Es maravilloso que disfrutes tu trabajo y que vivas de eso: Max Aguilera

 

Leticia Bárcenas González / Gabriela G. Barrios García

¿Cómo nace una pasión? ¿Cómo se empieza a vivir con ella? ¿Se puede vivir de esa esa pasión? Preguntas difìciles de contestar para la mayoría de nosotros, que quizá nos vemos obligados a guardar nuestros sueños en un cajón, para sobrevivir en el tiempo y espacio que nos ha tocado habitar, pero sencillas para aquellas personas que poco a poco, lentamente, han logrado no sólo cumplir sus anhelos sino dedicarse profesionalmente a eso que les apasiona, como es el caso de Max Aguilera, uno de los más destacados intérpretes de Juan Gabriel en Chiapas.

Te quiero tanto, tanto, tanto, que te doy tu libertad…

Max Aguilera nos abrió las puertas de su hogar para hablarnos de su admiración y dedicación a uno de los artistas que más imitadores e intérpretes ha tenido a lo largo de su historia profesional: A Juan Gabriel lo admiro mucho y me identifico con él porque realmente es un artista que tiene mucho que dar, que ha dado tanto a nuestro país, que ha compuesto tantas canciones, ¿quién no se sabe una canción de Juan Gabriel?

Es un artista que sabe llegar al corazón de la gente, creo que por eso lo quieren tanto. Aparte el respeto que proyecta. Además de identificarme mucho con él, la voz que tengo es un privilegio que la vida me dio, aunque no lo sabía realmente.

En la primaria Max sobresalía en puntuación y conocimiento, en dibujos, en la elaboración de periódicos murales, le gustaba participar en bailables, hacer títeres, tenía siempre la creatividad para hacer cosas artísticas. Sin embargo, es licenciado en Administración de EmpresasTurísticas. Ante eso, nos salta una duda:

Si desde niño estabas en esto, ¿por qué elegiste Administración de Empresas Turísticas  y no algo más afín al arte?
Estudié Administración porque en mi época de estudiante, en mi pueblo no había escuelas para estudiar música; así que me adapté a las posibilidades que había pues mi mamá era la única que me apoyaba, ella vendía en el mercado.

Mi mamá ya falleció. Fue una persona muy humilde, tenía un puestecito en el mercado y me apoyó en lo que pudo. Cuando vine para Tuxtla tenía como 26 años, en ese tiempo mi mamá con lo único que me pudo apoyar fue con una cajita de totopos con camarón y queso, me dijo: “Mi´jito es lo único en lo que puedo apoyarte porque no tengo más”. Ay mamá –le dije- no te preocupes, ¡yo con eso tengo!
Aquí empecé de cero, rentaba un cuartito por la 5ª Oriente y gracias a Dios la gente empezó a fijarse mucho en cómo cantaba. Y en ese tiempo no pensaba en dedicarme a esto para nada.

¿Tu mamá te vió como intérprete de Juan Gabriel?
Claro que sí, tuve la fortuna de que me viera mi madre. Fue la persona más orgullosa.

Poco a poquito me fui enamorando, no pude evitarlo…

¿Cuando viniste a Tuxtla, ya tenías la idea de trabajar en administración o ya venías a cantar?
No, yo vine aquí a terminar mi carrera y a sentarme en una oficina a ejercer mi profesión, ese era mi objetivo. Pero lo artista uno ya lo trae.

¿Qué fue lo que te motivó a dedicarte al espectáculo en vez de tu carrera?
Traía lo artista desde niño, pero aquí fue el parteaguas para darlo a conocer, entonces dije yo de aquí soy (risas). Parece mentira pero me empezó a ir muy bien gracias a Dios, me sorprendí mucho.

¿Cómo fue la primera vez que te diste a conocer como intérprete de Juan Gabriel?
Ya me gustaba mucho cantar su música, pero aquí me di a conocer precisamente en los festivales que hacían en la universidad. Muestras, cumpleaños de los maestros, todo ese tipo de cosas y no sé cómo llegó a los oídos de todo el alumnado, pero decían: Allá hay un chico que canta muy bonito.

