras eléctricas, instalaciones hidrosanitarias. Sigue la etapa de trámites, permisos, gestorías y de ahí la construcción, pero que él siempre sepa cuál va a ser el fin para que no haya sorpresas. En este caso, en el gimnasio, hubo una relación de lo más profesional y amigable, independientemente del resultado que tuvimos como proyecto o como espacio, eso fue lo que nos trajo muchas gratas cosas en esta obra.
¿Cuáles considera que son los hitos arquitectónicos en Tuxtla?
Nuestra ciudad igual corre logitudinalmente y yo creo que están básicamente planteados sobre ese eje central, de oriente a poniente sería la Diana Cazadora, el Parque Central, el Parque de la Marimba y la Fuente Mactumatzá, que ya no existe pero que está en nuestros recuerdos, y La Carreta, esos para mí serían los hitos urbanos dentro de la ciudad; si nos extendemos hacia las cordilleras, hacia los dos cerros que nos cobijan; del lado norte creo que no hay algo, del lado sur La Antorcha y nada más. El zoológico porque es uno de los espacios atractivos turísticos de nuestra ciudad.
¿Y se vive bien de ser arquitecto?
En la parte sentimental, creo que sí, es un trabajo muy agradable, que da muchas satisfacciones personales; es un trabajo en donde se ve reflejada la imaginación durante todo el proceso hasta tener una obra terminada. De manera económica también, siempre y cuando hablemos de esa ética en la cual nosotros mismos valoremos nuestro trabajo y le podamos poner precio. Chiapas depende totalmente o en un gran porcentaje de inversión pública, la inversión privada es mínima, pero es donde tenemos que irnos metiendo y de alguna manera ayudar al cliente a autofinanciar sus propios proyectos. Lo que se hace con gusto, lo que se hace con pasión, siempre va a tener un buen resultado.
¿Qué elementos identifican su trabajo?
Como valores materiales pensamos mucho en la sinceridad de éstos; si es un concreto entonces que se vea como tal; si es una estructura de fierro, una estructura metálica que se vea como tal; si es un muro de tabique aparente, que se vea como tal, entonces de alguna manera esos son nuestros valores materiales, eso es lo que nosotros reflejamos. En el gimnasio vemos una estructura metálica totalmente aparente y no (debemos) verla fea sino mas bien sacarle jugo a ese esqueleto y también va a ayudar a la parte económica; el cliente no tiene que gastar en falsos plafones o recubrimientos. En cuanto a valores espaciales trabajamos mucho con el uso de la luz, es de nuestros principios y conceptos arquitectónicos; si tenemos luz en cualquiera de nuestros espacios, lo demás está ganado; que nos dé confort, que sea un espacio sensorial, una circulación, un espacio donde leer, un espacio donde comer, un espacio donde cocinar, que realmente se lleven las actividades tal cual están diseñadas y sentirnos a gusto, a lo mejor sin saber porque lo estamos. Hablando de clima, de la temperatura, que sea un espacio donde me gusta estar, no tengo calor, no tengo frío; un espacio en donde no tengo que prender la luz mas que en las tardes noches que necesitamos la luz artificial, pero también esta luz artificial esté diseñada para poder darnos confort.
Arquitecto: Norman Foster porque es un arquitecto que siempre está a la vanguardia, tiene experiencia, un despacho muy bien cimentado, tiene mucho trabajo, tiene presencia en muchos de los países más desarrollados, es vanguardista, es propositivo, evoluciona, tiene una carrera en donde se ven sus principios y está vigente, creo que todas esas características, todas esas cualidades son las que hacen que pueda decir, Norman Foster.[/rescue_box]
Pepe López Arévalo escribió su última palabra y no fue en su ya famosa columna Línea Sur, sino en su corazón; escribió para despedirse de la familia, las amigas y los camaradas que lo acompañaron amorosa y solidariamente en la lucha que libró contra el cáncer. José López Arévalo, activista estudiantil, militante comunista, preso político, periodista, ¿qué más se puede decir de él?
Que su andar por la vida fue congruente con su pensamiento, que su hablar y su escribir fueron irreverentes, como las imágenes de las chicas que mostraba en su columna, que para él escribir era una enfermedad de la que no podía ni quería escapar porque era una enfermedad libertaria… Como un homenaje luctuoso comparto con ustedes una entrevista que me concedió hace casi una década.
Leticia Bárcenas González
–¿Cómo defines la naturaleza de Línea Sur?
–Como una columna intimista porque más que lectores uno busca cómplices. Es una columna que difiere de las otras. Inicialmente se buscaba un poco más de irreverencia, pero en realidad termina en una serie de complicidades con sus lectores porque son los que marcan muchas veces la pauta. Por ejemplo, cuando le das lectura lo que más le caracteriza para el lector poco común y que no conoce de periodismo es, pongamos, las fotos de mujeres desnudas; cuando he hecho intentos vagos, no de cambiar pero sí ser menos continuo en esa línea de sacar mujeres hermosas –obviamente–, sino también de sacar alguna caricatura política o algo así, me hablan a la redacción para decirme no, no, no, a chingar tu madre con el arte, queremos que sigas sacando mujeres desnudas. Entonces, es una columna que de entrada difiere de las otras porque a los lectores que llega no son de la clase política, llega a los sectores a los cuales los otros medios no llegan. Tratamos de ser una competencia diferente; quienes escriben para el poder están preocupados por quién va a ser el secretario de Gobierno, quién lo va a suplir, cuáles son las pugnas internas en el gobierno o las pugnas entre los funcionarios públicos, cosas que, creo, al locatario, al ama de casa o al estudiante “normal”, no les interesan, ni les va ni les viene. Entonces, te agradecen más un chiste –aunque sea reciclado–, alguna anécdota, algún desmadre, una crónica bohemia; creo que lo agradecen por lo menos por dibujarles una sonrisa.
Pepe López Arévalo leyendo Xmedios en su bunker / Foto: Xmedios
–Por su contenido cualquiera diría que tu columna es machista…
–Ufff, todo lo contrario. Es completamente feminista porque a nivel de cuentos y chascarrillos comulgo más con las ideas feministas, el sacar mujeres guapas y estéticas, con erotismo, creo que es un homenaje a las mujeres. A parte de que tengo muchas amigas lesbianitas que también lo agradecen.
–Por las fotos que publicas parece que eres un adicto a las páginas porno.
–No, no. Creo que es una mala lectura porque no saco fotos pornográficas. Son mujeres vestidas, a lo mucho enseñan los senos, que son además generosos. No saco fotos grotescas ni nada por el estilo. He sacado, inclusive, algún desnudo masculino pero tienen poca aceptación hasta entre las mujeres. Como que no les gusta, lo rechazan, no están acostumbradas al desnudo masculino.
–Esas mujeres fenomenales de las que escribes y tus célebres borracheras ¿son la neta o literatura pura?
–La mayoría son la neta, protejo nada más los nombres de las personas involucradas no porque estén casadas, no, yo sí estoy casado pero mi mujer es liberal, es libre, no tengo problemas por eso, pero las amigas luego sí, por su mamá, por su papá o por sus amistades, por no quemarlas. La mayoría sí son vivencias, no necesariamente personales, a veces son de algún cuate, por ejemplo luego escribo que en el sillón se revolcaron y se mordieron las nalgas, hablo por alguna amiga o por algún amigo, no necesariamente soy yo.
–Entonces tu Marypower no te censura.
–No, para nada. No podría. No podría porque ella también hubiera sido censurada de antemano porque sabía el ritmo cardiaco en el que yo me desenvuelvo.
–¿Por qué escribir y no otra cosa?
–Escribir es para mí algo compulsivo, aunque sin caer en los extremos de Letras prohibidas, en donde el Marqués de Sade es reprimido y llega a escribir con sangre y hasta con la mierda. Yo no podría dejar de escribir. Si veo una película llego a mi casa o a la oficina a escribir qué tal me pareció, si es que trasciende algo en mí, ya sea por chingona o por mediocre. Igual un buen libro, lo leo y me nace describirlo para decir está bueno o es una porquería; una mujer guapa o quizá una mujer fea, cualquier cosa que genere un cambio en mí. Y eso es una chingonería, que no he perdido la capacidad de asombro. Escribir es una enfermedad, no puedo dejar de escribir.
José López Arévalo / Foto: Xmedios
–En esto de escribir, ¿lo tuyo es la putería, como te dijo un amigo?
–Eso me lo dijo directamente el dirigente del Mercado de Los Ancianos. Dijo no, no, no escribas de política, lo tuyo es la putería, es lo que disfrutamos, así que échale más por ese lado. Y definitivamente a mí me gusta más eso. Si a mí, en un momento determinado me pagaran por ese trabajo, me dedicaría a escribir de sociales, espectáculos y vivencia diaria. Sería un cronista de desmadres, cantinas y puteros. Desgraciadamente a nadie le interesa eso, me refiero a nivel de empresarios, a nivel de pueblo si les gustaría un chingo. A pesar de que digan que ya hay un muchos periodistas, existe un gran vacío de cronistas, de sociales por ejemplo –salvo el Duque de Santo Ton que hace algunos intentos–, pero en realidad ninguno me hace ver ni sentir la emoción de los que se están casando, ni siento que le están poniendo el anillo nupcial, ni intentan meterse en la cabecita de alguno de los contrayentes o de quienes los rodean. No hay crónica social ni crónica policiaca, no hay crónica de algo, es pura, no digamos que porquería, pero la mayoría sí. No dan ganas de leer los periódicos, locales al menos.
–¿Tus kamarradas te buscan por lo que escribes o por el vodka?
–Creo que primero por mis amigas, tengo un chingo de amigas. Soy una lesbiana atrapada en el cuerpo de un hombre. Tengo muchas amigas, llego a ser su confidente, su alcahuete, su papá, hermano o hijo que no tuvieron. En ese nivel me buscan mucho, tengo muchas, muchas amigas, de eso sí me puedo preciar, y a ellos les gusta tener un cuate que tenga muchas amigas y aparte, el desmadre, la irreverencia. Además mi cueva es un lugar bastante libre al que cualquiera llega, que si le pegó su mujer o no lo cogieron bien en la mañana, pues se siente con ganas de venir a platicar o echar la cervecita o a desayunar, y como uno es libre, pues en ese momento se solidariza con los cuates.
–¿A Kemosaby le gustaría entrarle a la polaka o al table dance?
–No, a ninguna. Al table dance no porque sería un acto de cinismo, debería primero meterme al gimnasio y estirar un poco, a lo mejor con algún ladrillo, mi pequeño clítoris que tengo entre las piernas. Pero a la política no, aunque de alguna manera hacemos política, el periodista no es ajeno a esto; al denunciar o al propagandizar los rollos políticos de tal o cual partido sin duda estamos involucrados en la política, aunque no necesariamente en la política electoral. La política electoral en realidad no me atrae, pero tal vez sí podría ser suplente de alguna dama que fuera candidata a lo que sea; pero a nivel de echar desmadre, de ir a las cantinas y a los puteros, no por ganar sino por ser un poco irreverentes y por darle algo de sabor al caldo.
"Escribir es una enfermedad, no puedo dejar de escribir." / Foto: Xmedios
–¿Cuál es el camino de la clandestinidad al periodismo?
–Para empezar no se programa, es un proceso de evolución o involución, depende del ángulo en que se mire, en el cual se van perdiendo, o ganando, virtudes o defectos que hacen que su gradualismo te lleve a otro extremo de tu vida sin que te des cuenta, hasta que en un momento determinado estás “estacionado” y descubres que el ayer queda algo retirado, inclusive ya ni te acordarías de cómo o por qué actuaste de tal o cual manera. En mi caso no fue un proceso de descomposición y menos de traición, tan es así que los grupos guerrilleros y rurales todavía me tiene en buena estima, pero sencillamente no me llenó las expectativas; quizá fui víctima también de lo que se llamó la crisis de los paradigmas, la caída del Muro (de Berlín), el proceso de reflexión y también de las crisis que hubo al interior de los grupos acá. Fue muy desgastante para mí ver a compañeros líderes inducir procesos de depuración en los cuales perdieron la vida amigos y amigas muy valiosos, que me dolieron mucho y me hicieron ver que a lo mejor yo no estaba hecho para eso, a lo mejor me faltó estatura, no sé. Pero he tratado de ser congruente con mis sentimientos y tan pronto sentí que los proyectos del cambio y de la revolución ya no iban conmigo, me salí de ese proceso para no, en un momento determinado, vivir desencantado o ser un blanco fácil de la delación al ya no creer. Creo que me salí a tiempo; igual otros salieron, otros siguen, respeto a todos, yo también lo único que quiero es que me respeten y por mí, como decía mi abuelita, que cada quien haga de su culo un arrabal.
