Carlos Jurado, estenopeica, magia y alquimia

Entrevista por: Leticia Bárcenas y Gabriela G. Barrios

El artista plástico Carlos Jurado Delmar presentó hoy, en la Galería Universitaria de la Unicach, su libro “El arte de la aprehensión de las imágenes y el unicornio”

No soy fotógrafo realmente en la acepción tradicional, utilizo este medio como una extensión de mi trabajo artístico. Foto: Edgar Hernández Ramírez

El artista plástico Carlos Jurado Delmar regresa a Chiapas, su tierra natal, para presentar la tercera edición del libro El arte de la aprehensión de las Imágenes y el Unicornio, obra de culto que la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) editó por primera vez hace 30 años, “el historiador y critico de arte José Antonio Rodríguez, dice que es el libro más fotocopiado de México. Yo no tengo el libro original porque los que tuve en mis manos, creyendo que me iban a dar más, los regalé.”

 

En este libro, el pintor de profesión y fotógrafo por curiosidad, escribe sobre la forma de obtener fotografías a través de una cámara de cartón, con la ayuda imprescindible de un cono llamado unicornio. “Es tan simple, cualquier objeto que pueda aislarse de la luz, como una caja de zapatos, es una buena cámara.”

 

Sonríe y sus ojos azules se iluminan al recordar cómo inició esta etapa de su trabajo artístico “Empecé a hacer ese tipo de fotografías por casualidad; tengo una hija, que en los años setentas era muy pequeña y estudiaba en una escuela activa, un día llegó diciéndome que le habían dejado como objetivo de investigación descubrir cómo se transmite y se proyecta la luz en una caja oscura, entonces hicimos una cajita para probar, es una cosa muy antigua, por curiosidad le pusimos una película fotográfica, yo tenía un antecedente mas o menos primitivo de cómo se revelaba con la película, lo hicimos, me gustó el resultado, así empecé a hacer esto. Eso fue lo que me inició, la curiosidad infantil de mi hija.”.

 

Al igual que los niños, Carlos Jurado experimenta, crea, hace magia. “Aparentemente es sencillo pero hay una serie de factores que intervienen, hay leyes físicas muy estrictas. En la cámara tradicional, como dice mi hija: la de verdad, el fotógrafo es el que manipula la cámara, sabe exactamente que es lo que quiere, lo que toma, porque tiene un visor que le permite encuadrar exactamente el ángulo que él desee, en la cámara estenopeica es al revés, el estenopo (pequeña perforación que sustituye al lente, por el cual penetra la imagen) lo maneja a uno porque no se sabe exactamente qué va a ver, puede tener una aproximación pero no hay una exactitud. Este tipo de trabajo le permite a uno tener un índice interesante de búsqueda, de experimentación y de resultados creativos porque por razones físicas el estenopo le da ángulos y atmósferas que no son comunes. Hay algo un poco misterioso en las imágenes estenopeicas.”

 

MAGIA Y ALQUIMIA

En una ocasión hice con un tubo largo una cámara telefoto, le puse una especie de visor y salí a la calle, en la estación del metro Chapultepec, un policía pensó que era un arma y me quiso llevar a la cárcel. Foto: Edgar Hernández Ramírez

Este aprendiz de alquimista, como se considera, cree en la magia y en los unicornios. “¡Por supuesto que creo en los unicornios! Lo malo es que mucha gente no los quiere ver y los tiene enfrente.” Sin embargo, dice tenerle respeto a la tecnología y no sentir curiosidad por usar una cámara digital “admiro la tecnología, creo que es inherente al momento que estamos viviendo. Tengo amigos que dejaron la fotografía analógica y me preguntan ¿todavía usas charolitas? Les digo: todavía, todavía.” Reímos y en seguida él agrega que tampoco necesita un teléfono celular. “La gente está abusando del celular y está perdiendo libertad, todo mundo sabe donde están, y que están haciendo. No quiero usar un celular en mi vida. También tengo una computadora pero está ya muy vieja, la uso solamente porque no me queda más remedio, para recibir y enviar mensajes, estoy obligado a hacerlo.”

 

Considera que en el proceso creativo lo más importante es la disciplina, el tesón y la constancia. “El proceso creativo es muy exigente, en la pintura es más evidente porque en ella se requieren factores que en la fotografía no existen de manera tan precisa. La fotografía parte de algo que ya existe, un objeto que puede manejar de diferentes maneras y quién sabe cómo vaya a salir, pero la pintura surge de cero, de algo blanco, de la nada.” Al respecto hace hincapié en que él no trabaja con temas específicos, va buscando lo que le interesa, sin tener un objetivo preciso o un tema específico al cual esté recurriendo. “Nunca he usado la cámara estenopeica con el propósito de lograr una obra de arte, salen a veces pero no porque sea la intención que yo tengo.”.

 

“He hecho experimentaciones de muchas técnicas, infinitas experimentaciones y para probar que me salen o no voy a donde está más cerca el motivo; subo a la azotea, coloco objetos, fotografío, bajo, hago el experimento, veo qué pasa, pero no lo hago con la intención de lograr algo artístico.”

 

Habla con pasión y sus manos parecen hablar con él. “Cuando empecé a hacer las cámaras estenopeicas, de manera caprichosa me di a la tarea de tratar de demostrar que cualquier cosa se puede hacer con ellas, hasta cine. Me dijeron que eso no era posible, entonces hice una cámara para hacer películas. Hice una filmación como de cien pies de película con tres temas. Esa vez lo que tenía más cerca era mi mujer y la azotea de la casa, le dije ‘hazte un streeptease, ¿no?’ ¡Quedó muy simpático! También hice un mercado y me fui a la calle a tomar lo que pasaba, fue muy interesante porque aparecía un camión y desaparecía, aparecía otro y desaparecía. De broma titulé al cortito Cine antes del cine.”

 

Carlos Jurado es fundador de la primera escuela de fotografía en Veracruz y considera que su mirada como fotógrafo y como pintor son diferentes aunque ambas provengan de él, por eso no existe ninguna relación entre su trabajo fotográfico y plástico.

 

“No soy fotógrafo realmente en la acepción tradicional, utilizo este medio como una extensión de mi trabajo artístico, es una forma de comunicar, si alguna persona le dice algo de lo que he hecho, siento que he cumplido mi objetivo, aunque sea una sola persona, eso me gusta y me hace sentir bien, como que no perdí mi tiempo”.

Nos comparte una de sus innumerables anécdotas, tantas como el número de cajas que ha construido en ese ejercicio: “en una ocasión hice con un tubo largo una cámara telefoto, le puse una especie de visor y salí a la calle, en la estación del metro Chapultepec, un policía pensó que era un arma y me quiso llevar a la cárcel y entonces le dije es de cartón, tuve que abrirla y sacar la película.»

EL TERRUÑO

Somos ya muchos y vamos depredando lo que encontramos, no estamos acostumbrados a construir sino somos depredadores por naturaleza. Foto: Edgar Hernández Ramírez

Merecedor del Premio Chiapas, la Universidad Veracruzana le otorgó el Doctorado Honorario y el Instituto Nacional de Antropología el Reconocimiento al mérito fotográfico y la medalla INAH, sin embargo, con voz serena dice no creer merecer muchas de las cosas que le han ocurrido “y no se lo digo para que me diga, sí, sí. Lo siento de verdad. A veces me avergüenza que me den un mérito que no siento tener.” Pintor de gran trayectoria, en los años cincuenta, Carlos Jurado pintó su primer mural en San Cristóbal de Las Casas, en la Escuela de Derecho, ahora Facultad, después de unos años le pidieron otros, los cuáles son el resultado de su año sabático en la Universidad de Veracruz, “el que pinté en los años cincuenta está impecable y de los más recientes hay unos que ya están un poco deteriorados, por lo que volveré para restaurarlos, estoy contento por eso y un poco confundido; aproveché este viaje para darme una vuelta y ver cómo estaban las cosas por allá en el terruño. Chiapas es un lugar entrañable para mí”.

 

Cuando le preguntamos sobre cómo ve a su entidad cada vez que regresa comentó después de un profundo suspiro: “Hay muchos cambios que no me gustan, por ejemplo en San Cristóbal creo que los cambios que han ocurrido son negativos, pero es una ciudad tan magnifica que de todos modos resiste cualquier cosa, siento que ha sido muy dañada urbanísticamente, no han sabido conservarla como debería de ser, se ha extendido en extremo.

 

“Hay barrios ya muy feos por todos lados y no era así. Claro uno no puede esperar que las cosas queden petrificadas, somos ya muchos y vamos depredando lo que encontramos, no estamos acostumbrados a construir sino somos depredadores por naturaleza pero independientemente de todo eso San Cristóbal es una ciudad muy hermosa todavía, tiene algo de misterio.

 

“Tuxtla se ha modernizado, es una gran ciudad ahora. Recuerdo que hace muchos años cuando trabajé en el Instituto Nacional Indigenista, acá (en Tuxtla) había un centro coordinador, trabajamos varias personas, entre ellas Rosario Castellanos; recuerdo que a veces veníamos a distraernos y la distracción era venir a tomar tascalate y era chiquito, ahora hasta miedo da.”.

 

EL COMPROMISO

Este hombre que lleva consigo el mar en el nombre, en sus ojos y en sus recuerdos más entrañables, nos comparte que le entusiasman muchas cosas, entre ellas ver a sus hijos, nietos y bisnietos; le asombran los niños, le gusta la gente y especialmente las muchachas bonitas, aclara: “nada más por estética”.

 

La gente cree que alguien que crea algo tiene objetivos específicos, un plan, él dice no tenerlos, lo que sí tiene muy cierto es su compromiso consigo mismo. “Tengo una forma de expresión en mi vida, soy una persona que ha sido de izquierda y he hecho compromisos muy fuertes ante ese concepto pero nunca en mi trabajo plástico lo he reflejado, he separado, un trabajo plástico puede volverse panfleto y a nadie le sirve el panfleto, para mi punto de vista me sirve más la actitud humana que un panfleto.”.

 

Convincente nos comenta que le produce asombro que “los mexicanos aguantemos tanto, tanta injusticia y no hagamos nada” y afirma que ya es muy viejo para tener miedo “ya no le temo ni al coco”. Ríe y con esa imagen en nuestra mente nos despedimos de él.

 

*Entrevista publicada en el diario El Heraldo de Chiapas, 13 agosto 2009.

 

 

[box type=»note» style=»rounded»]

Perfil

Lugar de nacimiento: San Cristóbal de Las Casas, Chiapas

Fecha de nacimiento: 3 de noviembre de 1927

Número de hermanos: Una de padre y madre y dos medios hermanos, ya todos muertos.

Estado civil: Casado

Número de hijos: Cinco

Número de nietos: Siete, aproximadamente. Risas.

Número de bisnietos: Dos, un varoncito y una mujercita, pero de nietas diferentes.

Estudios: Primaria, prevocacional y pintura

Pasatiempos: Trabajar, pintar.

Película: Son muchas, no tengo una sola. Me gusta el cine alemán.

Comida preferida: Lo que más me gusta es la sopa de fideo y cuando reencuentro los tamales de mole chiapanecos, me encantan.

Rituales: No tengo. Soy, en todos los sentidos, libre pensador.

[/rescue_box]

[box type=»note» style=»rounded»]

En Corto

Caja: Mi cámara fotográfica

Unicornio: Caballo al que es posible ponerle un cuerno de cartón

Papel: De China

Luz: Metal

Cartón: Corriente

Agujero: Negro

Misterio: Mujer

Tiempo: Universo, espacio.