¿Cantabas otras canciones o sólo de Juan Gabriel?
No, siempre Juan Gabriel. En la Universidad había alguno que otro de mi pueblo, de Tonalá, y todo por allí que ya me habían escuchado cantar. En una de esas el maestro me dijo: Tienes que cantar, me han dicho que cantas muy bonito. ¡Y yo con los nervios! No me hagan esto decía yo (risas), es que no es lo mismo, vengo de mi pueblo y aquí me da no sé qué.

¿Y allá ya cantabas?
Cantaba en la prepa, en cumpleaños, pero no me dedicaba a eso; no era mi profesión, era como hobby. No es lo mismo estar en en un pueblito, a venir a una capital, aquí vienes así, con nervios.

¿Cómo fue esa primera vez que te enfrentaste al público ya fuera de la escuela, qué sentiste?
La verdad no sentí nervios porque estaba muy seguro de lo que quería hacer y la primera oportunidad me la dieron en el Hotel María Eugenia, en el Bar El Nucú. Yo tenía 28 años.

Cuando vine a audicionar el gerente inmediatamente me contrató, dijo: Este chico canta precioso, estás contratado, presentante a trabajar desde mañana.

El tipo de público que asistía al Bar El Nucú era más de turistas, venían de Veracruz, de Guadalajara; de Tuxtla era muy poca la gente que me veía en el bar. Pero ustedes saben que un buen trabajo repercute y decían: Allí hay un chico que canta muy padre, y empezaron a darme tarjetas para ir a conocer los bares y restaurantes. A partir de entonces, esto se hizo una bola de nieve y ya no lo pude controlar.

Te amo, te respeto, te agradezco tanto amor…Yo quiero ser igual que tú…

Max Aguilera / Foto: Desmesuradas

Regresando un poquito a tu niñez, según supimos que desde pequeño te llamaba la atención el canto, cuéntanos alguna anécdota de esa etapa de tu vida.
Siempre me llamó la atención Juan Gabriel. En ese tiempo, me acuerdo que los únicos concursos de canto eran los de fonomímica, en los que imitabas a tu artista favorito, yo no cantaba sólo movía la boca. La gente que miraba que lo hacía bien, me prestaba un saco, un pantalón, unos zapatos, para armar el vestuario más o menos de Juan Gabriel y allí empecé a concursar.

Lo curioso era que los chavos que organizaban esos eventos, lo hacían nada más por desmadre y cuando había ensayo el primero que llegaba –hasta una hora antes- era yo, y allí estaba, sentado en el sol; a veces ni llegaban y no me importaba. Me preguntaban porqué sacrificaba tantas cosas, les respondía: Es que yo quiero estar bien, quiero que ustedes me enseñen.

Cantaba yo en el baño y tenía unos vecinos que decían: ¡Callen a esa chinaca! ¡Ya cállenla por favor, ya me tiene hasta acá! (Risas). En el baño empecé a cantar, era el único lugar en que me podía explayar porque en la casa o en la calle me daba pena y la gente se quedaba de a seis cuando yo cantaba. Eso es un dato curioso que tengo de mi niñez.

Desde allí se me fue abriendo la voz. De niño también componía canciones porque esa es otra de las cosas que hago, ese es un  talento que traigo desde pequeño. Hasta ahora lo estoy dando a conocer porque ya grabé mis canciones. ¡Uno no sabe hasta dónde puede llegar! Me han hablado para que otra gente me grabe a mí.

Tú estás siempre en mi mente…

¿Tú compones la letra y también la música o sólo la letra?
Las dos cosas.

¿Eres empírico en las dos?
Sí, empírico en las dos cosas.

¿Cuánto tiempo le dedicas a tu música?
En un principio componía canciones así nada más pero me he dado cuenta que no es tan fácil, me lleva tiempo, días. Ahorita, por ejemplo, una chica me pidió canciones para grabar en su nuevo disco con el que se va a proyectar, se llama Gabriela Mijangos.

¿Qué tipo de música te gusta componer?
Me identifico mucho con la música regional mexicana, José Alfredo Jiménez, Juan Gabriel, Armando Manzanero, con ese tipo de composiciones y al igual que ellos  trato de utilizar palabras comunes para que cualquier gente lo entienda.

Ahora hablemos de tu nombre, ¿por qué Max Aguilera?
Mi nombre real es Marciano Chiña Marín, mis apellidos porque mis padres son del Itsmo de Tehuantepec y el Aguilera es como un homenaje a Juan Gabriel. Como mi nombre no está tan bonito no me puedo poner Marciano Aguilera.