–El Che Guevara o Marcos.
–El Che Guevara, Marcos para nada. Quizá se le admire por su irreverencia y su sarcasmo; sus paradigmas llevan a muchos sectores pequeño burgueses a admirarlo, pero yo, no dudo que es un cuate muy congruente y lo respeto y le tengo cierto grado de admiración pero el Che Guevara es otra cosa. Hay un mundo luz de distancia.
–Entonces, no crees que todos somos Marcos.
–No, para nada; malaya todos fuéramos narcos, para que todos tuviéramos paga…
–No, narcos no, Marcos.
–No, definitivamente no, no todos somos Marcos. A parte hay mucha incongruencia entre los postulados del zapatismo y sus hechos, el mundo en el que todos quepamos que tanto pronuncian. Yo conozco los círculos zapatistas de los campesinos y es una intolerancia tremenda donde hay ajusticiamientos y hay zonas en donde “barren” para mantener su dizque liderazgo y sus creencias. Y él (Marcos) mismo lo reconoció cuando hablaba de que el zapatismo o la lucha armada tuvo mucha intolerancia.
[box style=»rounded»]Kemosaby y el cuerpo
Cabello: Empezaste muy duro, pero diría deseo.
Ojos: Café claro.
Boca: Sensual.
Lengua: Ohh, felación.
Cuello: Rico.
Hombros: Besables.
Senos: Duros.
Manos: Acariciadas.
Ombligo: Sexi.
Nalgas: Quiero.
Monte de Venus: Cunnilinguis.
Piernas: Duras.
Rodillas: Para hincar.
Pies: Para masajear.[/rescue_box]
[box style=»rounded»]Silueta
José López Arévalo es periodista de profesión, lleva ya una década publicando Línea Sur y casi 20 años haciendo columna. Nació en Yajalón, Chiapas; tiene 44 años y es además director del semanario electrónico Este Sur.
Dice tener 5 hermanos de padre y madre, y de papá un chingo. Su estado civil lo define como unión libre y multiorgásmico; tiene cuatro hijas (“ya ves que soy feminista”, “soy huevos de oro, como dicen en mi pueblo”).
Se declara aficionado a la bohemia, al ajedrez, a la amistad, a ir al cine y a la lectura, obviamente.[/rescue_box]
*Entrevista publicada en Xmedios, Comunicación y sociedad, No. 2, Agosto 2003
Cada mes de marzo, desde hace seis años, se lleva a cabo en Tuxtla Gutiérrez el torneo de tenis “René Carrillo Chávez”, nombrado así para rendir homenaje a un pionero del deporte blanco en Chiapas, México, que incansablemente ha impulsado el tenis con el ejemplo, ya que a sus 85 años sigue jugando “y seguiré haciéndolo hasta que Dios me lo permita”.
Leticia Bárcenas González / Guadalupe García Gómez Fotografía: Martín Barrios
Amoroso padre de familia y abuelo consentidor, “me casé un martes 13, a los 21 años y a los 28 ya habían nacido mis hijos”, don René ha hecho del tenis una parte fundamental de su vida, incluso su esposa, la señora Estela Reyes de Carrillo, jugaba con él: “Fuimos campeones de dobles en la modalidad de mixtos y mis hijos e hijas, algunos nietos y nietas, incluso mis yernos, juegan tenis.Toda la familia juega tenis”.
"El tenis tampoco puede ser para todos porque las raquetas y las pelotas son muy caras" / Foto: Martín Barrios
El presidente de la Asociación de Tenis en el estado de Chiapas en dos ocasiones y socio fundador del Club Campestre de Comitán, A.C., dice que es tenista el que juega tenis, no importa la categoría ni la edad, además que al competir «uno nunca piensa que va a ganar aunque va con ese deseo». De esta pasión y otros aspectos de su vida nos platica René Carrillo Chávez.
¿Dónde y cómo aprendió a jugar tenis?
Aprendí en Comitán (Chiapas, México), antes había jugado basquetbol en Durango, mi tierra natal. Cuando llegué a Comitán lo seguí jugando; con la selección de Comitán vine a Tuxtla Gutiérrez a jugar tres torneos estatales. La cancha de basquetbol no estaba techada y era de cemento, por lo general hacían los torneos empezando el 20 de noviembre. Llegó un momento en que ya por la edad, tenía 28 años, decidí dejar de jugar básquet y conocí una persona en Comitán muy aficionada a jugar tenis, empezamos a jugar. Primero jugábamos en una cancha que se hizo en el centro (de Comitán), después ya fue en el Club Campestre de Comitán. Y como no teníamos otra cosa que hacer jugábamos de lunes a domingo. A los tres años ya salíamos a jugar a Guatemala, eso fue en 1958.
¿Cómo se recuerda por primera vez con una raqueta en la mano?
Muy distinto al de ahora. Las raquetas entonces eran de madera. Las pelotas eran blancas. El uniforme era blanco. Ahora todo ha cambiado. Cuando nosotros jugábamos no se televisaba, el tenis no era popular. César Cortés Hernández fue a invitarnos de aquí, de Tuxtla (Gutiérrez). Él nos dijo cómo agarrar la raqueta, nos dio algunas indicaciones, después fuimos a jugar a Quetzaltenango, Guatemala, trajimos unas medallas de allá y poco a poco nos fuimos probando. Llegó un momento que, como lo agarramos con muchas ganas, a los tres, cuatro años no nos ganaba nadie en el estado.
Los uniformes, ¿cómo han cambiado?
Eran unos pantalones más cortos y tela blanca. Ahora hay de color. Los hombres usan pantalones más largos o cortos; las jugadoras, muy guapas, llevan un estilo especial para cada una de ellas, porque el tenis se convirtió en un deporte de mucho dinero y de mucha asistencia. Hay torneos en los que ponen más gradas arriba porque no cabe la gente y antes ni quien pensara en el tenis, si acaso practicarlo pero no verlo.
¿Por qué se le llamaba deporte blanco?
Precisamente por eso, se trataba de una pelota blanca y una vestimenta blanca, eso ya se acabó porque hasta la pelota es amarilla y es de ese color porque es más fácil verla.
¿Por qué al tenis se le considera un deporte de caballeros?
Porque antes de la liberación femenina era un deporte de caballeros. Había pocas damas que jugaban, hay fotografías de una dama perfectamente vestida, con una sombrilla en una mano y la raqueta en la otra. ¡Ay, del tenista que les echara la bola y que no la pudieran alcanzar! Porque ellas no se movían para nada. Eso fue evolucionando, las mujeres fueron practicando más este deporte o el futbol o el basquetbol, deportes más duros. Ahora las tenistas corren a una velocidad increíble. Hay muy buenas tenistas y han lograron igualar a los hombres, antes los premios en los torneos de los hombres eran más sustanciales, por ejemplo en el de los hombres eran de 20 mil pesos y el de las mujeres de 10 mil, ahora son de millones y las mujeres han ido acercándose a que les paguen lo mismo porque ya hay suficiente público para ver los torneos de mujeres como de hombres.
Creí que era porque tenían algún código o valor entre los hombres que jugaban.
Así es. En los torneos infantiles no se les pone juez para que ellos aprendan a marcar correctamente, pero muchas veces cuando hay torneos infantiles el problema es con los padres porque quieren que les pongan jueces, quieren que los siembren bien –sembrar es colocarlos en determinados puestos para que tengan jugadas más fáciles, es un problema. Ellos juegan muy bien, es raro el muchacho que juegue y que intencionalmente se robe una bola, es decir, que entró y que la marque fuera. Se acostumbran a marcar bien. No es correcto ponerles jueces. A los grandes sí les ponen jueces porque juegan tan rápido que es difícil ver la bola, incluso ahora ya ven la repetición y saben si fue buena o fue mala.
¿Qué cambios han sido relevantes en el tenis desde que usted inició su práctica hasta hoy?
Fundamentalmente la raqueta, ésta era de madera, tenía cierta flexibilidad, porque no era firme, ahora es rígida, se han buscado aleaciones para que la bola se vaya más rápido, han cambiado las mismas cuerdas de la raqueta. La quieren hacer más rápida y más bonita. Las canchas han sido iguales. En el torneo de sobresalientes que se llama el Grand Slam y que está constituido por cuatro torneos internacionales: el Abierto de Australia, el Roland Garros, el Winbledon y el Abierto de Estados Unidos, ahí las canchas eran las normales, no sé por qué los locutores le llaman polvo de ladrillo, si son de arcilla y son muy lentas -aunque las de pasto artificial son las más lentas-, luego le siguen las de asfalto, que son más rápidas; las de cemento, más rápidas todavía y las de pasto que son las más rápidas de todas. En Australia y en Inglaterra se usaban las de pasto, en Australia ya juegan en cancha dura. Entre más rápida es la cancha, más difícil es el juego.
¿La Asociación de Tenistas Profesionales (ATP) sólo dirige el tenis profesional masculino?
No, también el femenil, aunque ahora ya hay también una asociación femenina y hay torneos especialmente femeninos. Los hay combinados: femenino y masculino, pero también sólo masculinos y donde sólo juegan mujeres.
En Chiapas, ¿desde cuándo se aceptó a las mujeres en las canchas de tenis?
Cuando llegué a Chiapas, hace ya muchos años, jugaban como unas seis mujeres, ahora hay muchas. Tenemos una excelente jugadora que se llama Alexia Coutiño (Castillo), quien ha jugado en Croacia, en París, en Miami.
¿El tenis es un deporte de élite o cualquier hijo de vecino puede practicarlo?
Era de élite, ahora ya no tanto, pero tampoco puede ser para todos porque las raquetas y las pelotas son muy caras. Las raquetas buenas cuestan más de mil pesos.
¿Cree que en las escuelas se debería enseñar el tenis cómo se enseña el futbol?
Debería de ser pero es muy difícil. Precisamente para tratar que la gente juegue más o para sacar mejores tenistas se pide un centro de alto rendimiento. La idea es que sea un lugar en donde se pueda enseñar a todos los que quieran jugar, que los que no tengan muchos recursos puedan aprender y jugar tenis.
¿Cuál fue el primer juego importante en su carrera como tenista?
Pues cuando fuimos a jugar a Guatemala. Ya estaba aquí, en Tuxtla Gutiérrez y teníamos de entrenador a un joven muy bueno, que fue campeón nacional, a Jorge el “Yuca” Mendoza.
¿Qué sintió en ese momento?
Cuando uno entra a jugar siente miedo, como en todos los deportes. Pero si se pueden controlar los nervios, uno se olvida y se pone a jugar y a disfrutar.
A parte del “Yuca” Mendoza, ¿quiénes fueron sus entrenadores?
En Comitán, un muchacho que era un buen jugador, Raúl Sánchez, y que lamentablemente murió muy joven, de cáncer. En esa época era el mejor jugador que se había producido en Chiapas, porque hay otro, «Panchón» Contreras que era chiapaneco pero él se hizo tenista en la ciudad de México.
¿Usted ha entrenado a alguien?
No, para nada (risas).
A usted se le reconoce como el precursor del tenis en Chiapas, ¿alguna vez se imaginó que hubiera un torneo con su nombre?
¡Desde luego que no! Cuando cumplí 80 años entré a un torneo de dobles y llegamos a la final, entonces entre los socios del Club (Deportivo Tuxtla) y el presidente de aquel entonces lo decidieron, yo era secretario y el presidente me dijo: oye, queremos que haya un torneo con tu nombre, dije, no; pero no me hicieron caso (risas).
"El presiente del Club me dijo: oye, queremos que haya un torneo con tu nombre, dije, no; pero no me hicieron caso" / Foto: Martín Barrios
¿En algún momento concibió su vida sin este deporte?
Cuando me dio un infarto, sí. Hace seis años me dio un infarto y creí que ya no podría jugar tenis. Del Deportivo me llevaron (risas). En la mañana jugué, me fui a bañar y al rato me llevanl al doctor, estuve ocho días en el sanatorio. Creí que no volvería a jugar pero mi cardiólogo que es muy deportista, es triatlonista a nivel mundial, me dijo puede caminar y hacer ejercicio; poco a poco empecé a pelotear en la pared, hasta que volví a jugar.
Tiene 85 años y ya sufrió un ataque al corazón, ¿qué lo motiva a seguir jugando?
¡Me gusta mucho! Y voy al Club Deportivo (Tuxtla) todos los días porque soy directivo, soy tesorero, y creo que la única forma de pagar este honor de tener un torneo con mi nombre es seguir trabajando a favor del Club.