Estenopo: Chiquitito

Gelatina: La que recubre la placa fotográfica

Pincel: Color

Mural: Espacio

[/rescue_box]

Dr. Jesús Gilberto Gómez Maza, ganador del Premio Chiapas 2008 (segunda parte)

Parte 2 de 2

Enlace a la primera parte

Entrevista por: Leticia Bárcenas y Gabriela G. Barrios

«Usar el poder para servir es magnífico, no el poder por el poder» – Dr. Jesús Gilberto  Gómez Maza

El ‘68 fue para mí el momento de hacerme hombre, tenía 20 años; el oler a pólvora fue en verdad hacerme hombre, asumir que teníamos que cambiar al país.

Discurso durante la entrega del Premio Chiapas 2008

Registro sonoro donado al proyecto www.archivosonoro.org

Educado por su madre, le inculcó con el ejemplo el amor por el prójimo y al servicio, y le enseñó que la formación cristiana no está reñida con la lucha social; “caminé a los siete años de edad en las primeras manifestaciones antigobiernistas de la mano de mi madre”.

 

Gilberto Gómez Maza señala que no debemos esperar a que las cosas cambien para cumplir con nuestro deber como profesionistas y como seres humanos, pero que ese cambio debe empezar en la forma de educar a nuestros hijos.

 

Nos habla de su quehacer como político y de los ideales por los que ha luchado, además de permitirnos conocer otros aspectos de su andar cotidiano.

 

– ¿Qué es hacer política para Gilberto Gómez Maza?

Es poner en práctica la lucha social, es darle a la vida la oportunidad de que a lo mejor podemos cambiar las cosas, es involucrar a más de un ser humano en la búsqueda de la solución de los problemas que todos los seres humanos tenemos: la injusticia, la marginación, la enfermedad, la falta de libertad, la falta de poder decidir qué hacer en un momento dado, no dejar que nos impongan las ideas y que no dejen que el pensamiento humano crezca.

 

– ¿Qué satisfacciones e insatisfacciones le ha deparado su participación política?

Podemos hablar que hay tres niveles de participación, si les quieren llamar política, la lucha social pura como estudiante, la lucha social como profesionista y la lucha electoral.

 

Cuando entramos a la lucha electoral, por indicaciones de una persona muy querida, nuestro mentor Heberto Castillo, quien nos convenció en 1985 de ir por el registro para sacar al partido adelante, el PMT (Partido Mexicano de los Trabajadores), parecía mentira que los «heberturos», como le llamaron al grupo, éramos los únicos que no habíamos aceptado entrarle al aperturismo de Reyes Heroles y de Echeverría.

 

Fue mi primera participación, yo no quería, nunca he pensado que puedo ganar, estoy convencido que quien gobierna es el dinero no la democracia; la democracia es todavía una quimera, no hay modo de que conozcan tus ideas ni tus propuestas los electores, que votan por la carita que sale en televisión o que se oye en la radio.

 

Tuve la oportunidad en la última campaña de meter la “enorme cantidad” de un spot televisivo, así imposible competir; la segunda presentación en público fue el famoso debate, ellos se negaron a hacer más, cuando hubiera sido uno por semana o una presentación de los proyectos semanalmente para que realmente el elector las conociera.

 

Lo que dice el IFE (Instituto Federal Electoral): “investiga, pregunta, entérate”, es otra mentira; ¿cómo te enteras?, ¿con un spot de un minuto o de veinte segundos? Te dicen sus bondades pero no sus proyectos reales. Un diputado promete hacer carreteras cuando no tiene por que prometer hacerlas, cuando su promesa tiene que ser legislar, cuando mucho gestionar, entonces te está volviendo a mentir y el IFE dice amén. Nos informemos pero ¿cómo?, ¿cómo nos vamos a informar así? Entonces aún está en pañales, esa es mi gran decepción, entre comillas.

 

Mi gran satisfacción es haber resuelto problemas añejos, problemas de 14 y 15 años de lucha social que se suscitaban en Chiapas, se resolvieron en un año, cuando fui diputado, cuando tuve poder. Entonces, si sabes usar el poder para servir es magnífico, no el poder por el poder, es de las grandes satisfacciones, puedo decir que serví en algo en ese sentido.

 

– ¿Qué hace falta para promover una nueva forma de política?

Es difícil contestar eso, ¿qué hace falta?, hacen falta muchas cosas; que desde el seno materno y de la familia se inculquen valores reales, que vuelva la clase de Civismo a las escuelas porque no soporto ver a un maestro escupiendo en el piso y haciendo a un lado a una dama, porque nos educaron con esos grandes valores de urbanidad que no es aburguesamiento, una dama será dama aunque sea mi compañera guerrillera y tengo que respetarla, la primera consigna en la lucha armada es el respeto a la mujer, no como de uso sino como una compañera.

 

La primera mentira en la casa: “dile que no estoy”, entonces se le está enseñando al niño a mentir, luego va a la escuela y si no copia no avanza, empieza su transa con copiar en el examen, maestros estudiantes que tienen ocho parejo y que copian en su examen, ¿qué van a enseñar a sus alumnos a futuro?… Para cambiar la forma de hacer política, hay que cambiar la forma de educar a nuestros hijos.

 

– ¿Su izquierdismo surgió cuando era estudiante de medicina o es de nacimiento?

Es de nación (risas), es de nacimiento. A mi padre no tuve la oportunidad de conocerlo y mi mamá nos inculcó el amor al prójimo y al servicio, en la casa siempre había un plato de más, una cama de más y una visita reciente, así nos fue educando, con austeridad y afán de servicio. Caminé a los siete años de edad en las primeras manifestaciones antigobiernistas de la mano de mi madre.

 

Mi primera impresión fue ver a unos indígenas decapitados, en lo que sería la sala de autopsias del Hospital General de Chiapas, donde está el Centro de Salud, a través de una ventana, de un cristal descascarado, mi escuela, la “Marcos E. Becerra”, estaba a la vuelta. De ahí salió la primera manifestación, movimiento que coordinó Artemio Rojas Mandujano alias “El Pollino”, así empezó mi aprendizaje izquierdista.

 

Ella (la escuela) viene de la camada de maestros normalistas rurales, cardenistas; en esa escuela estudié hasta el tercer año de primaria, allí aprendí la palabra asamblea general, noción de orden, noción de organización, allí conocimos la parcela escolar donde sembrábamos todo lo imaginable como decía Marcos E. Becerra, el director era el profesor Alfredo Aguilar Juárez y su hermano gemelo también era de la vieja izquierda socialista, entonces desde “nación” es mi izquierdismo, y con la formación cristiana católica que me dieron en casa, lo fui reafirmando, después vinieron los grandes teólogos de la liberación que me ayudaron a dar forma al pensamiento.

 

– ¿Qué tipo de aprendizaje le dejó la experiencia del movimiento estudiantil del ‘68?

El ‘68 fue para mí el momento de hacerme hombre, tenía 20 años; el oler a pólvora fue en verdad hacerme hombre, asumir que teníamos que cambiar al país. Hubo compañeros que se fueron a la guerrilla, algunos amigos murieron y otros se fueron a la pura lucha politiquera, otros nos quedamos en la lucha social, esa es la gran diferencia que nos deja el ’68. Unos han estado y otros siguen en el poder pero sabemos que no hemos podido cambiar las cosas, aunque algo se avanzó en este país.

 

– Con base en esta experiencia, ¿qué acciones en su ejercicio político emprendió?

Pues la lucha social pura que era compañera de los movimientos sociales, y hacer mi trabajo profesional lo más profesional y con mayor amor posible; vine como pediatra a San Cristóbal de Las Casas (Chiapas), sirviendo en mi profesión con el ejemplo de un gran médico revolucionario, don Ernesto “Che” Guevara, que sacaba muelas y enseñaba a leer, a pesar de que no sabía si ese compañero o ese campesino al otro día iba a estar muerto.

 

No podemos esperar a que triunfe la revolución para cumplir nuestro deber como profesionales y como seres humanos. Tengo que ser médico, mientras tanto, no descuidar la lucha política, organizar y avanzar en la toma del poder para poder cambiar.

 

– ¿Qué significa el movimiento zapatista para Gilberto Gómez Maza, el político?

Que me llegó diez años tarde (risas). La esperanza para Chiapas. Lo reduzco a Chiapas porque se está haciendo realidad el proyecto zapatista, ha avanzado muchísimo en cuanto a que sí tienen autonomía.

 

De los programas de educación y de salud, ya quisiera la Secretaría de Salud de Chiapas tener la décima parte; el 10 por ciento de los promotores que tiene el sistema de salud zapatista, muchachos –conozco un buen número porque me han invitado a dar pláticas— con una entrega, con una generosidad, que se enamora uno de ellos, lo único que reciben es su pasaje, su taco y el privilegio de servir, eran niños cuando estalla el movimiento zapatista, están avanzando.

 

Tienen una red fría para vacunas extraordinaria, se está dando mucha atención, les falta, sí, porque no quieren aceptar, y tienen razón, la ayuda del gobierno, porque se las quieren cobrar siempre con foto mínimamente.

 

Tuve esperanzas de hacer más pero no se dio. Que si quería ser secretario de Salud, por supuesto y les aseguro que hubiéramos logrado probablemente un poquito más, pero no se pudo.

 

– ¿Cuál ha sido y es su relación con Samuel Ruiz?

Es uno de mis paradigmas, es uno de mis formadores, lo amo mucho y lo quiero, lo conozco porque estuve en el seminario de San Cristóbal un año, no más, algunas veces lo acompañé, muy pocas. Con el que tiene gran relación es con mi hermano Francisco, a mí no me identifica y no me preocupa porque lo que me interesa es seguir mamando de su generosidad y su entrega hacia los más fregados. Yo vi a Samuel relacionado con las familias más potentadas de San Cristóbal, vi el desprecio que le hicieron por su cambio de actitud y lo veo hoy, enorme, grandote, pero muy cristiano como, quizá esté mal decirlo, quizá ofenda al que no está, como un San Francisco de Asís, de los pocos que han cumplido el evangelio en extremo pero real, así es Samuel para mí.

 

– ¿Dios y la izquierda se llevan bien?

Sí, perfectamente bien, porque los dos pelean por lo mismo. Dios quiere el beneficio del hombre, Dios quiere un hombre libre por eso mandó a su hijo a liberarnos y a liberarnos en todos los sentidos, quizá el “único error” de la izquierda es creer que no cree.

 

Hay muchos cristianos que son más cristianos sin saberlo y muchos cristianos que se dicen cristianos que no lo son, porque los primeros defienden al pobre, son verdaderos cristianos, los otros explotan al pobre, no son cristianos aunque los unos se pongan la cruz más grande y los otros la voz más grande.

 

¿Quiénes son mi familia y mi madre? dijo Cristo, pues quien cumpla la voluntad de mi padre y mi padre dice ama a tu prójimo como a ti mismo y nos atrevemos a decir, yo en lo personal, ama a tu prójimo más que a ti mismo. Tienes que ir más allá.

 

– ¿Cuál es su visión de la política actual?

Van a entrar a temas muy escabrosos para ustedes, porque esta parte la van a censurar. Es un cochinero, son, como lo dije hace poco en un artículo, (el Duque) Richelieu, la Reina (Ana de Austria), el Rey (Luis XIII), la Francia y ¿donde están D’Artagnan y los tres mosqueteros?, peleándose por las curules.

 

Los partidos políticos son D’Artagnan que se está peleando, mientras Richelieu sigue manipulando, maniobrando para afectar a la reina, el rey mandando entre comillas pero realmente no, entonces la Francia pues anda de la cachetada. Eso es un cochinero, no se sabe cuál canta más, si el Giro o el Colorado.