Cuando vivía en México a mis compañeros no les gustaba decirme así, entonces me decían Max y de ahí comencé a usar Max todo el tiempo. En Tuxtla, una chica que trabajaba en El Nucú me decía: Max está muy corto, no suena bien, ponte un apellido y qué mejor apellido que el de Juan Gabriel, que es mi ídolo, y creo que el nombre ha funcionado.

¿Quién ha sido la persona que más ha influido en tu carrera?
Definitivamente Juan Gabriel, es un ejemplo a seguir no solamente como artista, sino como ser humano también. Él sabe quiénes son sus imitadores. A través de un chat me platicó que le gusta que lo imiten pero una de las cosas que no le gustan es que lo ridiculicen. Yo me sentí un poquito mal cuando me empezó a preguntar cosas por el estilo, hasta que me dijo: ¿Tú cantas o nada más haces payasadas como los demás? Porque es una de las cosas que a mí no me gustan. Yo respeto mucho el trabajo de todos ¿pero tú realmente cantas con tu voz o nada más haces playback y haces payasadas como los otros imitadores que tratan de ridiculizar mi trabajo? Le dije que sí cantó y me pidió pruebas. Ya le mandé videos y canciones de las que yo he compuesto y ¡cuaz! se quedó de a seis, eso es de las cosas muy bonitas que me han pasado.

¿Cuando platicaste con Juan Gabriel no viste la posibilidad de que se conocieran en persona?
No, todavía no ha surgido ese privilegio pero claro que yo siempre le digo que se dé la oportunidad y me ha dicho que sí, que con mucho gusto.

¿Cuando ha venido a Chiapas has intentado ir a verlo?
He intentado pero por cuestiones de trabajo no he podido, esa es de las cosas que no he sacrificado quizá por tonto. Él es un señor que su amistad se la brinda a todo mundo, pero por lo mismo de su trabajo se complica un poco.

¿Qué le dirías si lo tuvieras en frente, si lo conocieras en persona?
Lo he visto en conciertos. Si lo tuviera en persona le manifestaría toda mi admiración, le agradecería  tantas cosas bonitas que yo he logrado gracias al artista que es y que se diera la oportunidad de hacer algo juntos, no sé a lo mejor de coro, de lo que sea, pero eso es lo que yo quisiera manifestarle: toda mi admiración pero sobretodo unir nuestros talentos y que se dé cuenta que también aquí en Chiapas hay artistas de primer nivel.

Abrázame que el tiempo pasa y él nunca perdona…

Max Aguilera / Foto: Desmesuradas

¿Cuál es tu canción favorita de Juan Gabriel?
¡Muchas!, pero con una de las que más me identifico es “Abrázame muy fuerte”. Disfruto muchísimo cantarla, no lo puedo evitar, me conmueve mucho.

¿Cuánto tiempo te lleva preparar y adaptar una interpretación?
Como es mi ídolo no me cuesta mucho, incluso no ensayo. Antes sí ensayaba, en la actualidad no. Lo que sí practico mucho son las canciones, haz de cuenta que las escucho dos, tres, cuatro veces y se me quedan muy pronto, tiene mucho que ver que te guste el artista.

Juan Gabriel no es el único artista que admiro, también a los grandes compositores como José Alfredo Jiménez –mis respetos para él-, José Luis Perales. Su forma de componer tan perfecta de los grandes es mi escuela, son con los que trato de estar.

Aparte de tu show y tu carisma en el escenario, tu vestuario es algo que llama la atención. ¿Tú lo diseñas o tienes algún asistente?
Yo lo diseño. Me gusta agradar a la gente, que se lleven un buen sabor de boca de mi trabajo. Veo los vestuarios de Juan Gabriel, veo cómo se proyecta. Lo que me queda trato de acomodarlo a mi medida, a mi cuerpecito, que se me vea bonito.
Imito muchas cosas de él pero más que un imitador me considero un buen intérprete de Juan Gabriel, entonces la mayoría de ropa que yo tengo es de mi creatividad.

¿Y los zapatos?
(Risas) Los zapatos los mando a hacer porque soy de estatura bajita y trato que se vean lo más parejo que se pueda. Cuido todos los detalles, un anillito, una cosita aquí (señala su cuello) que combine. Todo que se vea impecable, la gente disfruta mucho eso.