Cuando se inició en el tenis, ¿cuáles eran sus metas?
Jugar, nada más jugar. En Comitán nadie pensaba que el tenis fuera a tomar este auge. Vinieron los de la televisión y poco apoco se fue haciendo grande y más grande. ¡Es una cosa increíble! Ver tanta gente, como si fuera una verbena, yendo de una cancha a otra, es increíble de verdad.
¿Se puede vivir del tenis en Chiapas?
Los entrenadores, sí. Nosotros (en el Club Deportivo Tuxtla) tenemos tres entrenadores y viven muy bien del deporte blanco. Por ejemplo, en Comitán había un entrenador, que vino de (la ciudad de) México, que le pagaban 20 mil pesos más la renta de casa y su señora también ayudaba, así que si se dedican al tenis, sí pueden vivir.
Cuando le han preguntado su profesión a Nicolás Almagro, éste respondió: tenista. ¿Usted podría decir lo mismo?
¡Sí! Tenista somos todos los que vamos a jugar tenis, no importa la categoría, si es profesional, si está empezando a jugar, si es muy joven, si tiene 10 años, 12, los que sean, es tenista.
A parte de Guatemala, ¿ha jugado en otras ciudades?
Sí, en Huajuatenango, en Quetzaltenango y en la ciudad de Guatemala en el país vecino; aquí en el Sureste hemos jugado en Oaxaca (Oaxaca), en Villahermosa (Tabasco), en Mérida (Yucatán) y en Jalapa (Veracruz). En mi época jugar era muy competitivo y salíamos a jugar a varias partes.
Cómo persona, ¿en qué le ha ayudado la práctica de este deporte?
He conocido mucha gente, se relaciona uno muy bien. Los tenistas se mueven en determinado nivel, no económico, sino social, muy bonito. Hay gente que al principio entra un poco temerosa pero después se va adentrando en el tenis y su nivel social sube.
¿La raqueta le ha dejado más amigos o enemigos?
Muchos amigos, ¡yo no tengo enemigos!
¿Le ha gustado otro deporte?
¡Sí, cómo no! El basquetbol, lo jugué mucho. Para verlo me gusta el beisbol. También aquí en Chiapas he jugado softbol, en el Club Rotario de Comitán formamos un equipo y aquí, jugábamos en la Liga Municipal de Tuxtla Gutiérrez.
¿Qué es más difícil de manejar, el cansancio físico o el mental?
El cansancio físico. Desgraciadamente, la mayor parte de los tenistas no se cansan mentalmente porque no usan la mente para jugar y eso es importantísimo. La concentración al estar jugando. César Cortés Hernández, que es uno de nuestros pilares en el Club (Deportivo Tuxtla), cuando joven decía que hay un jugador que le dice al público que se calle, que el bolero lo molesta, que la luz… son pretextos, ¿no? Y el profesor Cortés decía: lo único que debe molestarlo a uno es el que tiene enfrente, nada más. Si uno está concentrado no oye a la gente, no ve al muchacho que recoge las bolas, no ve a nadie. Y son ganadores los tenistas que se concentran. Los primeros 100 del mundo juegan igual pero ganan los que logran dominar su carácter para ganar los puntos claves.
Rafael Nadal ha dicho: cada torneo es una historia diferente por eso cuando voy a los torneos nunca pienso que voy a ganar. ¿Qué opina al respecto?
Creo que uno nunca piensa que va a ganar aunque va con ese deseo. Yo lo que pensaba era en jugar bien; claro, ellos quieren ganar porque ganan mucho dinero y Nadal sabe que si juega bien, va a ganar. Es buen jugador, él y (Roger) Federer, son los mejores jugadores que hay ahorita.
Para usted, ¿quién ha sido el rival más difícil de vencer?
Un compañero de Comitán, al que casi no le podía ganar; se llama Guillermo Rodríguez. Yo le podía ganar más bien a gente que tuviera juego ofensivo y él tiene un juego defensivo que para mí es difícil.
¿A quién le gustaría enfrentarse?
Ahorita, ya a nadie (risas).
¿A qué jugador admira y por qué?
De los actuales, a (Roger) Federer, creo que es el más completo que ha habido; sin embargo, le tocó su talón de Aquiles en (Rafael) Nadal. Lo trae frito, le ha ganado nada más en las canchas de arcilla, que son fuertes. Los españoles juegan muy bien en arcilla, los argentinos también. Pero, finalmente depende del coraje, la enjundia que se le dé. A Federer a veces se le ve un poco apático. Y qué bueno que haya dos para que siempre exista el interés de saber quién llega a la final; cuando sólo domina uno pierde interés la cosa. Con dos, no se sabe quién va a ganar y han tenido buenísimos partidos.
Cuando falla un tiro o un golpe, ¿también lanza la raqueta como los tenistas que son televisados?
Cuando jugaba en torneos, sí. Puede uno dejar caer la raqueta simplemente, pero si se tiene coraje y no se puede hacer nada, era como para decirlo, no era para molestar a nadie, además no las azotaba, no, no, no (risas). No vas a dañar una raqueta o una cancha que son tan caras de arreglarlas, sólo las soltaba aunque con algo de fuerza.
¿Tienen más calidad los torneos de exhibición que los de competición o en ambos los participantes dan el 100 por ciento de su talento?
No, desde luego que no. Los de competición. Tienen más calidad por que ahí sí van buscando su lugar en el ranking, van buscando más el dinero que van a ganar. En cambio, en los de exhibición se tiran bolas para lucir y para hacer el juego más espectacular. Como ya hay tantos torneos, de exhibición hay muy pocos; solamente los viejitos que quieren seguir jugando dan de exhibición y juegan en canchas de pasto sintético para que no corran mucho.
Para ser un excelente tenista, ¿qué se requiere a parte de talento?
Constancia, disciplina, hacerle caso al entrenador. Pero ahora no se necesita sólo un entrenador. Alguien que quiera dedicarse al tenis necesita su preparador físico, su sicólogo. Los tenistas deben cuidarse, alimentarse bien y hacer ejercicios específicos para ellos. Si ves el juego en cámara lenta, te das cuenta que al golpear la pelota, el tenista también brinca. Brincar y pegar a la pelota durante tres horas, necesita una buena condición física. Es un equipo de trabajo; los profesionales ganan tanto que pueden pagar eso.
¿Usted se considera un jugador de clase, de toque o de fuerza?
De clase no, porque nadie me enseñó; de enjundia sí porque llegué a ganarle a jugadores que jugaban mejor que yo. Jugaba con muchas ganas pero más que todo utilizaba mucho la mente, estudiaba al jugador, veía cuál era su falla y entonces ahí la cargaba, hay veces que hay que irse a la red, otras que sales de atrás, depende de cómo juegue el contrincante.
¿Cuál es su mejor golpe?
De derecha.
¿A quienes considera los mejores tenistas chiapanecos?
Raúl Sánchez, su hermano José Sánchez, en aquella época. Ahora, hay muchos tenistas buenos que están “rankiados”.
¿Y quienes serían los mejores tenistas mexicanos?
Comparados con Raúl Ramírez, con (Rafael) el “Pelón” Osuna, Mario Llamas, Gustavo Palafox, no los hay, no, no hay.
¿Hay un partido en especial que le sea entrañable?
Sí, el de Villahermosa, Tabasco (México). Me tocó jugar con un señor que se llama Pepe Olai y como tuve oportunidad de verlo jugar antes, lo estudié bien y aunque jugaba mucho mejor que yo, le gané y ganamos la Feria. Como no llevé a mi esposa ni a mis hijas a ese torneo, nos emborrachamos (risas) y nos acabamos el dinero. Yo vivía en Comitán y fuimos en un carro de Lupe Sánchez. Y a un tocayo mío: René Castellanos, hermano del que fue gobernador (Absalón Castellanos Domíguez), como tenía una farmacia ahí en Villahermosa, le pedimos dinero para regresar y ya después se lo enviamos (más risas).
¿Alguna vez bajó los brazos antes de tiempo en un partido?
No, desde luego que no.
¿Qué partido no se perdona haber perdido?
Sí, una vez, ya de veterano jugué una final del Torneo de Farrera y el premio para el primer lugar era ir a Huatulco (Oaxaca). Iba ganando y aflojé sin querer y el jugador, que era de Tapachula (Chiapas), me ganó en muerte súbita. (Risas) Quedé en segundo lugar cuando lo tenía casi ganado, llevaba creo que 5-3 o 5-2. Y aflojé y cuando vine a ver empatamos a 6 y en muerte súbita me ganó ir a Huatulco (más risas).
¿El tenis le ha robado alguna lágrima?
No, no.
Y en el amor, ¿el tenis ayuda?
¡Sí! Sí ayuda (risas).
¿Qué goza René Carrillo, a parte del tenis?
La música. Toda la música bien tocada. Igual me gusta la música clásica que un marichi. Me gusta mucho la música cubana.
Si no hubiera sido tenista, ¿qué hubiera sido?
Lo mismo que soy profesionalmente, contador.
¿Cómo ha compaginado el tenis y su familia?
¡Muy bien!, casi todos son tenistas. Mi hija Rebeca juega tenis, sus hijos juegan tenis, su marido juega tenis. Mi mujer jugaba tenis, nada más que se cayó y ya no (risas). Tenemos unos nietos en Monterrey (Nuevo León) que juegan tenis.
"La mayor parte de los tenistas no se cansan mentalmente porque no usan la mente para jugar" / Foto: Martín Barrios
Si tuviera que dividir su vida en un antes y un después, ¿cual sería el centro?
Mi vida sí se divide en dos partes en lo personal, porque hasta los 40 años era tartamudo. Llevo ya 46 años de que ya no serlo, creo que por eso me gusta hablar tanto, ¿no? (Risas). Para que se me quitara lo tartamudo entré en Comitán al Club de Leones y me obligué a hablar en público. Cuando me daban alguna comisión, pensaba lo que diría, lo escribía y no podía leerlo, estaba temblando. Cuando vine al Club Rotario (de Tuxtla) quería leer algo, un compañero se paraba y decía: Lo que René quiso decir es… (risas). Y cuando leía de corridito me aplaudían. Después ya podía hablar sin necesidad de leer y hasta concedía entrevistas como lo estoy haciendo con ustedes (más risas). En una ocasión vinieron los del canal 13 para entrevistarnos, a mí y al presidente del Club, para que les contáramos la historia del Club, pero como el presidente había sido gerente de un banco, se puso una playera con las iniciales del banco y dijo, no, no salgo, así que tuve que hacer solo toda la entrevista. Eso para mí fue muy significativo.
René Carrillo Chávez, ¿es feliz?
¡Muy feliz! Desde luego. Si yo ya hubiera muerto y si hubiera la posibilidad de que me dijeran: ¿quieres volver a la vida que has tenido? Yo hubiera dicho que sí y volvería a la vida que tuve, a pesar de algunas situaciones que pasé como apuraciones económicas. Me hubiera casado con la misma mujer, todo hubiera sido igual.
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SILUETA
Lugar de nacimiento: Durango, Durango, México.
Edad: 85 años.
Tiempo de radicar en Chiapas: Más de 50 años.
Número de hermanos: 4. Ya murieron 2 de los más jóvenes, o de los menos viejos, según se vea.
Estado civil: Casado. Años de casado: 65 años.
Número de hijos: 5 de los cuales viven 4.
Número de nietos: 12
Número de bisnietos: 14 con el que nacerá en mayo o junio del 2012.
Pasatiempos: Escuchar música, ver televisión.
Actriz: Sophia Loren
Rituales: No sé si sea un ritual el orden porque sigo un horario para mis actividades diarias.
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EN CORTO
Juego: Tenis
Set: También tenis
Cancha: Basquetbol
Red: Tenis
Césped: Futbol
Devolver: Tenis
Atacar: También tenis
Ranking: Futbol; el ranking me sirve para saber cómo van los Jaguares y ver cómo quedaron las Chivas “rajadas” del Guadalajara (risas).
Raqueta: Tenis
Punto: (Risas) Más tenis
Grand Slam: Tenis
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*Entrevista publicada en dos partes en el diario El Heraldo de Chiapas, 17 y 18 de marzo 2012
Gabriela G. Barrios García / Leticia Bárcenas González
Fotografía: Raúl Ortega / CORTESÍA
Se ha dicho que la fotografía es registro, pensamiento, interpretación de la realidad, por lo tanto es subjetiva, a través de ella se cuentan historias y proporciona información de gente, lugares y situaciones del diario vivir.