 

México es el país en el que con la vara que mides serás medido, los que ayer fueron los mejores ahora son los peores, algunos que eran serviles a Pablo (Salazar Mendiguchía) hoy son sus detractores y que se cuide don Juan (Sabines Guerrero) porque hoy lo alaban a él pero dentro de seis años lo van a detractar también, porque han sido así todo el tiempo, serviles; los tres mosqueteros y la banda o cobrando en el erario o cobrando su chequecito; los grandes luchadores de la reciente izquierda y los otros, peleándose por las curules..

 

– ¿Quién le produce alergia?

¡¿Quién?! El gobierno y el poder autoritario, el poder por el poder.

 

– ¿Considera que los asuntos de médico y político, deben separarse o van relacionados?

Van relacionados, salgo a la lucha social porque fui médico, claro que a lo mejor lo hubiera hecho pero no con la misma visión. El médico ve la miseria, la pobreza, la causa de la enfermedad; es un circulo vicioso de nuestro medio, la pobreza que da falta de nutrición, la falta de nutrientes te predispone a las enfermedades y las enfermedades te hacen gastar, si te enfermas más te haces más pobre, entonces van relacionadas pobreza-enfermedad.

 

– ¿Cómo han influido en su quehacer profesional y político los avances tecnológicos?

Me han dado tristeza porque no han llegado donde deberían llegar, a Chiapas llegan a cuenta gotas; por ejemplo, se hacían desde el siglo pasado cateterismos en el mundo y en Chiapas no había cardiólogos, de repente nos mandan cardiólogos de Monterrey que están aquí un día y que no reciben al niño porque no tiene pase, ¡aunque está morado el escuincle!, tiene una cardiopatía y se muere a las cuatro horas y son grandes cardiólogos, entonces qué, vienen a presumir o a qué, eso da tristeza.

 

Aquí lo que necesitamos es otra cosa, no esa tecnología avanzada, sí la necesitamos pero sólo el tres por cierto de los que se internan requieren esa medicina, entonces el 97 (por ciento) sigue siendo mal tratado por eso se llenan los cuatro hospitales más importantes del estado, están a reventar.

 

– Aparte de la medicina y la política ¿qué otro tipo de intereses tiene?

Pues es que son el centro de mi vida, la medicina, la política, ¿en qué otra cosa me he metido? Es parte de lo mismo, la difusión de la fe, de la religión. En la medida de que me ha sido posible por mis ocupaciones, he tratado de enseñar a mis hijos la práctica de la religión, es necesario ligar las cosas, ser un católico que vaya a misa, por supuesto, pero que pague el salario mínimo y que luche porque le paguen el salario mínimo a los otros, de una caridad real no sólo asistencial.

 

– ¿Qué lee Gilberto Gómez Maza?

Todo lo que caiga en mis manos. Lo que me falta es tiempo para leer. Me gusta todo. Mis primeros libros, he de confesar, fueron de formación personal: el joven frente a la vida, ¿cómo enfrentarte como joven?, etcétera, los clásicos de formación, después fueron creciendo las listas.

 

– ¿Qué tipo de música le gusta?

Igual, me gusta todo. Me gusta mucho la marimba. Ya les dije que el día que me muera que sea en el Calas y las horas que esté ahí, que pongan marimba, que bailen con los “Sones chiapanecos”, el “Vals Tuxtla”, la “Bajada de masa”. Me gusta mucho la música.

 

– ¿Cuál es su comida favorita?

La chanfaina, el cochito, el mole, la comida chiapaneca; eso sí, no desprecio las otras comidas, la internacional, me gusta la comida China, la comí con mi esposa, no es china pero ella me enseñó a comerla. Me gusta un poco la comida de San Cristóbal, la tuxtleca, por mi infancia, pero más que nada la chiapaneca en general.

 

– ¿A quién admiraba de pequeño?

A mi mamá porque era el padre y la madre, muy severa, muy austera, muy generosa, a veces intolerante pero me formó. De pequeño, a mi mamá, ya cuando fui creciendo a mis dos tías solteras, porque yo, en lugar de tener papá y mamá, tuve tres mamás.

 

– ¿Y ahora?

Ahora admiro a Cristo, al “Che” (Guevara), a Samuel (Ruiz), a los hermanos zapatistas, y un poquito más, a mi esposa, a mis hijos porque han sabido aguantar a este viejo.

 

– ¿Cuál es su anécdota más entrañable?

Son tantas, siendo una persona apasionada tengo muchísimas anécdotas que me han llegado, no tengo ninguna en especial, cada momento de la vida para mí me resulta hermoso, no puedo pensar en uno solo.

 

 

[box type=»note» style=»rounded»]

EN CORTO

Poder: Gobierno

Sol: Belleza

Militante: Activismo

Salud: Curación

Candidato: Gobierno

Vida: Muerte

Niño: Creciendo

Receta: Medicina

Escuchar: Sentarme

Familia: Querer

Vocación: Dar

Democracia: Cumplirla

Dios: Mi amor

[/rescue_box]

 

 

[box type=»note» style=»rounded»]

SILUETA

Lugar de nacimiento: Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.

Edad: 61

Número de hermanos: Somos de papá y mamá dos, de sólo papá como 15.

Estado civil: Casado

Número de hijos: Cuatro y dos que se anexaron, que quiero mucho.

Número de nietos: Tres

Pasatiempos: Pues ahorita la computadora, crio bonsais, tengo unos bonsais que he criado desde hace 26, 27 años.

Película: “Lo que el tiempo se llevó”, “Amor sin barreras”, las viejas clásicas; todas las de Pedro Infante, eran mi pasión, ya no las veo porque algunas me siguen partiendo el alma, no pude hacer nada, y después de treinta años de lucha y de estar amarrado en una silla sin haber podido realizar lo que uno soñaba pues no, mejor ya no las veo.

Rituales: La comida. Comer en casa. Nunca acepté cenas, comidas ni desayunos políticos para arreglar asuntos, no aceptaba, se me hacía difícil, entonces se enojaban, no les gustaba. El comer es un ritual para nosotros, sobre todo al medio día o en la noche, en la mañana es menos.

Comentarios: Ojalá les dejen publicar la entrevista. (Risas).

[/rescue_box]

Dr. Jesús Gilberto Gómez Maza, ganador del Premio Chiapas 2008

Parte 1 de 2

Entrevista por: Leticia Bárcenas y Gabriela G. Barrios

“No me gustan los niños enfermos, precisamente por eso soy médico” -Dr. Gilberto Gómez Maza

La infancia debe ser felicidad, crecimiento y desarrollo.

Jesús Gilberto Gómez Maza, es un chiapaneco al que le apasiona la política, la cual ejerció con verticalidad y visión social, pero quizá su mayor legado sea el que proviene de su profesión como médico pediatra, quehacer que le fue reconocido con el Premio Chiapas 2008 por su labor científica en el estado.

 

Nos recibe en su casa cobijado por sus libros, las fotos sepia que le recuerdan sus orígenes, las imágenes a color de su esposa, hijos y nietos que lo impulsan a seguir luchando por la vida, la computadora que se ha vuelto su aliada para decir, como siempre, lo que piensa, así como el aroma a café recién hecho. Con la amabilidad que lo caracteriza, nos invita a sentarnos e iniciamos la charla.

 

El doctor Gómez Maza, con 38 años de experiencia y quien asegura que volvería a ser pediatra si tuviera que volver a elegir, nos cuenta en esta primera parte de la entrevista de sus inicios en la medicina, de por qué elige la pediatría y sus vivencias médicas, de su tenacidad para que en Chiapas se implementara un programa en el que nadie creía y que ha salvado la vida de muchos niños, así como de las enfermedades más recurrentes en la entidad.

– ¿Qué le sugiere la infancia?

Felicidad, crecimiento y desarrollo.

 

– ¿Qué lo llevó a elegir la medicina y, en particular, la pediatría?

La medicina, la necesidad de ver todos los días un amanecer, el amor por la vida, las flores, las plantas y por supuesto por el ser humano. Y la pediatría al ver que en el penúltimo año de la carrera se morían muchos niños por carencia de pediatras.

 

Terminé mi sexto año de Medicina en el Hospital Civil de Oaxaca, había un solo pediatra calificado que era cirujano, un pediatra que llegaba a apoyar y dos “hechizos”; la responsabilidad como estudiantes del sexto año de la carrera recaía sobre nosotros y se nos morían como pollitos.

 

La lucha ha sido permanente en mi vida, nos fuimos a la huelga de hambre los internos, que éramos diez para un hospital que tenía 110 camas, pidiendo aumento de salario y un hospital pediátrico; la primera demanda se logró al momento, tres años después se cumplió con el cometido de un hospital pediátrico. Posteriormente, en la ciudad de México estuve en hospitales infantiles y ya la orientación fue mucho más directa.

 

– ¿Alguna anécdota que recuerde de sus primeras consultas?

Cuando llegué como interno a Oaxaca no pude dormir la primera noche; “aquí llegan en la madrugada muchos macheteados”, me dijeron. Mi primera consulta fue una apendicitis, difícil por la experiencia nula, porque ni siquiera eres pasante de servicio social, eres estudiante de sexto año.

 

Otra experiencia maravillosa fue atender un parto al estilo indígena; la señora no podía dar a luz en la mesa acostumbrada, tuvo que hincarse viendo hacia el lavabo donde se higienizaban los instrumentos y dio la espalda, ¡recibir al bebé por atrás, sin una gota de agua! Fue un parto maravilloso, de lo más limpio, fisiológico cien por ciento. Dije: así deberían ser las salas de parto.

 

Ya en el periodo de residencia hubo muchísimas anécdotas, como atender un parto en un camión de segunda viniendo de la ciudad de México (risas).

 

– ¿Cuál es la clave para ser un buen pediatra?

Amar a los niños. Soy muy intolerante con los papás que no ayudan pero con los niños no porque son los que están sufriendo.

 

– ¿Han llegado a su consultorio padres que creen saber más que usted?

Todos saben más que yo o creen saber más; muchas veces saben más que uno porque tienen al niño diario, lo que pasa es que el conocimiento no lo tienen sistematizado, en cuanto lo tienen pueden ser una gran ayuda; más si uno acostumbra hacer puericultura, a que los papás aprendan, pero hay quienes no hacen lo que les digo a pesar de que lo estén apuntando. La mejor enfermera es la mamá, pero tiene que ser primero buena mamá para que sea buena enfermera o buena pediatra. (Risas).

 

– ¿Cuáles son las recompensas del trabajo con los niños?

La sonrisa de ellos.

 

– ¿Quiénes son más fáciles de convencer, los niños o sus madres?

Los niños. (Risas).

 

– ¿Alguna vez, una mamá o un papá lo sacaron de sus casillas?

¡Muchas! Anécdotas hay pero son cosas que mejor no tocar. Es muy frecuente que uno les dice una cosa y la entienden al revés o tardan mucho en que le expliquen a uno cómo están las cosas con el paciente.

 

– ¿Y muchos papás mienten?

Sí. Mienten porque no saben lo que está ocurriendo o quieren ocultar su descuido en el manejo de sus hijos o son mitómanos; a veces se da un enfrentamiento entre el papá y la mamá, él dice una cosa y ella dice otra, entonces les digo: pónganse de acuerdo porque necesito saber qué sucede. Por eso le creo más al niño, muchas veces.

 

– La medicina y la familia, ¿se complementan o compiten?

En mi caso, las dos cosas. Siempre traté de separar mis tiempos, dedicarle el cien por ciento al consultorio, cien por ciento a la política o al partido o al sindicato cuando estaba en actividades de los mismos, el cien por ciento a la casa cuando estoy en la casa.

 

Tan molesto es que por haraganería o por necesidad los mismos compañeros lleguen a la junta sindical con un paciente, como que llegue un sindicalista o un miembro del partido al consultorio a querer ver asuntos del partido o de consulta, o que a la casa hablen por cualquiera de las tres cosas; es molesto porque te sacan de la concentración en la que estás.