Autorretrato / Raúl Ortega
A lo largo de la historia han existido controversias y reflexiones en la forma de hacer fotografía y la creación de imágenes de aquellos que deciden buscar y ofrecer una visión muy particular de ver el mundo al registrar, proponer y opinar con la fotografía, no sólo como un pasatiempo o un registro personal sino de manera profesional.
¿La fotografía es sólo el arte y la técnica para obtener imágenes duraderas debidas a la acción de la luz? ¿La fotografía es sentimiento? ¿Quién está detrás de cada imagen? ¿Qué es un fotógrafo? ¿Quién es Raúl Ortega?
Raúl Ortega es un reconocido fotógrafo que vive en Chiapas desde hace más de una década y cuyo trabajo ha sido reconocido a nivel nacional e internacional, primero como reportero gráfico y actualmente como fotógrafo independiente, con proyectos a largo plazo de temática social.
Su encuentro con…
Para Raúl Ortega, ser fotógrafo es sorprenderse y descubrir muchas cosas y vidas y la fotografía es retratar en el tiempo y espacio que le tocó vivir, es principalmente dar su opinión: “Es como decir yo pasé por aquí y vi esto. Si partimos de que la fotografía es un medio de comunicación o de expresión, es como mostrar un mundo, aunque sea el mismo mundo que retratemos, de distintas maneras. De eso que te sorprenda o que te gusta o que vas armando visualmente o imaginando y de pronto no lo encuentras. Es muy complicado, no es una ecuación matemática”.
Desde muy pequeño, estudió dibujo y pintura con maestros del barrio donde vivía. Eligió la carrera de diseño. Todo ello se fusionó en su primer trabajo en el periódico Unomásuno, que era un medio de izquierda, el de avanzada, comandado por Manuel Becerra Acosta quien junto a Julio Scherer García, había roto con el Excélsior y se habían peleado con el gobierno “una serie de cosas muy interesantes y apasionantes”, como él lo afirma.
Trabajó en el área administrativa, “no me llamó la atención el diseño dentro del periódico porque era sólo formar el periódico, eso no era muy atractivo para mí. Entonces comencé a voltear a otras áreas y una de ellas fue la fotografía. Me empezó a gustar y tuve la oportunidad, gracias al sindicato de aquel momento y a la empresa, de tomar clases en una escuela que se llamaba Casa de las Imágenes y ahí es donde aprendo un poco y me quedo con el gusto de haber conocido la fotografía”.
¿Cuál fue tu primera fotografía?
Estudiando en Casa de las Imágenes con el profesor Carlos Morales y con una reportera gráfica famosa que trabajaba en el Unomásuno, Marta Zarak, quien fue la primera mujer fotógrafa enviada a una guerra por parte de un medio mexicano. Esa escuela era un proyecto de arte cultural en el cual estaba inmerso Antonio Turok, destacado fotógrafo en aquel momento, que había estado en Centroamérica. Estudiando ahí me dejan mis primeras imágenes y recuerdo que tomo muchas fotografías pero una de las que yo decido hacer, es decir, la tomo, revelo el rollo y la imprimo, es una foto de una iglesia al atardecer, que está por el metro Salto del Agua. No creo que sea muy buena pero fue mi primera foto (risas).
¿En qué año y con qué cámara la tomaste?
El año no me acuerdo, esto debe haber sido a los 23 o 24 años, o sea, ya mucho tiempo (risas), tengo 48 años. Y ¿con qué cámara la tomé? Dicen que con la mejor cámara del mundo, una prestada. En ese momento no tenía cámara, me la prestaron y si mal no recuerdo, fue de un reportero del periódico que se llamaba José Luis Rocha, quien me prestó una cámara vieja que él no usaba, una Canon, no me acuerdo del modelo pero eso sí, pesaba más que una computadora de ahora (risas).
¿Cómo eliges lo que vas a fotografiar y lo que no?
Es muy difícil, muy complicado responder algo así porque no lo eliges, muchas veces hasta te elige el hecho, la circunstancia, es como una pequeña suerte. Siempre buscas o intentas, en mi caso hay dos factores. Dentro del periodismo siempre buscas la noticia, estar en ciertos momentos, los más importantes, donde haya más acción o donde se dé un momento relevante a raíz de la política o algo así pero ya haciendo fotografía no tan periodística, por principio es el tema y de ahí empiezas a hacer un recorrido, entre más sabes del tema mejor podrás retratarlo, se te irán menos cosas, lo podrás documentar mejor. Una imagen me ha llevado a otra, una persona a otra, un hecho a otro y de pronto te sorprende la misma realidad. Por fortuna yo quisiera seguir sorprendiéndome por mucho tiempo con la imagen y con lo que es el mundo.
Selva Lacandona; Chiapas, México / Raúl Ortega
En qué género te sientes más cómodo: fotoperiodismo, retrato, paisajismo…
Mi formación, orgullosamente, fue el periodismo, muchos años lo hice con muchas ganas, con pasión y creo que lo hice así porque hubo gente que lo sabía y me lo enseñó. No me refiero nada más a fotógrafos, sino reporteros, amigos. Participar en dos periódicos de los más importantes en su momento, como el Unomásuno con Manuel Becerra Acosta y La Jornada, en la primera etapa con Carlos Payán y ahora con Carmen Lira y después, cuando salgo de La Jornada, en la revista Proceso, que para mí es también de los medios más importante en México, es un orgullo. Estar alrededor de muchísima gente que tiene ganas de hacer cosas, que ve distinto al mundo, creo que eso te ayuda. Ya hace tiempo que no hago esta foto diaria, me he tendido más hacia la foto documental y menos la noticia pero creo que lo único que ha cambiado son los tiempos que tengo para ir retratando lo que quiero o el tema que tengo o lo que puedo retratar.
¿Cuáles son los temas fundamentales en la fotografía de Raúl Ortega?
Creo que es uno, fundamentalmente, la gente. Para mí lo más importante en la fotografía son las personas y creo que en distintas facetas, la gente y la tolerancia; podría decirse que es una complicidad con ellos, con lo que retrato. Tengo muchos temas sociales y principalmente me identifico con las luchas sociales que se han dado y he podido cubrir.
Dices que hacer fotografía es una manera de vivir, de ver el mundo y a la vez de ser cómplice. ¿En México se puede vivir de ser fotógrafo?
Es muy difícil y cada vez peor. Te puedo decir para empezar, que este año tengo dos meses sin trabajar, desgraciadamente cada vez se puede menos y más cuando no te alquilas a un medio, a un sistema y esto no lo digo siquiera en un mal plan, es decir, si no trabajas en alguna institución o una empresa, es más complicado porque estás en la espera y a la caza de poder hacer, por un lado la fotografía que tú quieres y que te gusta pero por otro lado, ganar dinero para vivir. De alguna manera lo he podido llevar bien porque mis fotografías han estado expuestas en galerías y en museos, eso en algún momento me ha permitido vender imagen y vivir de la obra; en otro momento, el ser periodista te permite vender tus imágenes a razón de los intereses de los medios o de la noticia pero hay otra parte, cuando se cierra el mercado en un año de crisis o electoral, como por lo general pasa en México y tampoco perteneces a ningún lado pues te quedas sin trabajo y bueno, en un estado como Chiapas, en el que por desgracia todos dependemos del gobierno porque no hay iniciativa privada, porque se mueven pocas cosas, se complica más y es de pronto hasta desesperante. Increíblemente yo había podido vivir toda mi vida de ser fotógrafo y hoy, con un poco más de experiencia, tal vez sabiendo un poco más, cada vez puedo menos vivir como fotógrafo. Seguramente en algún momento de mi vida, ¡ojalá!, pueda hacer fotografía y algo más. Quizá me quede haciendo algo más en vez de fotografía.
¿Y qué sería ese algo más?
Es también una decisión medio complicada porque ya no sé hacer nada. Llega un momento en el que si ya tienes 25 años haciendo fotografía y crees que es lo que sabes hacer y de pronto te dicen que eso no se vende, pues te ponen en un aprieto.
¿Y no has pensado en algún momento poner un estudio?
Yo siempre he renegado de esa fotografía, no porque esté mal sino porque no me gusta hacerla; ahora, quizá acabe un poco así. No quisiera.
Quizá dar cursos.
Preferiría quizá pero qué tanto será realmente rentable. Y la otra, finalmente dejas de ser fotógrafo. Yo digo, ojalá sea algo relacionado con lo que hago y me gusta. La verdad es que se torna cada vez más complicado o igual y pones una cafetería con alguien y podrás vivir de eso y bueno quizá puedas hacer algún proyecto personal por ahí, muy de vez en cuando, pero ese tiempo que necesitas para trabajar en foto, ya no lo tendrás, será para trabajar en la cafetería o la pastelería o vendiendo tacos y ya no podrás hacer lo que te gusta. Esa es parte de la realidad.
¿Qué buscas con tu fotografía, reconstruir, rescatar o escribir la historia?
Para empezar sobrevivir (risas). Es un poco como retratar en el tiempo y espacio que te tocó vivir pero principalmente es dar tu opinión. Es como decir: yo pasé por aquí y vi esto. Si partimos de que la fotografía es un medio de comunicación o de expresión, lo que yo veo tal vez ustedes no lo vean o viceversa, es como mostrar un mundo, aunque sea al mismo mundo que retratemos, de distintas maneras. Por ejemplo, yo he sido poco religioso en mi vida y mis temas son muy religiosos, como las fiestas (indígenas) y ahora lo que estoy haciendo de la religión yoruba (en Cuba). Me llaman la atención esos temas pero los tomo hacia la tolerancia, pueden ser indígenas o afrocubanos y con todo respeto tratando de hacer lo mejor. Pero alguien que esté relativamente en contra de ello, hará otro trabajo y dirá esto es lo peor y se basará en esa ideología para hacerlo. Más bien sería una cuestión de mostrar esa parte de mundo que normalmente criticamos pero que ni siquiera conocemos, ni decir ni son mejor ni peor, son otros, son ellos, muy respetables como seguramente lo serán otros.
En tu carrera como fotógrafo, ¿qué imagen te ha conmovido?
Varias. Hay una que creo nos marca a todos, es la de la niña en Vietnam (Kim Phuc fotografiada por Nic Ut), para mí es una de las fotos que siempre recuerdo y que marca el fin de una época, que no fue la mía, pero que marca un tiempo. Hay unas fotos tremebundas de impactantes por la violencia, la guerra. Creo que también es un poco una cuestión de la edad, tiendes a ser un poco más beligerante, más duro. También la situación cambia respecto a lo que has tomado en mucho tiempo de tu vida y recuerdo más otras fotos que son menos impactantes socialmente pero más hacia la parte sentimental. No hablo del corazón, este de las telenovelas o de las publicaciones de la prensa rosa, hablo más del sentimiento. Del corazón de a de verás, de ese sentimiento humano importante que necesitamos todos para sobrevivir en la sociedad que estamos viviendo, que podría ser “El Beso” de Robert Doisneau que podrían ser también hasta un poco las fotografías de Sebastiao Salgado. Yo creo que son muchas.
Su concepto de…
Algunas veces serio, Raúl Ortega reflexiona sobre el hacer de los fotógrafos, otras, con la sonrisa en los labios y una evidente pasión por la fotografía, dice que dentro de ésta, también hay modas como en la ropa, el arte, la pintura, etcétera, por lo que muchas veces se premian las fotos que no necesariamente son las mejores, lo que no es cuestionable es que toda foto es registro, por mala que sea, que se le considere arte dependerá de los valores estéticos, la intención, el tiempo e incluso la vejez que tenga la misma imagen, por ejemplo, una fotografía de la Revolución Mexicana pudo no ser valorada en su momento como los es hoy.
Ciudad de la Habana, Cuba / Raúl Ortega
¿Qué hay detrás de cada fotografía?
¡Un poco de vida! Creo que detrás hay un poco de ti mismo y de experiencia y ojalá haya, por lo menos dentro de lo que quiero hacer, mostrar, haya un poco de lo que pienso y veo.
¿La fotografía crea fetiches, por ejemplo de las cosas y de los tiempos idos?
Sí, la fotografía tiene que ser nostálgica por antonomasia; porque finalmente estás viendo algo que ya no existe, algo que se fue. Y que también puede ser polémica porque la historia de cómo fue y la manera de ver el mundo de cada uno de nosotros es distinta y al ver esa historia, ese punto de un tiempo que ya no existe… podría haber un debate interminable.
¿Qué es la belleza para el fotógrafo Raúl Ortega?