 

Sin embargo, cuando mi esposa y yo estábamos por salir con mis hijos, y llegaba justamente una persona con su niño enfermo, aunque era molesto, no me podía negar porque soy médico las 24 horas del día.

 

– ¿Qué opina de la medicina homeopática o alternativa?

Son cosas distintas. La medicina homeopática es una vieja ciencia, efectiva en su momento. Tiene cosas que no comparto; se presta mucho a la charlatanería.

 

Conozco homeópatas en Chiapas que son profesores, ministros de religión o médicos que no encontraron más que su tabla de salvación recetando homeopatía, pero sólo hicieron un cursito, eso no es ser homeópata.

 

Con la medicina alternativa pasa lo mismo. Cuando se abrió China al mundo occidental, fue un médico de la UNAM a China a ver acupuntura, estuvo un mes y escribió un libro; otro doctor, de lo más irónico, de lo más preciso en sus comentarios, después de que lo presenta delante de todos, le dice: doctor, lo felicito, usted fue a China un mes a ver acupuntura y nos regala un libro, si hubiera tenido el privilegio de estar tres años le aseguro que hubiera usted escrito un artículo. Ese es el problema, también se presta a la charlatanería.

 

A raíz de mi situación física, mis hijos me insistieron que viera algo de medicina oriental, tuve una experiencia con un grupo de ozonoterapia en la ciudad de México y había médicos ahí acupunturistas chinos, vietnamitas, haciendo una maestría; estudian 10 años para ser acupunturistas no un cursito de tres meses para aprender a poner balines o agujitas, esa es charlatanería, es mentira.

 

Hay otro caso, con una maquinita que inventa. La computadora apenas empieza a procesar algunas cosas, los datos de laboratorio deben de confirmar lo que se sospecha clínicamente, cómo entonces una mugre máquina va a darte un diagnóstico de páncreas, esófago, hígado; son charlatanes.

 

También en la medicina alopática habemos charlatanes y muy pesados, que le damos vitaminas a todos, también lo sabemos, se presta para todo, pero aquello más porque es medicina que va por el lado mágico, místico, la respuesta tiene más que ver con nuestra sicología.

 

La medicina que llamo alternativa es otra, por ejemplo, el agua de sal en el oído cuando duele, es una alternativa para la mamá y no es un medicamento, pero le quita el dolor, como cuando desinflama los pies o cuando ayuda con un absceso que está a punto de drenar; es medicina alternativa el lavado de ojos con agua de manzanilla, es herbolaria real y existe y se vale y tiene su base científica, no es magia, lo mágico es que el niño diga ¡ay, ya se me quitó el dolor! ¡Oh, es mágico el doctor, se me deshinchó el dedo con la uña encarnada después de ponerla en agua de sal caliente!

 

Esa es la verdadera medicina alternativa, lo otro, los imanes, es charlatanería pura; pero existe la electrostática, sí, la telepatía entre padres e hijos, entre parejas, entre amigos muy cercanos, “estaba pensando en ti”, eso es telepatía pero no se puede controlar, hay quien lo intenta y no es cierto.

 

– ¿Cuáles son los avances de la medicina más importantes que ha vivido para mejorar la salud infantil?

El descubrimiento del suero oral. Fue el descubrimiento del siglo según la revista The Lancet, antes de 1986, por supuesto. Con las epidemias de cólera en Bangladesh empezaron a probar y llegaron a la conclusión de que el suero que viene en sobrecito, vida suero oral, fue el descubrimiento del siglo pues vino a cambiarle la vida a los niños, a evitar la venoclisis; el dolor que provoca esa agujita, aparentemente insignificante, es espantoso para los niños.

 

– Se ha dicho que ser médico es ante todo una actitud frente a la vida ¿qué opina?

Así es, somos médicos de niños vivos y queremos seguir manteniéndolos vivos. No me gustan los niños enfermos, precisamente por eso soy médico.

 

– ¿Qué consejo da a los jóvenes pediatras?

Que amen a sus niños, que lleven su historia clínica completa y que se acuerden que un buen interrogatorio y una buena exploración hacen un buen diagnóstico, que un mal interrogatorio y una mala exploración hacen un mal diagnóstico y un pésimo tratamiento.

 

– ¿Qué aconsejaría para no enfermarse?

Primero, comer bien; estar tranquilos, tratar de dar en lugar de esperar recibir siempre. Es más satisfactorio dar que recibir, te da más placer y ese placer te da más salud mental y más salud física como consecuencia.

 

– ¿Cuáles son las enfermedades más recurrentes en los niños chiapanecos, según su experiencia?

La diarrea, los problemas respiratorios y la desnutrición como desencadenante de muchas de ellas; niños desnutridos son presa fácil de todo y el diarreico se puede volver desnutrido porque muchas veces lo mantienen en ayuno.

 

– ¿Cuál es el principio más alto que le ha tratado de inculcar a sus alumnos en la Escuela de Medicina?

Que sepan servir, que el que no sirve no sirve y que el que sirve sirve.

 

– ¿En qué condiciones trae el Programa Nacional de Control de Enfermedades Diarreicas e Hidratación Oral a Chiapas?

A mediados de la década de los ochenta, el estado tenía el primer lugar en muertes por diarrea. Me invitaron a un curso en 1986, fui con una enfermera del Hospital Materno-infantil, mujer capaz, generosa. Tomamos el curso y regresamos dispuestos a todo. Entonces a ella la cambiaron de servicio, perdiéndose el recurso humano; peleé durante varios meses para que me dieran espacio, recursos para comprar unas jarras y unos vasos, pedí prestadas las cunitas que nunca se usaron en Urgencias, unas sillas, una báscula pesabebés, una báscula de pie, cucharas, tazas y personal, pero sólo facilitaron en la mañana una interna y una enfermera.

 

Funcionó (el Programa) prácticamente sólo en la mañana y con trabas; me decían ¿para qué quieres estar? O me respondían no, no, espérate, espérate y espérate. Tuve que comprar las jarras con mi propio dinero, los vasos, etcétera. Los sueros, que venían por miles, nos los dosificaban absurdamente, por eso creo que cayeron tres secretarios de Salud (del estado), porque al secretario de Salud federal, Dr. Jesús Kumate (Rodríguez), impulsor del Programa de Hidratación Oral de siempre –a quien estimo mucho por su calidad científica y humana—, le decían ya no me mande más suero que aquí tengo. ¿Qué quiere decir?, que no lo están repartiendo, entonces van pa’juárez (risas). Luego me echaban la culpa a mí.

 

A mí me preguntaban ¿cómo vas?, pues mal, ¿tienes apoyo?, ninguno; tenía que decir –yo que no tengo pelos en la lengua— la verdad de lo que sucedía, sin embargo, logramos mantener el programa.

 

Había que capacitar personal y la primera persona fue una médico general muy capaz y generosa, la doctora Carmen Garzón. Dábamos capacitación por distritos, quisimos organizar los servicios, se logró poco, se burlaban de nosotros en el hospital: “está dando su pozolito Gómez Maza, su agüita”; pero surgió una epidemia de cólera y no les quedó de otra más que entrarle al suero oral.

 

El suero oral tiene su fundamento en el manejo del cólera, que es una enfermedad con vómito y diarrea terribles, donde el paciente emite hasta 100 evacuaciones por día; se deshidrata en una hora, en dos horas se está muriendo y en cuatro horas se muere; por más que le pongan suero en las venas no se recupera el volumen que está perdiendo, pero por la vía oral sí, entonces haces que tome un vaso de suero con cada evacuación, en la que pierden aproximadamente 250 mililitros, se le da un antibiótico y en 48 horas el paciente anda afuera.

 

Se logró que entrara en la “cabecita” de los médicos el uso del suero y ahora creo que lo usan más las mamás que los médicos en general; muchos pediatras han vuelto a las andadas de recetar caolin pectina, antibióticos sin ton ni son, y respecto al suero no son precisos en cómo debe darse, parece mentira pero muchos están regresando al uso de la venoclisis porque en tiempo de crisis la hospitalización justifica más el cobro que el agüita. Yo habré internado en estos 20 años no más de 10 pacientes con venoclisis por deshidratación y muchos manejados en el pasillo, en la sala de espera, porque es tan noble el método pero a veces los que no ayudan son los papás.

 

Las condiciones en que se trae el Programa fueron muy pesadas, no fue ni es nada fácil; da tristeza ver que salen de las unidades médicas con las indicaciones para un niño con diarrea: bonadoxina para el vómito, que está prohibida y la siguen usando, caolín pectina que ya no se debe usar, antibiótico y por no dejar, su suero, como lo quiera.

 

– ¿Qué representó para usted esa labor?

El romper con todo lo viejo, sospechábamos que se podía, pero no sabíamos cómo. Hacíamos un suero oral muy casero, que muchas mamás lo conocieron: tehuacán con sidral y agua azucarada con sal y limón, que funcionaban con amor.

 

– ¿Alguna vez imaginó que su trabajo fuera reconocido con el Premio Chiapas?

No, pero además me lo dan en la categoría de ciencias porque no pueden darme el reconocimiento como luchador social, sería como ponerse la soga al cuello.

 

– Algunos de los que conocen su postura ideológica se han sorprendido de que usted aceptara dicho Premio, ¿qué opina al respecto?

Se sorprenden los que no me conocen. La retribución económica es poca. De hecho, no pensaba aceptar pero mis hijos me dijeron: no es sólo un reconocimiento a tu trabajo como científico, como médico, sino un foro para decir lo que no te dejan decir. Y había que aprovecharlo. Es la última tribuna, el último momento, hasta ahorita, que he tenido a nivel estatal.

 

Continúa…

Fernando Aceituno, guerrero en la vida y el deporte

Entrevista por: Leticia Bárcenas y Gabriela G. Barrios

Basquetbolista chiapaneco juega desde hace cinco años con el equipo de Amiab de Albacete, España.

Albacete, equipo español de baloncesto en silla de ruedas en el que José Fernando juega como poste “o pivot como le llaman ellos, los españoles”.

El juego inicia sin contratiempos, apenas unos minutos y el equipo local impone su ritmo: ¡Cinco puntos consecutivos! Tristeza en nuestros rostros. Parece que todo está definido.

Nada más lejos de la realidad. La experiencia, garra y buenos minutos para la rotación interior del equipo Amiab de Albacete, lograron el cambio. La emoción nos invade y no puedo evitar el grito: ¡Vamos equipo!

El desempeño del poste Albacete sin duda sorprende, es obvio que su papel en este partido es sacar de su posición a Alberto Llorente, pivot del Montur CID Burgos, y lo está haciendo a base de lanzamientos exteriores. Con su ya característica mecánica de tiro, lanza uno, dos, tres hasta cuatro triples en el segundo cuarto (anota dos); la defensa local está desconcertada, incluso su afición, que no puede dar crédito a lo que ve. La emoción me gana, me pongo de pie y aplaudo. Me piden que tome asiento y que guarde silencio. Es el descanso, argumento, con un poco de pena. Mi compañera sólo sonríe.

Tras el descanso Amiab maneja perfectamente el partido. Con un triple de Jesús Torres y una serie de buenas acciones ofensivas de Sergio Martínez dejan el partido casi sentenciado al final de este cuarto. Brindamos, de un trago termino la cerveza que quedaba en el vaso. El sonido del balón en la duela indica el inicio del periodo definitivo.

Los locales aumentan su presión defensiva, sin embargo, no pueden revertir la caída. Amiab de Albacete en defensa tiene bien definidas distintas alternativas con defensas individuales y en ataque, ¡qué bárbaros! están volviendo locos a los interiores locales con esos tiros exteriores de sus postes. La alegría es general; ¡nuestro equipo ha ganado!