La belleza es principalmente un sentimiento, que no pasa necesariamente por lo físico. Sería un sentimiento que te pueda llenar el pecho y que puedas transformar en algo, en lo que tú quieras, si haces fotografía, ojalá fuera en fotografía, porque creería que sí puedes ver la belleza en un movimiento social, en un hospital siquiátrico o en una fiesta de indígenas.
¿El cine ha influido en tu trabajo?
Sí, creo que en el mío y en el de todos. Estamos saturados absolutamente de medios y de imágenes por todos lados. Creo que finalmente influye querámoslo o no, para bien o para mal, a eso habría que darle una lectura y hacer un análisis.
¿El fotógrafo es un voyerista innato?
¡Sí!, gracias a Dios.
El fotógrafo Paul Graham dice que los fotógrafos, como los poetas, deben renovar su lenguaje visual, ¿tú lo has hecho?
Esas cosas como que de pronto no me gusta contestar mucho porque es difícil decir: sí, yo me renuevo cada dos años. Tendríamos que hacer un análisis de mi trabajo y ver cómo empecé, cómo fui evolucionando o involucionando realmente. Creo que sí vas cambiando; estoy seguro que no puedo fotografiar lo mismo que fotografiaba a los 25 años porque soy otra persona, a través de las experiencias que he tenido, buenas y malas, veo el mundo de otra manera a como lo veía hace días, meses o años. Creo que se fotografía distinto, eso es renovarse, que sea mejor o peor, también eso habría que valorarlo, pero sí diría que no se retrata igual a través de los años.
La fotógrafa Minnett Vari dice que las estrategias artísticas se vuelven volátiles cuando se usan como instrumento contra el olvido de la historia. ¿Tú crees que pase eso con la fotografía?, ¿se vuelve volátil?
Depende. Si pensamos que hoy las empresas que más hacen cámaras son las empresas de teléfonos celulares, podemos creer que son lo más volátil del mundo, nadie las guarda, se les echa a perder el teléfono y se pierden todas las fotos y ese fragmento de historia. Bajo esa lógica creo que sí, se vuelven volátiles pero habrá quienes tendrán mayor calidad de trabajo e intención de guardar esa fotografía, que tendrá un mayor valor, y a su vez, quien fotografíe hechos históricos, cuestiones sociales, políticas o culturales importantes, pues diría que tendrán más oportunidad de ser parte de la Historia.
¿Por qué es importante la mirada en los retratos de Raúl Ortega?
Hay hasta un cliché de decir que la mirada son los ojos del alma, yo no sé si lo sea así, lo que sí es cierto es que nos reflejan cosas; la mirada sí nos da una perspectiva de qué está pasando. Hay una foto de Marilyn Monroe, esta mujer bella, guapa, altiva, sonriente, sensual, que a mí me fascina como icono, pero que en una foto que le toma Richard Avedon, le ves la mirada y está ida del mundo en ese momento y cuando él le dice empecemos la sesión (fotográfica), hay una actuación de cómo quiere salir en la foto; creo que todos somos así pero si alguien te llega captar o tú llegas a captar a alguien en ciertos momentos denotas parte de su personalidad, que es también de alguna manera lo importante de un retrato.
Y en el proceso creativo de la fotografía ¿qué es lo más importante?
Creo que todo. Son pasos, son momentos, son lugares, son sensaciones, son sentimientos. Podría decir que en ese proceso muchas veces ni siquiera retratas, lo que pasa es que lo vives y la vivencia te hace retratar en otro momento con otra visión de las cosas. No necesariamente el proceso es fotografiar y fotografiar, es un proceso de aprendizaje, es un proceso de vivencia, es un proceso de compartir momentos y el mundo con mucha gente, unas personas con las que te toca vivir y otras con las que quieres compartir. Eso es lo que te va haciendo único en esta vida.
La representación de las escenas del pasado, ¿sirven de algo?
Sí pero creo que depende de la lectura que le demos. Diría que sí nos ayudaría hasta a no volvernos a tropezar con la misma piedra, hasta tener una conciencia de hacia dónde vamos, de no repetir errores, tener una conciencia distinta a la que tenemos, eso en el mejor de los casos. No siempre es real, creo que cada quien ve las mismas fotos con ojos distintos al igual que las obras literarias, las grandes obras cinematográficas o las grandes obras escultóricas y a todos ese proceso nos ayuda, ¿qué tanto?, creo que es personal ese proceso de crecimiento o no, de conciencia o no.
¿Aparte de la fotografía qué te produce placer?
¡Uy, muchas cosas! Creo mucho en la amistad, creo por fortuna, en la pareja, en el amor. Siempre se oye un poco raro cuando dices el amor pero hablo del amor más humano, el verdadero, éste que tiene problemas pero que al final sabes que también se puede componer o de que tienen errores los otros o tienes errores tú y al final es la voluntad y la capacidad de brincar cosas y de convivir, de equivocarse, de perdonar y de estar, lo que prevalece. Obviamente disfruto ser padre, me gusta convivir con mis hijas, realizar y compartir cosas con ellas, me gusta estar con mis amigos, me gusta mucho el cine, ir a exposiciones. Ahora que vivo lejos de mis familiares, me gusta visitarlos, estar con ellos, me causa algo muy grato. Y bueno, los placeres carnales también (risas), bueno de todo tipo, un buen vino, una buena noche, una buena velada, una buena película, un buen libro, una buena plática, un buen día de flojera absoluta o un buen día de estar muy cansado, agotado pero muy satisfecho de haber hecho una buena foto. Hay muchos placeres. Me causa todavía mucho placer el proceso de viajar para iniciar o seguir un proyecto, hay como mucha adrenalina, cuidar que no se te olvide nada. Ojalá no haya un fotógrafo al que sólo le produzca placer la fotografía.
¿La fotografía de prensa sólo retrata el lado doloroso de la vida?
¡No! Creo que la fotografía de la prensa puede mostrarlo todo, y entonces, partiendo de eso, supongo que algunas personas, no sólo en la fotografía sino también hay fotos de prensa o documentales que muestran la felicidad. Ahora, la prensa tiene una función como tal de tratar de denunciar, de decir, de mostrar a la sociedad, al poder, a la crítica y demostrar de una manera dura la realidad o la realidad que tú quieres ver.
Su trabajo en…
Según Raúl Ortega todos los proyectos son como hijos, aunque algunos estén feos; no importa si salieron así por falta de capacidad, por la situación, si no se tuvo suerte o no se pudo resolver bien, son tuyos y no hay vuelta atrás. “El libro De Fiesta para mí fue muy importante en su momento pero después ya no podía hablar de él, me cayó tan mal; todo mundo me preguntaba sobre él y ya no quería ni verlo. Lo que hiciste pues ya lo hiciste. Creo que así es todo en términos generales, pero los proyectos son eso, son por un tiempo, los acabas y los abandonas, los olvidas, como que los guardas; los proyectos nunca van a desaparecer aunque quieras pues ni siquiera esos de ¡qué horror! Ahí los vas a cargar, siempre va a haber alguien que te lo recuerde”.
Madre Dominicana, Bello Costero, República Dominicana
¿A quién te gustaría retratar y a quién no?
Por gusto retrataría a algunos y por oficio podría retratar a quien sea. No hay a quién no, digamos yo lo puedo retratar, me puede caer mal el tipo, no puedo coincidir con él tal vez con lo que piensa, con lo que cree y muchas veces lo que hace, hablando de políticos digamos, pero si tengo que retratarlo lo retrato. Pero tratando de dar mi punto de vista. Puede ser difícil pero lo intentaría.
¿Te has hecho autorretratos?
Sí. No desnudo, ¡¿eh?! (risas). Sí tengo autorretratos pero son muy pocos. Soy muy malo y me da flojera.
¿Para quién posarías?
Para nadie, realmente posar, no, no me gustaría. Se oye feo que un fotógrafo diga eso ¿no? Pero a la mayoría de los fotógrafos no nos gusta estar delante de la cámara, hay algunos que sí y son buenos para eso, les gusta y se manejan muy bien, adelante de los micrófonos y de las cámaras, hay de todo, en lo personal no me gusta.
¿Cómo ha afectado la evolución de la fotografía de lo análogo hasta lo digital en tu creación?
Creo que no afecta, modifica únicamente y si partimos de que la cámara es un instrumento únicamente para hacer algo, gracias a Dios, lo importante sigue siendo lo que está atrás de esa cámara, o sea la idea, la técnica, el sentimiento, todo lo que tienes para poder hacer fotografía. Antes era una cámara con un rollo, una película y ahora es una tarjeta electrónica, yo sigo retratando igual. Técnicamente cuando sacas la foto es un proceso distinto y la nostalgia nos hace acordarnos de lo anterior. La tecnología nos está dando la misma calidad. Creo que quienes decimos que las fotos que se preparaban con los rollos y después los químicos y el laboratorio, el cuarto oscuro y ponerlos a secar, todo ese proceso que era bien largo, pero padre a la vez y que me tocó vivirlo, es parte de la nostalgia. Que no está mal ser nostálgico de vez en cuando. Luego aburrimos un poco pero (risas) no creo que sea mejor. Por fortuna sigue siendo más importante quién toma la fotografía que con qué se toma.
¿Cómo es ese proceso de llegar como un desconocido y explicar lo que buscas en el lugar donde visitas?
Si vas con alguien del lugar y te avala es porque no te creen a ti, le creen a con quien vas, que digan “mira este es fotógrafo y viene a”, eso te valida. Si tú llegas solo y dices “soy fotógrafo y voy a”, te pueden creer o no. Muchas veces trabajas con la confianza y la confianza se gana, nadie te la regala, aun cuando te presenten, eso se trabaja con la personalidad de cada quien. Me pasó en las zonas indígenas, llegar y decir “estoy trabajando y hago un proyecto de estas características”, en algunos lugares te dicen que no les interesa y hay otros en donde te dicen que sí. Increíblemente estamos en una era de imágenes por todos lados y por la inseguridad que se vive y los miedos que hay, cada vez es más difícil tomar fotografía.
¿Qué es más cómodo para ti, fotografiar en casa o en una ciudad donde eres un extranjero?
Si vas a España o a Francia a fotografiar por principio te ven mal en las calles, no les gusta que andes retratando; me reclamaron airadamente y me llevaron a un policía por tomar unas fotografías en el Ayuntamiento de París, porque estaba fotografiando y había gente, entonces más allá de que seas extranjero o del lugar, les molesta la cámara. Allá hacen valer esa parte de que yo soy dueño de mi imagen y no me puedes tomar una foto si no me tienes un papel firmado. Entonces, si eres extranjero y aparte te pasa esto, dices: ¡No, pues que horror! En España viví casi un año y no pude retratar, no hice casi nada, tengo muy poquitas fotos de España. Y por ejemplo, en (República) Dominicana o en Cuba no fue así, es que ese es el problema: no depende de ti, es donde te acogen mejor. Y finalmente, como siempre, la gente que menos tiene te abre más las puertas. A Cuba llegas y te invitan al baile y te dicen “ey, chico, pásale”. En Dominicana también, de alguna manera la gente te abre las puertas y te sientes más a gusto. Entonces, tienes como muchas posibilidades para hacer fotografía.
“La experiencia como fotógrafo en Chiapas me cambió radicalmente”. ¿A qué te refieres?, ¿cómo se dio o qué desencadenó ese cambio?
Muchas cosas. Por principio, la parte social, descubrir que aún estando en medios y aun teniendo una posición política de las cosas y ser relativamente participativo, surge un movimiento armado en tu país, dices no puede ser, dónde estábamos, cuando aparentemente íbamos a firmar un tratado de libre comercio, cuando estábamos “entrando” al primer mundo, aun los que no le creíamos al gobierno, medio le creíamos y eso te hace cuestionarte otra vez todo. La verdad es que no tienes más que un sentimiento de culpa y de compromiso con quienes se levantaron y te hicieron ver la vida como es. Esa es una parte y la otra es que en ese proceso, de cuando vine y vi el levantamiento zapatista y me tocó cubrir lo de Ocosingo, los muertos, y nos dispararon a los fotógrafos. Dentro de ese mundo complicado en el rollo profesional, también se da una relación de donde hoy, tengo una esposa y dos hijas ¡Que no es poca cosa! Finalmente, modifica mucho no nada más lo que hago como fotógrafo sino modifica mi vida. A María la conozco aquí en Chiapas, tenemos una relación, finalmente nos casamos y tenemos dos hijas. Eso, no modifica nada más tu manera de ver la foto, modifica el mundo y tu vida. Es más vengo a vivir a Chiapas después de que renuncio a La Jornada porque María es de aquí, tal vez si María hubiera sido de Yucatán, me voy a Yucatán. Son cosas que van pasando y finalmente nos quedamos. Nos fuimos a España a vivir un rato, regresamos, vivimos en San Cristóbal y después en Tuxtla. Creo que el zapatismo ha sido el último gran evento periodístico de México y me tocó fotografiarlo; me siento afortunado.
Retratos de familia…
La familia es el pilar fundamental de la vida, ha dicho Raúl Ortega, aunque la visión de ésta en la actualidad difiera de la que se ha planteado socialmente a través de muchos años. “Tengo un hijo de 26 años, ya soy abuelo, él tiene un hijo de un año. Yo no me casé para tener a Argenis pero forma parte de mi vida, siempre lo he visto, siempre hemos compartido y obviamente es parte de mi familia y de mi vida. También tengo dos hijas y una esposa que forman parte fundamental de lo que hago cotidianamente, de mis aciertos y mis equivocaciones, de poder hacer y crear, ante mí y ante los demás. Por principio nos tocó vivir aquí y ahora, pero además, hemos decidido de alguna manera vivir la vida juntos, afortunadamente”.
Editado por el Coneculta-Chiapas y CONACULTA.
“Retratos de Familia, miradas a las familias españolas del siglo XXI” (España 2007). “Retratos de Familia, la familia chiapaneca en el siglo XXI”. ¿Por qué ahora México, cómo surge el proyecto?
A España me invita un grupo de fotógrafos, especialmente Juan Manuel Díaz Burgos, a formar parte de ese proyecto, donde también participan otros grandes fotógrafos: (Juan Manuel) Castro Prieto y Vicente López Tofiño, el “Tofi”, a quien no conocía. Los cuatro hicimos ese proyecto hace cuatro años más o menos y acabó siendo un libro y un proyecto exitoso para todo mundo. Tenía la idea de poder hacerlo en Chiapas, creía que aquí se podría hacer un buen libro con la misma temática pero nos enfrentábamos a muchas circunstancias complicadas, entonces se tardó algo de tiempo; la idea estaba y finalmente lo pudimos hacer como proyecto colectivo, aun con situaciones complicadas.
¿Qué pretendes lograr con este trabajo?
Es un proyecto mío que afortunadamente me tocó coordinar. La coordinación de un proyecto así no es decirles qué tienen qué hacer; es, digamos, únicamente ser un poco el mensajero para llevar y traer fotos y llevárselas al editor. Creo que realmente cada fotógrafo sabe hacer su trabajo, aparte hay algo muy especial en este proyecto, todos con quienes trabajé son mis amigos, gente muy cercana de mucho tiempo y otros de menos, pero que por principio pudimos hacer un proyecto porque teníamos ganas. Eso fue muy importante.
Los fotógrafos participantes son de distintas generaciones, ¿cómo pudiste conciliar las diferentes visiones?
Somos unos viejos y unos nuevos. La calidad es la calidad, la cual nos puede llevar a que te guste más una u otra cosa, hasta como autores, o por su experiencia o no. Creo que en términos generales hay una calidad estándar, eso te da la ventaja y la posibilidad de que todo lleve el mismo camino.
¿Por qué la familia en un momento en que se cuestiona la falta de valores en la sociedad mexicana?
Creo que la familia no necesariamente tiene que ser papá, mamá, hijito, tal vez sea como la hemos planteado socialmente para poder subsistir en una sociedad tan complicada y tan compleja como la nuestra y más actualmente. Los valores creo que hoy son desechables, casi todos, por desgracia; yo vengo de una familia de las llamadas disfuncionales, son las que te tocan. Si ven en el libro, hay mujeres solas, hay un hombre solo, hay gente que no tiene necesariamente esta vinculación familiar: madre, padre, hijitos. Hay familias de todo tipo y por lo tanto el respeto a todas ellas. No fue un proyecto pensado en retratar todo el tipo de familia que hay, era sólo la familia chiapaneca, o sea era salir a la calle y decir qué nos encontramos, más o menos lo que Chiapas representa como familia y hay una diversidad económica, política y social. La diferencia que hay con el proyecto de España es que allá se retrataron todos los tipos de familia: hay una pareja de homosexuales que viven juntos y son reconocidos como familia en España, una familia de lesbianas, la reconstruida, los que viven juntos, los que están casados, los que no; seguro debe haber todo eso en Chiapas pero no era el tema ni la dinámica para hacerlo, porque era otro, era distinto.
¿Crees que a partir de esta muestra por la geografía de Chiapas, se pueda hablar de una identidad de la familia chiapaneca?
No. Digo que es mostrar nada más, es una parte de lo que vivimos, ningún proyecto te puede hablar al cien por ciento de nada; únicamente intentamos hacer fotografías de ese tema, con esa visión y ese camino para mostrarnos un poco a nosotros mismos lo que somos. Seguramente nos faltaron muchísimas familias, circunstancias y cosas para retratar; qué mejor que alguien tuviera otra idea más completa y la siguiera y saliera otro libro de este tipo.
¿La casa qué papel juega en la imagen de la familia?
La casa da una seguridad, como tener un poco de dinero, como estar bien con tu pareja, como que tus hijos no estén enfermos, como que tu madre esté relativamente vieja pero sana, el que tengas trabajo. La casa es importante pero no fundamental, te da seguridad aunque sea un espacio pequeño, una casota con dos carros a la puerta con una gran sala y un patio a todos nos gustaría pero no te dará la solidaridad ni el cariño de la familia, ni el amor con tu pareja ni nada. Sí es importante pero nada más, como todas las cosas materiales.
¿Los retratos son espejos?
Sí, porque finalmente retratas un poco lo que tú eres, en tus fotos tiene que quedar algo de lo que tú eres también, entonces sí creería que es parte de nosotros.
¿En qué estás trabajando actualmente?
Estoy desempleado. Sigo trabajando en el proyecto de las bailarinas, quiero acabar este año el proyecto de la religión yoruba en Cuba, quiero ver si este mismo año cerramos el proyecto de Dominicana con Juan Manuel (Díaz Burgos) y con eso tengo bastante; tengo que editar y ver de qué manera voy a subsistir el resto del año.
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SILUETA
Lugar de nacimiento: Ciudad de México.
Edad: 48 años.
Número de hermanos: Éramos 8 y ahora quedamos 7.
Estado civil: Casado.
Número de hijos: 3 y un nieto.
Pasatiempos: No sé, varios.
Música: Principalmente en español.
Película: Casablanca.
Fotógrafo: Graciela Iturbide.
Comida predilecta: Mole verde.
Rituales: Todos.
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EN CORTO
Luz: Todos
Disparo: Arma
Imagen: Buena
Cuarto oscuro: Añoranza
Cámara: Vida
Intuición: Fundamental
Tiempo: De todos
Blanco: Más blanco
Negro: Más negro
Color: A veces
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*Entrevista publicada en dos partes en el diario El Heraldo de Chiapas, 21 y 22 de marzo 2012
Galería: Raúl Ortega
Autorretrato / Raúl Ortega
Ceremonia de la Religión Yoruba en la Ciudad de La Habana, Cuba / Serie «Orishas»
Editado por el Coneculta-Chiapas y CONACULTA.
Con Merquiades, Tata de la Religión Palo Mayombre en la Ciudad de la Habana, Cuba
«Juego de Niños», Bello Costero, República Dominicana
Madre Dominicana, Bello Costero, República Dominicana
Niño Enfermo en el Hospital Regional de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.
Ciudad de la Habana, Cuba / Raúl Ortega
Selva Lacandona; Chiapas, México / Raúl Ortega
Ceremonia de la Religión Yoruba en la Ciudad de la Habana, Cuba / Serie «Orishas»
Entrevista por: Leticia Bárcenas y Gabriela G. Barrios García
Alma Gutiérrez, desde hace tres años se dedica al diseño y elaboración de bolsas artesanales. Foto: Gabriela G. Barrios
La expresión artística en sus más variadas manifestaciones está presente en la cotidianidad de nuestras calles, donde la interculturalidad está como valor positivo y se nos presenta no sólo como una forma de expresión sino como una realización profesional.
Hombres y mujeres, orgullosos de sus raíces convergen sus conocimientos con las manifestaciones que se encuentran en los lugares donde crecieron y soñaron, como Alma Gutiérrez, quien desde niña aprendió de su abuela el bordado y con el paso del tiempo no dejó de utilizar las manos para crear.
Antropóloga de profesión, esta joven emprendedora comienza un reto que parte de una idea: ¿Qué mujer no sueña con la bolsa ideal? Una que sea hermosa, práctica, portadora de una tradición cultural como el tejido y el brocado y que no haya otra igual en el mundo.
Alma Gutiérrez, quien desde hace tres años se dedica al diseño y elaboración de bolsas artesanales, retomando textiles tradicionales del estado de Chiapas para inspirarse, afirma que no está inventando el hilo negro, sólo unió el amor por sus raíces chiapanecas y su pasión por las bolsas: “Busco que se refleje el textil en la bolsa, investigo sobre él, sobre la cultura de quien lo hace. Cada posición de los colores tiene su significado.”
Cada bolsa lleva una etiqueta en la que se encuentra el modelo de la bolsa y el origen del textil, aunque dice con tristeza que poca gente presta atención a ese detalle pues se van más a que si se ve bonita o no. Nos cuenta que cada nombre que elije representa algo y que así seguirá haciéndolo aunque sea difícil pronunciarlos o entenderlos.
Nos muestra cada uno de los modelos que ha realizado y emocionada afirma: “No son costales, son bolsas artesanales, hechas a mano y hay que cuidarlas, quererlas”.
¿Desde cuándo te dedicas al diseño de bolsas?
– Comencé en diciembre del 2008 con la idea y las ganas de experimentar. Todo el año del 2009 me dediqué a comprar textiles, a investigar cómo se hacían las bolsas, empecé de cero, no tenía idea de nada hasta que comencé a trabajarlo. Dos meses estuve duro y duro hasta que al fin salió una que gustó mucho con mis amigas. Me decían “quiero una, quiero otra”. Una amiga me dijo haz un stock y lo presentas como un compendio de todo el trabajo que haces para que no seas la costurera que hace bolsas sino que haces un diseño.
¿Quién te enseñó a elaborar las bolsas, dónde aprendiste?
Empecé a cortar sin patrón ni nada porque no tenía ni idea de costura. Foto: Leticia Bárcenas
– Nadie. Ahí fue lo más difícil, de hecho conozco a una señora que hace bolsas y me gustaba su trabajo, fui y le dije si me podía enseñar pero me dijo que no. Entonces, ¿cómo hacerlas? Soy fanática de las bolsas, me gustan las formas, el diseño de cada bolsa. Tenía varias y elegí una, comencé a tomar medidas “drásticas” (risas). Medía y pensaba si aquí le dejo dos centímetros o cinco centímetros a cada lado y así empecé a cortar. Me decían hazlo con una tela que no sea textil y yo de necia dije no, de una vez con textiles porque quiero ver cómo queda.
Empecé a cortar sin patrón ni nada porque no tenía ni idea de costura. No estudié costura. Como pasatiempo bordaba, hacía punto de cruz u otras cosas como almohadas o cortinas, pero nada que fuera más elaborado. Corté, empecé a coser y cuando ya la iba a terminar veo que me queda al revés (risas), digo no es posible y me daba hasta la una de la mañana costurando. Desde las cinco o seis de la tarde hasta que me dormía o hasta que me cansaba dejaba la costura, al otro día a desbaratar y al otro empezaba otra vez a ver cómo podía empalmar lo que es la parte de afuera de la bolsa con el forro. Al final de dos meses de estar duro y dale con lo mismo por fin quedó.
¿Aparte de esta actividad te dedicas a otra cosa?
– Mi trabajo principal por ahora es en la Secretaría para el Desarrollo de la Frontera Sur, específicamente en la Subsecretaría de Enlace para la Cooperación Internacional, y ya en mi tiempo libre que es de seis de la tarde a 10 u 11 de la noche me dedico a esto todos los días, bueno, los fines de semana me despierto a las seis y media como si me fuera a trabajar, de hecho me levanto con más ganas (risas) porque ya estoy pensando qué es lo que voy a hacer, entonces me levanto, desayuno y me pongo a cortar o a bordar las partes que falten o a pegar las bolsas.
¿Cuánto tiempo te lleva la elaboración de una bolsa?