Aplaudo y el papá de Fernando Aceituno ríe. Una de sus hermanas apaga el dvd y la televisión. Hemos visto –y vivido- un partido de Amiab de Albacete, equipo español de baloncesto en silla de ruedas en el que José Fernando juega como poste “o pivot como le llaman ellos, los españoles”.

Fernando está de vacaciones en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas y tras la invitación a conceder una entrevista, acepta meter meter baza –como dicen los españoles-, con nosotras, después del partido. Con un acento cantadito, entre costeño y españolado, responde a nuestras preguntas.

 

-¿Cómo festejan un triunfo?

Trabajo en España, en una empresa de manufactura y aparte hago deporte. Juego baloncesto en silla de ruedas, en el equipo Amiab de Albacete

Nos vamos por ahí a tomar unas cervezas. (Risas).

–¿Cómo sobrellevan la derrota?

Bastante bien, no estamos tan presionados entre la victoria y la derrota; a veces estás conciente que perdiste quizá por culpa tuya o del resto del equipo pero de ahí, las derrotas las llevamos bien, sirven de algo, sobre todo aprendes de ellas y tratas de no volver a cometer los mismos fallos en otros encuentros.

Nos alejamos un poco del bullicio de la familia Aceituno Suriano para conversar con este joven deportista egresado de la Universidad Autónoma de Chiapas, como licenciado en Informática, quien a la edad de 19 años tuvo que tomar la decisión: operarse y perder la pierna derecha o fallecer por cáncer. “Ese ha sido el momento más importante de mi vida.”

–¿Qué pasó en ti después de padecer cáncer?

Te da vuelta la vida 360 grados. Es muy difícil al inicio pero después es cuestión de adaptarte, nada más.

–¿Sentiste respaldo de tu familia, de tus amigos?

Más que nada de mi familia y de alguno de mis amigos… son muy pocos los que tengo. Lo importante en estos problemas es el apoyo que tienes de tu familia, es lo que te saca adelante.

–¿A qué te dedicabas?

Estudiaba

–¿En qué te desempeñas ahora?

Trabajo en España, en una empresa de manufactura y aparte hago deporte. Juego baloncesto en silla de ruedas, en el equipo Amiab de Albacete

-¿Antes de tu enfermedad practicabas algún deporte?

Sí, el futbol.

–¿Qué te ayudó a aceptar y asumir esta reorganización de tu vida?

El apoyo de mi familia, pero más que nada, es por mí mismo porque esto es algo que te encuentras sin querer y si te echas abajo ya no puedes salir adelante; aunque tu familia te apoye demasiado si tú no tienes la ilusión de seguir adelante en la vida, de nada sirve todo lo que ellos hagan.

–¿Qué persona te mostró esta nueva opción de vida?

Los que me invitaron a hacer deporte adaptado; Alfredo Martínez, Martín González (difunto) y Francisco Santos (difunto), éste último, en esa época era entrenador y como yo estudiaba en la Unach, me invitaron, fue cuando me integré al deporte, en agosto de 1996.

–¿Por qué básquetbol y no otro deporte?

Primero me metí al deporte en natación porque a mí me gustaba mucho ir al río y el baloncesto nunca me gustó, pero después, cuando empecé a practicarlo, le tomé cariño y al final dejé la natación y me metí al baloncesto. De hecho quedé en cuarto lugar en un Nacional en nado de pecho.

–¿Cuántos años llevas jugando baloncesto?

Desde 1996 a la fecha, son ya 12 años.

–¿Por qué decidiste vivir en España?

Mi ilusión era siempre irme fuera a jugar, aunque sea uno o dos años. Surgió esta oportunidad, gracias a mi amigo Sergio Martínez Méndez, debido a que el equipo Amfiv de Vigo quería contar con sus servicios, pero él tenía contrato con el equipo DKV de Badalona, Barcelona; entonces le dijo a dicho equipo que tenía un compañero en Chiapas que también jugaba en esa posición y les dio mi correo electrónico y teléfono; así fue como me fui a España, no lo dudé dos veces. Ya antes había tenido la oportunidad de irme a los Clipper de los Ángeles, EU, pero por motivos familiares no pude. En España, hasta el momento, llevo casi seis años, uno en Vigo y cinco en Albacete.

Ahora me siento más a gusto debido a que tengo a Julia que es mi novia y ella es un verdadero apoyo, me ayuda a sentirme feliz

–¿Qué tan difícil ha sido adaptarte a la vida lejos de tu familia y de Chiapas?

Al inicio fue bastante difícil porque vas a un país al que no conoces, dejas a tu familia, que es lo más duro y además no tenía amistades, las únicas personas a las que consideraba mis amistades eran las personas que me contrataron y en realidad ni las conocía; es bastante difícil pero creo que me ha ayudado mucho mi forma de ser, mi personalidad.

–¿Eres extrovertido?

Algo (Risas). Siempre lo he sido, no he cambiado.

–¿Ha habido alguien en especial que te esté ayudando en esta etapa de adaptación a tu nueva vida en España?

Ahora me siento más a gusto debido a que tengo a Julia que es mi novia y ella es un verdadero apoyo, me ayuda a sentirme feliz, llevamos casi cuatro años y la verdad estoy muy a gusto con ella; aparte de que tengo un compañero, Sergio Martínez Méndez, que juega en mi equipo y es también de Tuxtla (Gutiérrez). Quiero dejar huella en este deporte para que mi familia y mi hijo estén siempre orgullosos de mí. Eso es lo que me saca adelante, ahora.

–¿Cómo es la relación con tus compañeros de equipo en España?

La verdad, en este equipo, que ya tengo cinco años con ellos, me llevo bastante bien con todos, tanto con los jugadores como con la directiva, gracias a Dios.

–¿Todos tus compañeros de equipo son españoles?

Habemos sólo tres extranjeros, que somos los dos mexicanos y un chico de República Dominicana, de ahí, todos son españoles.

–¿Quién fue tu entrenador en México y quién es actualmente en España?

Mi primer entrenador, con el cual me inicié, fue Francisco Santos Romero, aquí en Tuxtla (Gutiérrez); después tuve de entrenador a Pablo Larraga; en la ciudad de México a Sergio Durán. En España, el primer entrenador que tuve fue Diego Núñez, en Vigo, ahora tengo a Eduardo Hernández en Amiab.

–¿Tienes algún programa de activación física ya preestablecido?

Más o menos; en el deporte adaptado tienes que tener mucha condición en los brazos porque haces todo, el balón, la silla, todo lo haces con los brazos, pero desafortunadamente en estos meses me he lesionado de un hombro y casi no he entrenado pero sí, tenemos nuestro propio entrenamiento.

Fernando durante una jugada en la posición de "poste" o pivot en el equipo de AMIAB.

–¿Cómo es un día normal en la vida de Fernando Aceituno?

¡Día normal! Me levanto a las seis de la mañana pasan por mí al diez para las siete, me voy al trabajo, regreso hasta las cinco, descanso unrato, me voy a entrenar, vuelvo como a las once de la noche, ceno, veo un rato la televisión, duermo y otra vez a empezar. Y los fines de semana vamos a jugar fuera sino jugamos en casa, pero siempre estoy ocupado.

–¿Cuáles son tus metas deportivas?

En este momento es subir, con el equipo, a la División de Honor, porque estamos en División de Honor B y está la División de Honor A, que es la máxima. Hace dos años descendimos y nuestra primera intención es ascender. Otra de mis metas deportivas es, de aquí al 2011, volver a la Selección Nacional, porque serán los Juegos Panamericanos aquí, en Guadalajara, Jalisco, México. Espero lograrlo.

–¿Cuál ha sido hasta hoy el momento más emotivo de tu carrera deportiva?

Cuando ganamos nuestro primer ascenso, estábamos con el equipo de Chiapas, fue en Cuernavaca, Morelos. Fuimos campeones de Segunda División y subimos a la Primera División, ese mismo año quedamos en tercer lugar a nivel nacional. Éramos un equipo que acababa de ascender y dimos buena cuenta. Era mi primer gran triunfo deportivo.

–¿Y de tu vida personal?

¡De mi vida personal! Hay muchos momentos. Digamos, cuando me pasó lo de la enfermedad, fue un momento muy difícil porque tenía que tomar la decisión de operarme y perder la pierna o fallecer por cáncer. Ese ha sido el momento más importante de mi vida. Es el que más fuerte tengo en la memoria.

–¿Cuál es para ti la mayor diferencia entre jugar en España y la competición en México?

En España eres semiprofesional, es una liga bastante competitiva y hay mucho apoyo; ahora, la diferencia con México es que aquí no hay mucho apoyo, no hay ligas y si las hay tienes que ir al Distrito Federal quizá cada mes y jugar cuatro o cinco partidos en un fin de semana y volver, de ahí sólo existen los juegos nacionales. Sin embargo, en México hay bastante nivel deportivo, razón por la que estamos siete u ocho personas jugando en España en diferentes equipos, creo que es una muestra de que aquí hay bastante nivel.

–¿Tienes contacto con jugadores mexicanos que estén en otros países?

Conozco un muchacho que está en Canadá y hemos coincidido en algunos eventos como el torneo Spitfire Challenge, que se realiza en Toronto (Canadá). Por lo regular cuando uno va a esos torneos se encuentra a varios deportistas que juegan fuera. En Estados Unidos también hay jugadores mexicanos.

–En España existe un Plan de Apoyo al Deportista Olímpico que engloba a deportistas, entrenadores y técnicos discapacitados, ¿sabes en qué consiste?

Te puedo dar más o menos una idea; allá (en España) existe el apoyo a los deportistas siempre y cuando sean de élite, como les llaman ellos, que son de las máximas categorías, hay subvenciones que les dan a los equipos para los deportistas o meramente para los equipos, y cuando hacen selecciones los apoyan un poco más, pero tampoco crean que son demasiados apoyos, lo que pasa es que tienen más infraestructura, y cuando obtienen buenos resultados le dan mucho auge, mucha publicidad, esa es la diferencia con México, que no hay mucha infraestructura, porque deportistas hay y muy buenos.

Equipo AMIAB de Albacete en España donde juega Fernando Aceituno

–¿Piensas regresar a jugar en algún equipo de Chiapas o del país?

Bueno, cada que vuelvo aquí, si hay algún torneo represento a Chiapas; siempre dije que de Chiapas no me iba a cambiar y hasta la fecha lo he cumplido, invariablemente he estado con Jaguares, ahora somos los Jaguares y los Conejos, que al final somos una sola selección porque ya somos muy pocos deportistas los que habemos, algunos se están yendo fuera, hay muchos que, desgraciadamente, han dejado este mundo y otros que han dejado el deporte por compromisos familiares u otras cosas; los pocos que habemos, cuando podemos, nos juntamos.

–¿Te gusta viajar?

La verdad, sí. (Risas).

–¿En qué lugar te has sentido más cómodo?

Fuera de México, en España, más que nada por el idioma; la gente también es muy acogedora, tratan de servirte y que te sientas bien. No he tenido problemas.

–¿Cómo ves a México y en especial a Chiapas cuando vienes de vacaciones?

Es una gran diferencia. Estoy en un país de primer mundo y cuando vengo, quiera o no, se nota el cambio de vida pero veo que Chiapas en sí ha progresado bastante, aunque le faltan algunas cosas. La ciudad de Albacete (España), lugar donde vivo, es la segunda ciudad, a nivel Europa, más adaptada, ahí puedes andar con silla y cualquier cosa, en cambio aquí, desgraciadamente hay muchas barreras arquitectónicas, es entonces una gran diferencia pero a mí lo que me gusta es Chiapas, es mi país y para mí siempre es el mejor. (Risas).

–¿Has sentido algún tipo de discriminación en México?