– Aproximadamente una semana en lo que se corta, son alrededor de 30 piezas para hacer toda la bolsa no solamente el textil. Hay que coser a mano los bordados, las aplicaciones. Aparte hay que hacerle la aplicación de chaquiras, el decorado. Adentro tiene un forro que le da forma a la bolsa y permite se quede parada; más las asas, otro forro que lleva por dentro con una entretela, las bolsitas internas con cierres, su propio forro y el bies.
¿Cuál es la razón por la que trabajas en esto?
– La primera porque soy chiapaneca, la segunda porque me encantan los textiles. Cada municipio tiene un toque que lo identifica y sus habitantes lo sienten parte de ellos, un chamula no se va a vestir igual que un zinacanteco. Es parte de la identidad de cada grupo o de cada etnia que utiliza esos textiles. También es importante el significado que tienen esos textiles, algunos son precolombinos, como los de Larrainzar, toda la parte de los altos, que todavía tienen la técnica tradicional ancestral del tejido y brocado en telar de cintura, hasta los que son tejidos en pedal o como el petatillo en Chiapa de Corzo o el punto de cruz en la zona más al Norte.
¿De qué región específicamente del estado has retomado tejidos?
Desde niña me ha gustado el diseño y creo que la antropología lo complementa, porque me ha dirigido a qué textos buscar, a qué cosas leer para conocer más sobre los textiles. Foto: Gabriela G. Barrios
– Comencé trabajando con textiles de Larrainzar y de Zinacantán; de ahí continúe con los de Yajalón, Chilón, Ocosingo, Aldama, Pantelhó y Chiapa de Corzo. Ahora quiero trabajar con Chenalhó.
¿Crees que tu profesión de antropóloga tiene que ver con este gusto por los textiles y las bolsas o te podrías haber dedicado a lo mismo si fueras bióloga, por ejemplo?
– Es muy buena pregunta. Desde niña me ha gustado el diseño y creo que la antropología lo complementa, porque me ha dirigido a qué textos buscar, a qué cosas leer para conocer más sobre los textiles, porque no es solamente una tela bonita o “ah, es hecho por artesanos o artesanas”. Por cierto, creo que la palabra está mal empleada porque son artistas, al decir artesanos se devalúa su trabajo, para mí es un artista quien elabora eso, la combinación de colores, la aplicación de hilos, hacen una pintura con hilos prácticamente.
Donde plasman su cosmovisión.
– Sí, por eso digo “tienes la cultura en tus manos” con una bolsa y arte, además. ¿Por qué una bolsa? Porque la puedes llevar a todos lados y utilizarla cuantas veces quieras. Hay bolsas que puedes utilizar del diario, puedes lucir el textil en cualquier momento con cualquier atuendo, en cualquier lugar a donde tú vayas, con ropa actual.
¿Tienes un dibujo previo de cómo va a quedar?
– Normalmente es casi como ensueños. Me pregunto cómo se vería este textil, cómo va a combinar, cómo podrá quedar en una bolsa. Imagino la bolsa, de hecho me inspiro en bolsas ya hechas, realmente no estoy inventando el hilo negro. Entonces tomo una bolsa que me gusta, veo si le quedaría ese textil y empiezo a dibujar, voy checando medidas y hago un patrón antes de cortar.
Si no estás inventando el hilo negro, ¿qué distingue tus bolsas de las otras ofrecidas en el mercado?
– ¡El diseño! Es una bolsa hecha por una mujer para una mujer, pensando en qué necesidades tienes en una bolsa. Es muy bonita pero también es práctica, tienes el llavero, tienes un espacio para tu celular y tienes otra bolsa con un ziper para que puedas guardar todos tus secretos ahí.
¿Cuáles son los modelos de bolsas que has realizado?
– Ch´ulel fue el primer modelo que hice y le puse así porque Ch´ulel significa Alma que es mi primer nombre, el siguiente modelo se llama Antsetik y significa mujeres que elaboran los textiles, hay otro que es Jch´ulme´tik que es mi luna, santa madre. Las carteras se llaman Pepen, que significa mariposa, porque al abrirlas parece que abren sus alas.
¿El proceso de manufactura lo haces sola o con alguien más?
La empresa se llama Jch'ul metik, significa “Mi luna” y también significa “Santa Madre”. Yo quería ponerle un nombre que identificara a la marca pero que tuviera un significado. Foto: Leticia Bárcenas
– Me está ayudando una chava a quien le estoy enseñando a hacer algunas cosas básicas y me ayuda mi hermana en el armado de algunas bolsas, en el tiempo que ella puede porque también trabaja, pero el terminado siempre lo hago yo, porque quiero que lleven el toque mío.
¿Qué le hiciste a tu primera bolsa?
– La vendí (risas). ¡Súper baratísima! De ahí me encargaron otra y otra, hasta que dije espérenme a que saque mi colección. Me llevó un año completamente para presentar la primera colección. Fueron 40 bolsas.
¿En dónde las presentaste?
– En casa de mi novio Iván, mi novio en ese tiempo. Invitamos amigos, fue algo muy familiar, muy de amigos. Les comenté del trabajo que se estaba haciendo, el tiempo de elaboración y ya tenía el nombre de la marca, aunque todavía no estaba registrada, afortunadamente ahorita ya lo es.
¿Cuál el significado del nombre de tu empresa?
– La empresa se llama Jch’ul metik, significa “Mi luna” y también significa “Santa Madre”. Yo quería ponerle un nombre que identificara a la marca pero que tuviera un significado, no Alma Gutiérrez sino un significado con relación a los textiles. Santa Madre también es quien les enseña a las mujeres el arte del tejido. Creo que tiene mucha relación, de hecho el icono de la marca que uso en la etiqueta, es una mujer con su aura de santa y enfrente tiene el telar donde está tejiendo y donde está brocando.
Es maya tsotsil y así nada más, sin la jota, ch’ul metik significa Santa Madre, de hecho también en la lengua tseltal lo identifican como Santa Madre, y la jota (Jch’ul metik) le da el sentido poético de mi, de mi propiedad, Mi Luna ya es algo mío.
¿Cómo proyectas tu empresa dentro de dos años?
– ¡Ayyyy! (Risas) La proyecto como una gran empresa, más fortalecida, con más personas trabajando conmigo porque sí me gustaría dar empleo a través de esto, me visualizo ya comercializando a nivel nacional e internacional, de hecho ahora ya se han vendido bolsas en otros estados y en dos países, Brasil y Estados Unidos. El proceso es un poco lento.
¿Qué recursos utilizas para comercializarlas?
– ¡El facebook! Me contactan a través del facebook o a través de mi página porque ahí tiene un enlace donde se van al correo, me dejan mensaje de que les mande el catálogo con los precios. También de voz a voz porque tengo amigas que han comprado bolsas y las llevan y su familia les dice “oye, ¿dónde la compraste?” y ellas dicen que conmigo y vienen o me hablan y las vienen a ver.
Lo padre también es que ninguna bolsa es igual, aunque tenga el mismo diseño, la misma forma. Como las hago una por una, tienen un toque que la otra no va a tener porque mientras estoy bordando o armando una, ya se me ocurrió otra cosa. Cada bolsa es original e irrepetible, ¡única! En cada una busco que se refleje el textil y además le doy un toque personal, le agrego un detalle.
¿Has encontrado opiniones adversas referentes a tus bolsas o a la combinación de textiles?
– No. Afortunadamente las bolsas han gustado mucho, todos los comentarios han sido muy padres, lo único es sobre el precio pero son pocas las personas que lo hacen, hay quienes no regatean absolutamente nada. Yo tampoco regateo. Voy a los municipios para comprar de primera mano los textiles, no compro con intermediarios porque cuando vienes a ver te compras un textil mucho más caro y quien se lleva la menor parte de las ganancias es la persona que elaboró ese textil. Comprando con los artesanos tengo la seguridad que ese dinero va a ir directamente a la artista que realizó el textil.
Tú que eres fanática de las bolsas y ahora que las haces, ¿cuántas tienes para tu uso personal?
– Tengo tres. Tengo la del diario, tengo una para salir y me funciona como otra vía de comercialización porque me preguntan dónde la compré, les digo que yo las hago y les doy mi tarjeta.
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PERFIL
Nombre: Alma de Jesús Gutiérrez Aguilar
Lugar de nacimiento: Yajalón, Chiapas
Edad: 30 años
Número de hermanos: Una
Estado civil: Soltera
Número de hijos: Cero, tengo una se llama Sabina, es mi perrita (risas)
Estudios: Antropología social
Pasatiempos: Diseño
Película: Shreck
Diseñador: Dios
Ritual: Al inicio del año del conejo una amiga me regaló un conejito con muchas semillitas, me dijo “para que tengas prosperidad”, lo tengo por allá (risas) pero sí funciona
Pues, la muerte no me causa ni risa ni miedo, la veo como una cosa natural que tiene que registrarse.. Y no es motivo para llorar, es motivo de alegría porque la muerte lo saca a usted de un apuro. Foto: Periódico ES! edición del viernes 27 de agosto 2003
“Ya se me está queriendo amampar el alma” -FAR
Identificado por su estilo peculiar de dar la nota roja, Fernando Alegría Ramírez, mejor conocido como FAR, es un hombre alegre, positivo y muy orgulloso de su origen zoque. Confiesa que, a sus casi setenta años, cree estar a punto de cerrar su ciclo vital. Sin embargo, él, que ha dado a conocer innumerables casos de accidentes y decesos, no le gustaría que su muerte fuera registrada en algún periódico. La razón es que si su encuentro con la huesuda se diera mientras disfruta su comida favorita, correría el riesgo de que se escribiera: al FAR “lo mató una nuca de jolote”. Alegría no es sólo su apellido, él es una representación de ella. Una charla con “el FAR” no tiene desperdicio.
El sello FAR en la información policiaca es inconfundible. ¿Qué lo lleva a contar las historias de la forma en que lo hace?
– Comencé en la nota roja desde 1968, hasta ahorita; como decimos, ya llovió, pero aún seguimos en pie de lucha. Me decía don Gervasio: ya nunca vas a dejar de escribir, hijo, vas a querer dejar y no vas a poder, la misma máquina te va a llamar, y es cierto.
¿Se considera heredero de las enseñanzas de Gervasio Grajales?
– No mucho, pero sí le agradezco algo de lo que él me enseñó y que Dios me iluminó para acertar. Hasta ahorita vamos sin tropiezo, gracias a Dios.
¿Por qué cuenta las historias en esa forma tan, digamos, “cómica”?
– ¿Eso de que le partió la cabeza, le quebró el hueso, la canilla? Las frases que utilizo en todos mis artículos de nota roja y en todas mis notas para la radio y en todas mis participaciones en público, las hago con términos tuxtlecos, porque esos términos entendemos. La gente a quien yo le escribo no entiende términos sociales y menos términos médicos, por eso, cuando hay un muerto y voy por los datos y me dice el médico o el socorrista: lo encontramos de cúbito ventral, yo entiendo qué es cúbito ventral pero el que me lo va a oír o leer no sabe qué es, entonces yo le digo cómo es: embrocado. Por eso le digo “El cadáver estaba embrocado como Gabino Barrera” porque, según el corrido, Gabino Barrera cayó embrocado como besando la tierra. Pero para escribir todo eso a conciencia, creo que se debe a que anduve mucho tiempo paseando, cuando era bohemio, porque yo era de cantina; ahorita ya no bebo pero cuando era joven tomé desde los 14 hasta la edad de 38 años. Y ese trayecto también me enseñó mucha experiencia.
O sea que a usted, ya no se le atraviesa ningún Tucán.
– No, no se me puede atravesar un Tucán y menos una de etiqueta roja porque ya está más cara.
Entonces ¿ya se le “amampó” el alma?
– Ya se me está queriendo amampar el alma.
Después de reír por la sorpresa de la pregunta, don Fernando retoma el tema y dice que antes de escribir se fija si su forma de decir las cosas está acorde con la información que va a manejar, busca incluso alguna frase de una canción, que le ayude a reforzar la imagen que quiere proyectar. “Por ejemplo, cuando les digo: fue encontrado, no tenía donde vivir, dormía en la banqueta, entonces puedo decir: como dijera Cuco Sánchez ‘el cielo tengo por techo y no más el sol por cobija’, y ahí va”. Aclara que “ya no es fuerza” que vaya a ver el cadáver, pues para él es suficiente con que le digan cómo está el cuerpo y dónde tiene el proyectil, porque con esa información y su experiencia de tantos años en el asunto, ya sabe dónde se paró el bandido, cómo salió el tiro y cómo cayó el occiso. “Ese para caer tatarateó, y si hay rastros por ahí de sangre en la pared, seguro cayó de boca.”