¡Nooo!, nunca. Es más, si alguna gente hace un comentario yo nunca le tomo importancia porque es según como te sientas tú como persona, porque si le haces caso a medio mundo, todos estaríamos medios chispados, ya. (Risas).

–¿Consideras que se han dado pasos para mejorar la situación de las personas con capacidades diferentes en el estado?

La verdad sí, poco a poco han ido saliendo más apoyos, también el gobierno ha dado proyectos productivos a personas con discapacidad y creo que la sociedad en general debe mentalizarse que necesitamos de ellos, porque nosotros no podremos salir solos adelante.

Me gustaría que hubiera más apoyo tanto para el deporte adaptado como para el trabajo para personas con discapacidad, porque como va la crisis… desafortunadamente las empresas no confían o no tienen el ímpetu de contratar a una persona con discapacidad por miedo a que no podamos hacer las cosas pero si no nos dan la oportunidad nunca sabrán de lo que somos capaces.

 

[box type=»note» style=»rounded»]

 

SILUETA

Lugar de nacimiento: Tonalá, Chiapas.

Edad: 34 años.

Número de hermanos: 3 hermanas.

Estado civil: Soltero.

Número de hijos: 1

Pasatiempos: Deporte y ver televisión.

Amuleto o cabala: No tengo.

Ritual: Mojarme la cabeza, lavarme la cara e ir al servicio antes de jugar, sino juego mal. (Risas). Ya lo he comprobado.

Basquetbolísta de cabecera: Francisco Santos Romero, de deporte adaptado, porque él fue el que me enseñó a jugar este deporte y el que siempre me dijo que servia para esto. De baloncesto a pie al que siempre he admirado es Michael Jordan, por todo lo que significa él.

¿Y qué tal encestas en el amor?: (Risas) Pues yo creo que bien, falla alguna que otra canasta pero… (más risas).

 

[/rescue_box]

[box type=»note» style=»rounded»]

EN CORTO

Balón: Básquetbol

Canasta: Lo mismo

Agua: Buena pa’la vida

Viaje: Lo mejor

Reto: Metas que se pone uno

Obstáculo: Son buenos para sobresalir en la vida

Derrota: Te sirven para aprender

Triunfo: Son buenos porque para eso te preparas.

Discapacidad: Forma de vida a la cual hay que adaptarse.

Puntos: Los que tenga uno, a favor o en contra.

[/rescue_box]

 

Mario Enrique Yáñez Gamboa, arquitecto

Entrevista por: Leticia Bárcenas y Gabriela G. Barrios

Ganador de Medalla de Oro en la Tercera Bienal de Arquitectura en Chiapas

Ganador de Medalla de Oro en la Tercera Bienal de Arquitectura en Chiapas. Foto: Gabriela G. Barrios

Cuando caminamos por cualquier calle de Tuxtla observamos diversas fachadas que, a veces, nos hacen imaginar interiores de ensueño, otras nos parecen simples, pero lo que no imaginamos es a quienes diseñaron esas construcciones. Aquí conversamos con Mario Enrique Yánez Gamboa, quien al hablar de arquitectura afirma “…termina uno por enamorarse tanto de su oficio que viene significando todo.”

 

– ¿Qué significa para usted la arquitectura?

Es un oficio al que uno decide dedicarse. Conforme se estudia se va descubriendo la amplitud de aspectos que cubre, cuando se egresa [de la carrera] las condiciones de trabajo van tendiendo líneas por donde dirigirse y termina uno por enamorarse tanto de su oficio que viene significando todo. Lo que uno hace gira en torno a ese oficio, incluso la familia.

 

– ¿Qué lo motivó a participar en una Bienal?

La Bienal de Arquitectura en Chiapas se empezó a celebrar hace ocho años. Cuando se realizó la primera no participo por la postura común de no valorar lo que estamos haciendo, desacreditarse, no creer en lo que uno hace. Ante los trabajos expuestos pensé ‘yo hubiese estado acá’, tenía algo que presentar y sin embargo, por no confiar en lo que uno hace, se sanciona el trabajo. Desde entonces me quedó la espina de por qué no participé y a los dos años participo ya más convencido de hacer un trabajo de calidad pero con pocas posibilidades [de ganar] aunque también se aprenden muchas cosas.

– ¿Cómo cuáles?

Nuevas maneras de resolver los proyectos, de manejar conceptos arquitectónicos, sobre todo de la vida cotidiana. Sin embargo, principalmente dependes del jurado. Uno se emociona, uno vive, sufre mucho con la bienal, y cuando llega la premiación sucede a veces todo lo contrario: no pasa nada; el jurado tiene otra manera de concebir [el trabajo arquitectónico] en ese momento, trae sus líneas, hay que entenderlo, asimilarlo.

 

Así de universal es la arquitectura y sigue siendo, entre las artes, esa parte subjetiva que puede agradar a muchos pero que en determinado momento a 3 ó 5 personas, que forman un jurado, puede no ser la directriz; es parte del juego. Lo importante aquí era participar, estar, adquirir experiencia, aprender a trabajar con otras disciplinas, con otras personas que tienen que ver con el montaje, con la fotografía, ya no es sólo la obra en sí sino todo lo que implica la exposición.

 

La parte gratificante fue cuando las personas asistentes a la Bienal se acercaron y comentaban que veían algo que les llama la atención, algo interesante, me preguntaron: cómo lo hiciste, porqué lo solucionaste así y en ese momento te empiezas a sentir muy bien, es un foquito que te está indicando que hay gente que se interesa por lo que estás haciendo. Lo importante fue mostrarlo porque a veces uno se queda en el anonimato.

 

Después participé con esta casa que, curiosamente, es de mucho menor escala en tamaño que con la que participé en la anterior bienal, sin embargo, tiene características que se me hace importante presentar; hablo con la gente que estuvo en el montaje anterior para llevarlo con una mejor presentación. Esta vez el jurado tiene una línea en la que es más abierto y la lámina o proyecto logró impactar en una sola imagen, que es la que cuenta.

 

La parte gratificante fue cuando las personas asistentes a la Bienal se acercaron y comentaban que veían algo que les llama la atención, algo interesante. Foto: Gabriela G. Barrios

– ¿Usted considera que el trabajo del arquitecto debe ser interdisciplinario?

Sí. En el trabajo de arquitectura somos nosotros los que decidimos pero cuando se requiere de otras especialidades es conveniente hacerlo. El cliente es lo principal, es a quién va a estar dirigido el espacio pero, si por condiciones particulares, el habitante requiriera de una especialidad como la iluminación y ésta escapa a mi alcance debo recurrir a otra disciplina.

– ¿Cómo nace la idea de este proyecto?

Nace como parte en una etapa en la que estamos inmersos los arquitectos que es producir viviendas de interés medio para promoción y venta. Los despachos particulares ya no se pueden quedar a esperar a que llegue una recomendación, en el mejor de los casos, y menos que llegue un cliente a decir que necesita algo, ya no se da. Somos muchos y cada vez hay más competencia, entonces, una manera de promovernos es gestar nosotros los propios proyectos: ubicar predios, ver las condiciones de acuerdo al mercado. El interés social lo abarcan las grandes empresas constructoras. Así, en este caso particular, el terreno tenía las condiciones para desarrollar el proyecto y por ende se fue trabajando.

 

– ¿Participó en la Cuarta Bienal?

Participé como conferencista y también con un trabajo; esta vez no pasó mayor cosa pero son experiencias muy importantes. Por supuesto que le tiene uno cierto gusto a participar, pero para presentar algo que en verdad tenga caso compartir; me gusta mucho ese término, compartir, porque en la arquitectura lo que hacemos es para compartirlo.

 

– ¿Cree que una bienal motiva a los profesionales del medio en la creación de nuevos proyectos?

Sí. Es un escaparate, es una fiesta, una alternativa en la que se promueve una arquitectura con mayor aportación, un poquito más valiosa. Las nuevas generaciones observan qué se está haciendo. A veces, como estudiantes, fijamos la vista al centro del país y a los aspectos que se publicaron incluso en lo internacional, excepto en lo que hacemos nosotros, localmente. Esa parte se está cubriendo. Falta hacer mayor difusión, promover hacia otros medios, darle mayor relevancia y hay mucho que trabajar en ello; falta ser más audaz. Seguimos careciendo de un buen circuito, de una casa de cultura, de un espacio, de un edificio público en el cual podamos llevar a cabo la presentación de nuestro trabajo.

– ¿Implica una responsabilidad el hecho de haber sido ganador en una de las bienales?

Sí, porque implica que se tiene que ser más cauteloso con el quehacer, decidir qué trabajos realizar y cuáles no. La arquitectura es un proceso de mucho trabajo pero también de mucha competencia. Hay un bloque de gente con arquitectura comercial, impersonal, produciendo mucho y un bloque, más reducido, que tiene una arquitectura más privada, más personal, más específica, en el que estamos tratando de salir adelante con poco recurso, sin embargo, todo se rige por el impacto económico. Hacer construcción sigue siendo muy difícil.

 

– Entonces, ¿considera que las bienales permiten elevar el nivel profesional y competitivo de nuestros arquitectos?

Sí, por supuesto.

 

– ¿Contribuyen al intercambio de nuevas ideas, tendencias y búsquedas o sólo sirven para mostrar la obra personal de los participantes?

No. Por supuesto, hay una visualización a nivel local de cómo nos impactan los movimientos de tipo global y de cómo nosotros, con una visión regional, le damos cabida a este tipo de impactos sin que nos desplacen, porque muchas veces no tenemos la misma tecnología ni la técnica pero hacemos una serie de adecuaciones. Creo que nuestra responsabilidad está en la de rescatar algunos elementos y hacer una reinterpretación, generando alternativas, propuestas. Mostrar que no sólo se puede hacer algo que es muy local, muy regional, sino que también puede ser contemporáneo; con nuestras aportaciones y con nuestras limitaciones, pero propio.

 

Hay viviendas en el campo que cumplen con mucho más condiciones que una casa misma de interés social. Foto: Gabriela G. Barrios

– ¿Usted considera que si hay una tradición arquitectónica en el estado?

Por supuesto, existe desde la condición prehispánica misma, eso no lo puede negar nadie, ni el impacto que tiene la mezcla de lo español con lo indio, de ahí el surgimiento de estas grandes casas o casonas, que tienen un esquema tan claro que operaba y sigue funcionando todavía y a las que hay mucho que aprenderles. Hay viviendas en el campo que cumplen con mucho más condiciones que una casa misma de interés social; en ellas la gente no tiene problemas con el calor, tiene mucho más convivencia con el exterior-interior, su espacialidad es mucho más amplia y de repente nosotros, los creadores, hemos caído en el mercantilismo de meterla en una caja de zapatos de 3 metros cuadrados.

 

– ¿Cuáles son los íconos arquitectónicos de Chiapas?

Como persona yo creo que todavía no hay uno. Como edificio, me fascina el Museo Regional de Antropología e Historia, es un edificio muy importante para nuestro estado que sigue vigente como concepto de solución. Es como la reinterpretación de esas casas de grandes patios.

 

– ¿Podríamos hablar de una arquitectura rural en Chiapas?

Por supuesto que existe, con una estructura tradicional, la estructura vernácula y hay una contemporánea.

 

– ¿Cree que el trabajo de los arquitectos es valorado?

Sí, por supuesto que es valorado, en su momento la gente sabe discernir cuándo debe contratarnos.

 

– ¿El diseño arquitectónico es de inspiración o análisis?

Nada es fortuito, esto se va dando; hay una serie de condiciones y vivencias que van nutriendo ese quehacer. Se aprende al caminar, viajar, ser sensible ante las cosas comunes y cotidianas que de alguna manera no valoramos, eso va nutriendo y en el momento creativo tiene que aflorar más las que se tienen que tomar en cuenta, como la calidad y tipo de materiales, los espacios, la iluminación.