A parte de la Cruz Roja y el Ministerio Público, ¿qué otras vías tiene para obtener su información?
– El Seguro [Social], el ISSSTE. A veces me dicen hay un muertito en el ISSSTE, me voy rápido y entrevisto a la familia. En el hospital encuentro unos cuadros terribles: corriendo sangre al paciente, la mamá o la mujer llorando a un lado, que no tiene ni un quinto, que va a ir para su pueblo, que no sabe qué hacer, entonces ahí se ve el dolor humano; ya no la interrogo tocante a lo que quiero saber, sino que mejor platico con ella, le digo ya comió usted algo, que no, le digo ahorita vengo, le traigo un cafecito, lo que sea, y en ese momento me comienza a platicar: que mi hijo fulano de tal está aquí, le metieron un balazo, se lo dio mi compadre, y ahí voy tomado los datos.
Los protagonistas de sus historias le reclaman o lo felicitan por publicar sus casos.
– No hay ningún reclamo, inclusive algunos me dicen fijate que le pasó esto a fulano de tal, [yo les digo] pero ya lo dijeron los demás periódicos, [me responden] pero me gusta que lo digás vos, decilo, y ahí lo digo. Les gusta, yo no sé, yo no sé qué es que les gusta pero en la frecuencia de radio donde estoy me busca la gente, que dónde estaba, ah, ya lo encontramos.
¿Y en dónde está?
– Estoy con el licenciado Mario Tassias Aquino en ORM Noticias, en la UE. Detrás de Kaliman voy yo.
O sea que serenidad y paciencia…
– Sí, y mire que ya tiene varios tiempos que yo nací. Nací aquí, en el barrio de La Lomita. Algún presidente quiso volarse la barda pero confundió los barrios, aquí le puso el barrio del Cerrito y aquí no es. Aquí comenzaba La Lomita hace setenta años. ¡Una loma tremenda! Un cerro era.
El rostro del señor Alegría demuestra la emoción que le produce recordar el lugar en el que nació y creció, al lado de sus padres y sus nueve hermanos. La casa en la que jugó y escuchó a su padre platicar en lengua zoque, con el boticario de la esquina. El olor de la chincuya, de la anona, del mezquite, frutos que se daban en el patio familiar.
¿Por qué no publica fotos de sus notas?
– En primer lugar porque no quiero andar cámara… Ahí voy a andar con la camarita, no, no. Si hay alguna foto que me la den a la buena, ahí está para publicarla, pero de que yo ande ahí [con cámara], no. No uso ni libreta para tomar datos. Dice una persona por ahí, que sabe: “El único que no usa libreta todo el tiempo, es el FAR. Ni en los discursos ni nada. Lo está oyendo el discurso y al otro día lo está publicando tal como lo dicen.” A veces decía don Gervasio: “Y el discurso fue tomado por la televisión, copiado por FAR”. Porque lo copiaba yo así, pues, ligero, [con] unos signos que Dios me hizo que yo los inventara y sólo yo los entiendo; es más rápido que la taquigrafía pero solamente yo sé qué quiere decir ahí. [Cuando los ve dice] ¿A ver, qué será que puse aquí? Los voy siguiendo y digo, quiere decir Lourdes, por ejemplo.
¿Usted estudió alguna profesión?
– Pues nada más sexto año de primaria, secundaria en el ICACH y un cuarto año de Normal; ahí [se] truncó mi carrera porque ya me absorbió la cantina. ¡Ja! Yo por eso tengo experiencia para decirles esas cosas: te vas a llegar a titular pero si dejás de beber, si no la cantina te va absorber y te va a desbaratar, y ahí vas a quedar tirado, ya no vas a ser útil.
¿Los errores de sintaxis y ortográficos son parte de su estilo o son ajenos a su voluntad?
– Están dentro de mi estilo. Yo llevo eso que me decía el profesor Gaspar Jiménez: sintaxis y todo eso es bueno, pero lo importante es que comprenda el lector, a lo mejor no lo sabe interpretar, entonces hay que irle diciendo. Yo le doy gracias a Dios que ninguna sugerencia rechazo, todo lo acepto; hasta a los estudiantes de Cobach que me dicen tal cosa, [les respondo] voy a analizarlo, a ver quién es, si es así como dicen. Porque nunca hay que despreciar ni desechar lo que uno no conoce, primero hay que conocer para decir eso no sirve, ¿verdad? Yo soy de esos.
¿La muerte le causa risa o miedo?
– Pues, la muerte no me causa ni risa ni miedo, la veo como una cosa natural que tiene que registrarse.. Y no es motivo para llorar, es motivo de alegría porque la muerte lo saca a usted de un apuro. Es un alivio, por ejemplo, si tiene una enfermedad incurable, la familia no le quiere dar veneno ni le quiere dar un balazo, solamente la muerte va y lo saca del apuro. Cuando pasa uno a otra dimensión ya está uno más tranquilo. Una vez estaba muriendo de una cruda, tomé nada más noventa días cuando murió el maestro Agustín Lara, yo y don Gervasio, no sé, pues sentíamos mucho la muerte, pero no, no era eso, era por beber. Entonces, yo, en mi cruda ¡de noventa días! Los muchachos [de hoy] con una noche que se emborrachen, ¡María Santísima!, ya se están muriendo, digo ésos no aguantan, no. Entonces -suspira y continúa- la muerte ya. Yo quería morirme. ¡Y llegó la muerte! Me miró y le dije: ya, sacame ya; se me quedó mirando, se rió y me dijo: no. Se dio la vuelta y se fue, y me dejó otra vez en el purgatorio.
¿Y cómo fue que dejó de beber?
– Porque comprendí que el alcoholismo destruye y acaba. El alcoholismo acaba la salud, el talento, la sociología y todo eso… lo social, lo cultural. Para el alcoholismo no hay barrera que lo vaya a detener; entonces aprendí, y sé, que es una enfermedad progresiva e incurable. Desde entonces dejé de beber y comencé a trabajar con mis amigos y compañeros borrachos. Esa es la tarea que llevo ya treinta y dos años [realizando].
¿El periodismo le da para vivir?
– Pues para comer sí. Para vivir todo trabajo da, ahora, para presumir no. Porque hay que comprender las cosas, para presumir que esto y que lo otro, solamente que yo sea priista de primer orden. Pero de vender periódico y reportajes no, no va a dar, así escriba uno de nueva cuenta la Biblia. Da para la comida y para los niños y hasta ahí. ¡Si te enfermás, pues tomá tu té de canela!
¿Qué otras actividades realiza?
– Hago grabaciones de negocios, hago mi boletín, mi periódico; llego a repartir mi periódico, llego a despachar, llego a una tortillería a levantar masa, a levantar peroles, y ahí estoy ganando.
¿Cómo combina eso con su trabajo en el periódico?
– Todo se puede hacer, corriendo siempre. Todo. Es que no puede decir uno: ay, es que no tengo tiempo, es que estoy aquí, estoy muy ocupado… Eso dice la gente que no sabe vivir, pero el que sabe vivir se va a acoplar, va a decir: hasta ahí puedo. Como yo les digo, de ocho a diez de la noche ni hablen por teléfono porque no voy a contestar, estoy en el grupo [Alcohólicos Anónimos]. Si mataron a un obispo, después voy a ir a traer los datos, ya no va a huir, ya lo mataron, gracias a Dios ya está muerto, ya no huye. Ahora, si es un delincuente que lo tienen detenido, ahí sí se puede pelar porque les da [a las autoridades] un billete de a quinientos y el policía lo suelta, no es tampoco que tenga mucha fuerza el reo y se jaloneó, mentira, el policía se ablandó con un billetote, porque “un Cuahtémoc” ablanda más que el sebo.
¿Hasta la muerte con el Es!?
– Sí. Me hablaron muchos periódicos y me siguen hablando para escribir. Pero digo: no, yo soy del Es! El pueblo le dice al chamaco [repartidor], dame un periódico de FAR, no dicen el Es! Un periódico de FAR. Sí, aquí está; los chamaquitos ya saben que es el Es!
Están los canasteros ahí en el Calvario y cuando paso me gritan ¡Don FAR, don FAR! Órale, pura chusma. Me bajo de mi carro y les digo ¡Qué tal! Ya quieren su periódico, ahí hay uno. Gracias don FAR. ¡Véngase a tomar un arroz con leche! Por eso cuando alguien me busca, los vecinos le dicen: sí, pero a don FAR no lo va usted a encontrar, él está en la calle, comiendo con los cargadores, con los estibadores. Esa es la gente. Y mire, toda esa gente enseña, le enseña a hablar y hasta le enseña a usted qué pasó y dónde está el cliente, todo. Pero si se va usted a mostrar bronca como la suegra que levanta pesas y le gusta el box, no le dicen nada. Yo me refiero a la suegra de la canción que dice: sabe herrería y sabe mecánica, levanta pesas y le gusta el box; luego luego se nota que es una camotuda y si se me acerca me retiro, pues sí.
¿Cuál es su película o serie policiaca favorita?
– No tengo ninguna predilección de película. Antes me gustaban las de Juan Orol, de gángsters, de tahúr, de cómo se matan…
¿Usted se identificaba con los personajes?
– No muy. Nunca he sido adicto a eso. Ni a la televisión; menos que yo esté viendo que el Bacardi, nosotros damos la calidad, usted pone el tanto que va a tomar. No, no me gusta. Ni leo novela. Leo periódico, sí, nacional e internacional, de preferencia la [sección] policiaca.
¿Qué piensa de la política?
– No puedo opinar porque no muy le entro a la política. Me da desesperación. Yo siempre he dicho que ya no hay ni políticos, revoltosos hay. ¡Ah! Que yo lo voy a demandar a fulano, que yo también lo voy a demandar. Pues, ¿qué dirá Gabino Barrera?, ¿qué dirá Ignacio Bernal? Los de los corridos revolucionarios. ¿Qué dirá Simón Blanco ante estos muchachos de hoy? No, no, no puedo opinar de la política.
¿Y de la justicia?
¿La de la tierra o la divina? Porque hay dos, la divina tarda pero es efectiva.
¿Y la terrenal?
Esa, no sé, porque se ablanda, como acabo de decir. A veces se pone dura pero si le pone un billetón, se ablandó: que tiene usted razón, yo creo no es así, así es. No es que quiera la paga, le gusta el retrato que lleva el billete, por eso es que vence.
FAR está convencido de que México tiene las mejores leyes, la mejor Constitución y de que no hace falta reformarlas, sino que “se necesita que se sepa aplicar esa ley y todos estaremos felices, pero mientras no haya una ley que se aplique como tal , no va a haber paz.” Parece que esta última palabra le trae algún recuerdo, tal vez de sus antepasados porque antes de despedirse comenta que tiene el presentimiento de que morirá en mayo “…porque en mayo nací. El 30 de mayo de 1934. Ya me toca morirme, ya voy a cerrar mi ciclo de vida”.
¿Y cómo le gustaría que se anunciara su muerte en el periódico?
Yo creo que mejor que no la anunciaran porque si yo muriera comiendo, como mi comida preferida de fiesta es el jolote, mole de jolote y no cualquier parte del cuerpo del jolote, sino la nuca y el pescuezo, podrían decir: “Lo mató una nuca de jolote” o “Se le atravesó el pescuezo”.
La risa, al igual que el estilo FAR, es espontánea. Su sentido del humor no lo abandona ni cuando rememora que de sus nueve hermanos, cuatro ya murieron. “Ya se está desgranando la mazorca, pero no están muriendo muchachitos, yo fui el último y tengo casi setenta años. Pues, ¿el primero cuántos años tendrá?”
*Entrevista publicada en Xmedios, Comunicación y sociedad, No. 3, Septiembre de 2003
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Silueta
Fernando Alegría Ramírez, mejor conocido como FAR, tiene 35 años haciendo nota roja para el periódico Es! y 30 en la radio. Su estilo “tuxtleco” de narrar los hechos es inconfundible.
Nació en el Barrio de La Lomita, en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas; tiene 69 años (“y meses, pero, como dijera José Alfredo Jiménez, pienso sacar juventud de mi pasado.”). Es el menor de diez hermanos y se dice soltero con hijos y nietos (“Tengo tres hijos y cada uno de ellos tiene 6 hijos, lo que me da un total de 18 nietos.”).
Entre sus aficiones está la lectura de periódicos, la declamación y la música (“Canto y medio toco la guitarra, llego a ensayar con un mariachi.”). Está orgulloso de su origen zoque aunque confiesa que no lo sabe hablar.