 

– ¿Cuál es el elemento que identifica su arquitectura?

Los recibidores, los corredores. Diseños en los que la arquitectura no sea tan fría, como una caja sino que tenga un poquito más que la haga humana.

[box type=»note»  style=»rounded»]

En Corto

Piedra: Es un soporte

Metal: Mucho trabajo y expresión

Madera: Sutil

Cristal: Transparencia

Agua: Relajamiento, tranquilidad

Luz: El día

Naturaleza: Armonía

[/rescue_box]

 

 

[box type=»note» style=»rounded»]

Perfil

Tuxtleco, “aunque mis padres me engendraron en Chiapa de Corzo”. Vivió la mayor parte de su infancia en diversos lugares, entre ellos Arriaga. Arquitecto desde hace 15 años, casado y con 4 hijos, gusta de escuchar música, dibujar y el trabajo manual que tenga que ver con la arquitectura. Le fascina la fotografía. Su arquitecto: Luis Barragán.

[/rescue_box]

 

Corazones Gitanos (sexta y última parte)

Parte 6 de 6

Enlace a la quinta parte

Texto: Leticia Bárcenas y Gabriela G. Barrios

En el recuento de los daños

me sales debiendo tantísimo amor

que no puedo creer lo que escuché:

cómo puedes decir que te olvidaré.

“El recuento de los daños”/ Gloria Trevi

 

 Historia de amor no.6

Susana. 22 años. Divorciada, madre de un niño.

Pájaro por Luis Villatoro

No sé qué es el amor, no es que no haya estado enamorada, es que hay cosas que no puedes expresarlas aunque las hayas sentido.

Me enamoré a los 17 años, lo supe porque él era mi primer pensamiento del día y el último; siempre quería estar con él y el tiempo pasaba muy rápido. Estuvimos dos años juntos y después nos casamos, tuvimos a nuestro hijo. Cuando el bebé cumplió un año nos separamos. Los primeros meses fueron muy difíciles para mí porque estaba acostumbrada a estar con él. Con el paso del tiempo y el ya no vernos, se me fue pasando ese dolor, aunque a veces sí lo extraño. En este momento no estoy enamorada.

 

Amar es un acto involuntario, uno no elige a quien amar, simplemente lo sientes. No podemos decir esta persona me gusta, la voy a querer, no. A veces nos enamoramos de las personas que menos nos imaginamos.”

* El presente artículo lo publicamos también en la edición impresa de El Heraldo de Chiapas en dos partes, 1 y 2 de marzo del 2005.

 

Corazones Gitanos (quinta parte)

Parte 5 de 6

Enlace a la cuarta parte

Texto: Leticia Bárcenas y Gabriela G. Barrios

Y yo soy el Pipiripau,

y aunque no tengo

mucho pegue

yo no sé porqué será

que a mí me siguen las mujeres.

“El Pipiripau”/ Los Plebeyos

 

Historia de amor no.5

Tomás. 51 años. Casado desde hace más de 25 años. Padre de 4 señoritas.

Elefante
Elefante ilustración de Luis Villatoro

El amor es una sed incontenible de abrevar en las aguas de la paz, de la tranquilidad, del bienestar para que el hombre alcance su objeto: la felicidad. Es algo muy vasto, que se encuentra en muchas cosas. Pero el amor intenso, tal cual, no tiene una permanencia y menos en los estilos de vida de los mexicanos.

 

Se inicia la relación de casados con un patrón de conducta en el que “se incluye” a la pareja, aunque muchas veces conservas algunos de tus comportamientos como soltero y te lo permite tu esposa, entonces, a veces, no asumes toda tu responsabilidad en esa relación de dos. Después, con la llegada de los hijos el rol cambia y el amor hacia la pareja se divide, se fracciona o de alguna manera se enfoca hacia otros aspectos; cambia entonces la forma de relación y en el devenir se va convirtiendo en algo cotidiano, rutinario, incluso como que ya hasta sientes una obligación, ya no te parece como algo gozoso, algo que se busca, que se desea y a veces eso genera una cierta frialdad o una relación de compromiso, ya no se alimenta. En cada aniversario o los cumpleaños das tarjetas, un regalo, flores; está el detalle pero, si comparas, las tarjetas vienen diciendo lo mismo año con año, es decir, se convierte en rutina.

 

En la aspiración de seguir siendo feliz tú buscas una aventura. Más con la mentalidad que desde niño te meten, sobre todo la mamá, de que tú no eres sólo para una mujer sino que eres para muchas, e incluso socialmente es válido y en algún tiempo fue hasta signo de reconocimiento que lucieras muchas mujeres, era signo de hombría, te volvías un personaje destacado en lo social; aunque en ciertos núcleos era reprobable, pero sucedía.

 

Entonces, es esa mentalidad la que te lleva a esa búsqueda, a lo mejor hasta te impulsa, o puede ser que también se dé la ocasión para que tengas flirteos en tu trabajo, en tus relaciones sociales, hasta en tu relación de familia. Muchas veces las mismas mujeres cercanas a ti, a lo mejor se sienten atraídas, a lo mejor les gusta la manera como tratas a tu esposa, no sé, eso te abre oportunidades que tú ni siquiera las esperas. Pero esa mentalidad de que tú, hombre, eres para muchas mujeres, con ellas no sucede así. Entonces, uno se permite esa libertad, procurando no lastimar a la pareja, es decir haciéndolo con discreción.

 

A las esposas siempre les toca la parte difícil, la parte de las responsabilidades de la casa; a las amantes la parte “padre”, la de vivir los momentos de felicidad, de dicha, de relación de pareja sin ninguna obligación y más cuando ambos amantes no son libres, pues es cuando más se cuidan los encuentros. Esos encuentros encerrados en cuatro paredes en donde te entregas a la pasión, porque es sólo ese espacio, no hay otro, y en él haces tu mundo. Pero para que no se rompa la armonía en toda la relación global de ambas partes, se tiene que respetar esa privacidad, mientras no se exceda ese límite la relación puede durar mucho tiempo. Incluso eso permite muchas veces que la relación de costumbre que se tiene con la esposa mantenga un buen equilibrio, ya que cuando la esposa se convierte en la madre de tus hijos, la relación cambia porque le tomas cierto respeto que no te permite muchas cosas en lo sexual, en cambio con la amante realizas muchas de tus fantasías.

 

Si en esas cuatro paredes mantienes la pasión y todos los aspectos bellos de la relación, no hay ningún problema, pero, en el momento en que ya te piden responsabilidades, por ejemplo el gasto, la ropa, el regalo caro, el viaje o cosas que también tienes como obligación en la relación con tu esposa, eso se convierte en otra cosa y empieza a complicarse como si fuera un matrimonio; es decir, deja de ser la amante para convertirse en una segunda mujer, que lógicamente trae consigo todos los problemas que rompen la magia de esa relación de amantes.

 

No puede hablarse del estándar de una amante ideal, cada quien tiene su ideal. A mí en principio me agrada que tengan gustos afines a los míos, obvio que si le gusta ir al cine o ir a conciertos no lo podemos hacer juntos, pero si podemos hablar de los mismos temas. Me interesa que tengan cierto nivel de cultura que por lo menos me permita disertar con ellas o que me oigan y sepan de qué hablo. Segundo, que exista un entendimiento en lo sexual; que ella, como yo, se sienta satisfecha, completa, plena, para que realmente sea una relación de gozo. Obvio es que tiene que haber la posibilidad económica de ese espacio de cuatro paredes, que a veces es muy caro, y que si es muy frecuente, es todo un gasto.

 

El tener un departamento es incursionar en la vida de la segunda pareja y eso rompe con todo, porque ya es una obligación. Siento que para que la pareja tenga una relación de amantes exclusivamente debe frecuentar hoteles, porque entonces no hay una obligatoriedad, se va cuando se puede, se tiene y se quiere.

 

De alguna manera tienes que tener una rutina diaria, en la que tienes que darte el espacio para la otra persona, que ese tiempo sea una entrega total, absoluta, exclusiva. Para eso tienes que mentir en tu casa, aduciendo que son horas de trabajo u horas que pasas fuera de manera regular, realizando actividades que, con otro nombre, obvio, marcas en tu agenda, para que al momento no tengas que estar inventando pretextos que es lo que termina poniéndote nervioso.

 

En general creo que muchas mujeres sí se dan cuenta cuando su esposo tiene una aventura, lo difícil es cuando éste ya tiene una amante fija, porque ella puede sentirse con derecho de reclamar un patrimonio u otros derechos. Ahora, los flirteos ocasionales, que se presentan muy cotidianamente, incluso en la misma familia o con las amistades o las comadres, generan muchas veces sospechas en la esposa, y aunque no tenga la seguridad, reclama y surgen los problemas. En más de 25 años de matrimonio varias veces he estado a punto del divorcio por esa razón, sin embargo, siempre alguno de los dos tiene más cordura y llegamos a un arreglo en el que, claro, nunca acepto que esté lesionando “el honor” de la familia, es decir, el engaño. Incluso, en este momento mi matrimonio se encuentra en un periodo de mayor estabilidad, más tranquilo, más reposado.

 

Mi esposa me ha preguntado: ¿si yo te hiciera lo mismo qué harías? De labios para fuera le digo: me largo y te dejo para siempre o te mato. Pero, ya reflexionándolo detenidamente, pienso, si yo lo hago por qué ella no puede hacerlo; si he estado con mujeres que son casadas, ella podría hacer lo mismo. Y creo que si tiene una oportunidad y lo hace con discreción, sin escándalo, sería válido, porque yo lo hago así. No tendría ningún argumento o base moral para cuestionarla. Aunque, por supuesto, no se lo digo.

 

Ha habido muchos casos en que la pareja se separa porque él se va con la otra; en mi caso no, porque no ha habido la permanencia con ninguna mujer y porque prefiero los flirteos que se dan de manera casual, que no me generan ningún conflicto más que al interior; además, mi imagen social, de respeto, sigue intacta; estoy tranquilo, vivo bien, a gusto. Me siento satisfecho.

 

Mi primer contacto con una mujer fue con una prostituta, porque así se acostumbraba en mi época de joven, y eso me marcó de por vida, de tal manera que no mantengo ninguna relación pagada; además, para estar con alguien necesito sentir, no amor, pero si una atracción. A veces, cuando te acorralan –que se dan casos— para no dejar en duda tu hombría, lo haces, pero al terminar el acto lo que quieres es retirarte, dejar de lado a esa mujer; en cambio, cuando te gusta, disfrutas después de hacer el amor de un momento de relax, de paz, de abrazos que te comunican sin palabras, lo que hace la relación menos carnal. Y eso hace que esa relación de amantes funcione.

 

No creo que haya edades ideales para las amantes. Para mí lo mejor es que tengan experiencia. De nada me sirve tener contacto con una chica súperbella si en la cama es un tronco, obvio es que no me satisface. En cambio, con una mujer que tiene experiencia, que sabe cómo complacerme, no importa la edad, puede tener 15, 30 ó 50 años. Siempre y cuando me guste algo de ella.

Continúa…

* El presente artículo lo publicamos también en la edición impresa de El Heraldo de Chiapas en dos partes, 1 y 2 de marzo del 2005.

 

Corazones Gitanos (cuarta parte)

Parte 4 de 6

Enlace a la tercera parte

Texto: Leticia Bárcenas y Gabriela G. Barrios

La prefiero compartida

antes de vaciar mi vida

no es perfecta más se acerca

a lo que yo simplemente soñé.

“El breve espacio”/ Pablo Milanés Julia. 27 años.

 Historia de amor no.4

Soltera. Mantiene una relación desde hace 2 años con un hombre casado.

La mano por Luis Villatoro

Soy una mujer muy apasionada, que ama intensamente, por eso el amor ha sido el motor de mi vida. Creo que el amor es libre, es pleno, se da de diferentes formas y etapas, por eso cada quien tiene su particular forma de amar. A mí el amor me ha hecho mejor persona, porque cuando amo hago todo lo posible por ser mejor.

 

Frecuentemente he vivido enamoramientos pasajeros, pero cuando en realidad amo, me aferro a esa persona y se convierte en mi mundo, giro alrededor de él; y eso ha provocado muchas veces que me lastimen. Aunque ahora estoy tratando de que este amor que estoy sintiendo no sea tan arrebatador, de conservar mi individualidad y no perderme en esa ola de romanticismo, de sueños e ilusiones. Estoy tratando de vivir un amor más real.

 

Las mujeres estamos educadas para ser tiernas, amorosas, para vivir en función del otro. A veces hasta tendemos a ser como las mamás de ellos. Nos enseñan a ser amorosas pero no a amarnos a nosotras mismas, a experimentar con nuestro cuerpo, a tocarnos, hay muchos tabúes al respecto. Te dicen: está bien que ames a tu pareja pero no se lo demuestres entregándole tu cuerpo o tocándolo, viéndolo. Eso hace que sea tan difícil poder expresarte sexualmente con tu pareja, más si es extramarital, porque sientes culpas. Recuerdas que te enseñaron que debes amar a alguien que sea soltero y, de preferencia, con todas las virtudes de papá.

 

Mi pareja tiene un compromiso con otra persona, y aunque tengo la certeza de que es eso, un compromiso, me ha provocado culpas que, claro, he ido erradicando con el tiempo; pero es muy difícil porque a la cama te llevas a todos: a tu mamá, a tu papá, hasta a tus amigos, que no dejan de opinar, de juzgarte. Si una mujer decide ser libre con su cuerpo, practicar libremente su sexualidad, es rechazada, señalada, incluso por nosotras mismas, aun cuando sea con y por amor.

 

Como no puedo expresar mi amor espontánea y libremente, lo hago a través de la escritura. No me canso de escribirle, aunque también tengo otros detalles que tienen que ser demasiado disimulados, demasiado sutiles para no agredir, no comprometerlo. Soy muy expresiva y me cuesta mucho ocultar mis sentimientos, frente a él mi mirada cambia, siento todo diferente. Algunas veces le digo que me gusta como se ve ese día, lo escucho y, si puedo, le robo un beso o el simple roce de sus manos en las mías. Con una mirada o con una sonrisa le digo te quiero, pero no es suficiente.

 

No es cierto que la esposa lleve la peor parte, porque si bien es cierto que ella tiene obligaciones, también puede salir con él sin tener que estarse cuidando y puede manifestarle su amor en cualquier momento y lugar. En cambio para las que estamos de este lado, no es fácil tener que esperar el tiempo que él pueda estar contigo, tener que esperar a estar solos para decirle te quiero, para tomarle la mano o abrazarlo y besarlo. A veces le quieres decir quiero estar contigo hoy y sabes que no puede ser, entonces experimentas mucha soledad. Muchos y muchas piensan que se es la otra por comodidad, porque no quieres responsabilidades, ni hijos, ni lavar y planchar su ropa y todo lo que tiene que ver con la casa; o porque, creen, sólo vives para el placer o porque quieres sacarle dinero, regalos, un coche, qué sé yo. Lo que no saben es que tú darías todo por amanecer junto a él aunque toda la noche no te haya dejado dormir con sus ronquidos, o prepararle el desayuno aunque la cocina no sea tu fuerte.

 

Cuando en verdad te enamoras de esa persona y, por lógica, no te puede corresponder de la misma manera, piensas, bueno, no me importa que conmigo esté sólo unos minutos, con eso basta; pero es un autoengaño porque en realidad quisieras estar todo el tiempo con él o simplemente compartir cosas cotidianas como lo que viste en el súper. De repente, en la noche, dices cómo no está aquí para comentarle esto que me pasó en mi trabajo o la sensación que me produjo tal canción, no, tienes que esperar hasta que puedas verlo y ya cuando lo ves, esa emoción o esa idea ya perdió intensidad o lo olvidas. De verdad, es muy difícil, sientes una gran tristeza y te dan celos sólo de imaginar que con ella comparte hasta la pasta de dientes. A veces tratas de olvidar que hay otra persona porque es muy doloroso.

 

No creo que la magia se rompería si viviéramos juntos, estoy consciente que él, al igual que yo, tiene defectos, tiene problemas, sin embargo, creo que cambiarían las cosas, pero no para mal. Si yo estoy en esta posición es porque lo amo y no lo conocí libre; claro, si yo tuviera la oportunidad de vivir con él, lo haría, pero no se puede; entonces acepto que esta es la única forma que tengo de amarlo, pero prefiero haber vivido esto con él a no haberlo conocido. El amor es así, no lo puedes evitar.

 

No me di cuenta en qué momento empezó a ser parte importante de mi vida, tan importante que ahora mi vida no la puedo concebir sin él, pero yo estaré ahí hasta que el tiempo lo diga. Mientras, trato de vivir este amor y de sentirlo y de demostrarlo como pueda o como se me ‘permita’ hacerlo y sin jurar amor eterno, sin decir lo quiero para mí, porque no somos propiedad de nadie. He aprendido, gracias a esto que el amor lo puedes encontrar en cualquier parte y persona.”

Continúa…

* El presente artículo lo publicamos también en la edición impresa de El Heraldo de Chiapas en dos partes, 1 y 2 de marzo del 2005.

Corazones Gitanos (tercera parte)

Parte 3 de 6

Enlace a la segunda parte

Texto: Leticia Bárcenas y Gabriela G. Barrios

No te prometo amor eterno porque no puedo,

soy tripulante de una nube y aventurero,

un cazador de mariposas cuando te veo

y resumido en tres palabras: cuanto te quiero.

“Desde que llegaste”/Reyli Barba

 Historia de amor no.3

Cristóbal. 33 años. Homosexual. Vive en unión libre con su compañero desde hace dos años.

“El amor es el motor de la vida, es lo que te impulsa para seguir adelante, que te entusiasma, que te hace sentir único.

 

Ilustración de Luis Villatoro

Hace dos años, la empresa donde trabajo me ofreció una plaza en Guadalajara, eso implicaba un mejor puesto y un mejor salario, pero estaba enamorado. Le propuse a Álvaro que nos fuéramos juntos. Él me dijo que aceptaba vivir conmigo pero aquí, en Chiapas, él no quería dejar su trabajo y a su familia que, por supuesto, es mucho más tolerante que la mía. Desde entonces estamos juntos y no me arrepiento, ha valido la pena. Aunque a veces me gustaría que viviéramos en otro lugar.

 

En la intimidad de nuestro hogar encontramos el mundo ideal en el que manifestamos nuestro amor sin límites ni prejuicios, cosa que no podemos hacer en la calle, no podemos ir tomados de la mano, darnos un pequeño beso en cualquier café y mucho menos pensar en la posibilidad de unirnos ante las leyes. Hemos sido víctimas de menosprecios y burlas, al igual que otros amigos comunes, pero dentro de ese ambiente tan hostil que muchas veces encontramos, estamos conformes de habernos asumido. Sería peor, creo yo, fingir algo que no soy como muchos hombres lo hacen.

 

Soy romántico con mi pareja, cuido los detalles, respeto su espacio y sus ideas, lo impulso en sus proyectos, le doy mi punto de vista aunque no esté de acuerdo siempre con él. Estoy enamorado pero he sido infiel, sobre todo por vanidad, pues cuando logro conquistar a otra persona aumenta mi ego. Lo que cambiaría de mi relación es la inseguridad que a veces existe entre nosotros.”

Continúa…

* El presente artículo lo publicamos también en la edición impresa de El Heraldo de Chiapas en dos partes, 1 y 2 de marzo del 2005.

Corazones Gitanos (segunda parte)

Parte 2 de 6

Enlace a la primera parte

Texto: Leticia Bárcenas y Gabriela G. Barrios

Será que al dejarte sola,

cuando me encuentro ausente

tienes un amigo que ocupa tu vida,

que ocupa tu mente…

“Rumores” / Joan Sebastian

Historia de amor no.2

Emma. 42 años. Casada desde hace 16 años. Madre de 3 niñas.

Luna mujer por Luis Villatoro.

“El amor es un sentimiento que te llena de vida, te ilusiona, te hace ser creativa. Me he enamorado dos veces, una fue el lado romántico de la adolescencia y la otra ya el amor maduro, real.

 

Tengo esposo, pero también he soñado con tener un amante. Llevo 16 años de casada y aunque amo a mi esposo, y sé que de alguna manera él también a mí, a veces siento que la magia se termina. No es que ya no quiera estar con él, no, es más bien que a veces falta algo más en mi vida, sentir el calor de otros brazos y despertar una verdadera pasión, como esas que encuentras en la literatura, que me haga sentir única y creer que aún puedo ser atractiva para alguien más. No estoy buscando sólo sexo con otra persona, estoy buscando algo que me llene de calor, de ilusión, creo que todas hemos soñado eso en algún momento. Y también, como los hombres, vamos en la calle y vemos un tipo que está bien, volteamos y pensamos: ¡guau, qué cuero!, me gustaría estar en la cama con él, a ver qué hace. O lo piensas de alguien que está cerca de ti, en el trabajo, en la escuela, con tus vecinos y de repente fantaseas, dices: ¡órale! Pero todo queda en eso, en fantasía.

 

Hubo por ahí una ilusión, pensé que había encontrado a alguien más pero en realidad no. Tal vez tuvo que ver la diferencia de edades, él es más joven que yo; quizá tuvo miedo, tal vez pensó que para qué se metía en broncas y de alguna manera lo entiendo, aunque en ese entonces me dolió. Me dolió que pusiera punto final a algo que todavía no empezaba. Ahora pienso que tuvo razón, para qué nos metíamos en broncas, finalmente tengo una pareja, mis hijas, un hogar y pues él tiene su libertad y su juventud.

 

En mi proyecto de vida no estaba contemplado vivir con alguien, sin embargo, cuando me enamoré de mi esposo dije “quiero todo con este chavo”; y todo significaba que quería su cuerpo, pero también ser parte de su vida. Quería vivir con él aunque para ello tuviera que dejar de lado mis deseos de irme a estudiar fuera del país, de conocer otros lugares, en fin, muchas cosas.

 

Al principio de la relación yo era hiperdetallista, le regalaba cosas, le escribía, le mandaba mensajes. Poco a poco fuimos perdiendo eso. Hemos tenido situaciones de crisis muy duras en la pareja y en esos momentos no hay detalle que valga, todo es negativo. Cuando superas esas crisis te acercas otra vez a tu pareja y tratas de complacerla; en mi caso trato de estar al día en los temas que a él le interesan para que podamos hablar y, aunque algunos no me gustan, por lo menos lo escucho. Me gusta hacer juegos eróticos. Trato de que nuestra relación sexual sea buena, que se sienta complacido. Le demuestro que lo quiero, y cuando estoy fastidiada, también.

 

Sí, quiero envejecer a su lado, pero él, que es más realista, me dice que no lo piense o lo idealice porque puede pasar o no. Tiene razón porque igual puedes encontrar a una tercera persona, de este lado o del otro y ahí se acaba, entonces es mejor no idealizar. No creo en el amor a primera vista, creo que el amor se construye, se va dando con la cotidianidad, la relación, la convivencia diaria.”

Continúa…

* El presente artículo lo publicamos también en la edición impresa de El Heraldo de Chiapas en dos partes, 1 y 2 de marzo del 2005.