Yo seguiré tratando ser mejor… y sonriendo haré las cosas con amor

¿Si no te dedicaras a esto a qué te dedicarías?
¡A mi profesión! Estudié Licenciatura en Turismo y me dedicaría a eso. Me gustan las ventas también. Antes de estudiar Turismo o cantar, enseñaba vals, hacía piñatas, vendía libros, siempre fui creativo en ese aspecto.

¿Te consideras un triunfador?
Por el hecho de haber nacido, de tener trabajo, de tener salud, de estar bien, sí, yo creo que es un triunfo.

¿Cuál consideras que ha sido la clave de tu éxito?
Mi disciplina. Porque en este ambiente conoces de todo, no me espanto por nada pero me han ofrecido muchas cosas para que me descarrile y no. De repente, cuando tengo tiempo me echo mis copillas porque es normal pero hasta cierto límite, primero mi trabajo. Sí tengo una disciplina en esto.

¿Entonces no tomas en tu trabajo?
No, para nada, porque aparte, cuido mucho mi voz. El cigarro y el descuidarse con el alcohol es matarte. Además, una de las cosas que trato de cuidar mucho es esa parte de que soy figura pública, no puedo darme ese lujo. Me invitan, sí, pero no lo puedo hacer porque se te pasan las copas y ya no sabes qué onda.

¿Cuál ha sido lo más difícil a lo que te has enfrentado en tu carrera?
Considero que para todos los artistas que nos dedicamos a esto, todos los días es una oportunidad pero también hay obstáculos. Sin embargo, así, una dificultad grande que haya tenido, considero que no. Se me ha dado de una manera muy fácil. Quizá ha sido cuando no encajo en algún proyecto, por ejemplo, he hecho casting para muchos concursos de televisión pero a lo mejor no cubro el perfil o no es mi oportunidad o no ha sido el momento, pero no me desagüito por ese lado. Como dice Juan Gabriel, el que es artista no necesita salir en televisión, sí nos ayuda mucho, pero gracias a Dios, tengo un trabajo y me va bien.

Cuando fui a (la Ciudad de) México a un casting para imitadores, ahí sí tuve la fortuna de quedar y ganar el primer lugar, era un concurso de aficionados que se llamaba “Vida TV” con Galilea Montijo; en dos ocasiones fui, la primera no gané pero la segunda sí, en ese tiempo creo que estaba en la universidad.

¿En qué lugares te presentas?
Como la música de Juan Gabriel abarca todos los géneros, tengo la fortuna de trabajar en todo tipo de lugares. He trabajado en bares, restaurantes, clubes, me llaman para presentarme en Ferias, masivos, ya estuve en el estadio Zoque. Es una de mis satisfacciones, que uno de los organizadores se fijó en mi trabajo, me contactó y me dió la oportunidad.

Creo que él me escuchó en una de mis presentaciones. Por eso cuido todos los detalles porque sé que de ahí va a ver gente a la que le va a interesar mi trabajo. Nada hago al “ahí se va”, por ejemplo si voy a un cumpleaños,  investigo que canciones le gustan al cumpleañero y trato de complacerlo. He montado hasta un show con mariachi con el maestro que dirige mis arreglos.

Que seas muy feliz, que seas muy feliz, mientras que yo te sigo amando…

¿Qué sigue?
Hace tiempo había grabado unos discos –no tan profesionales- para que la gente conociera mi trabajo. Ahora, en el último disco le invertí más porque es un disco con mayor calidad, los arreglos son de un maestro que trabaja en la Orquesta Sinfónica “Esperanza Azteca”, él conoció mi trabajo, le gustó mucho y me propuso grabar. Me llevó medio año para hacer ese disco porque sí es un trabajal pero se pudo gracias a Dios y me fue muy bien, yo solito vendí los discos.

Tengo un nuevo proyecto, la idea es que se haga en formato CD y DVD porque ahorita sólo tengo CD. Quiero hacer el video de mis canciones más los videos que tengo de Juan Gabriel para que se puedan vender, es una sorpresa que les estoy reservando a mis fans; además, estoy trabajando con la chica que les mencioné. Mi próximo material, que incluye mis canciones lo quiero dar a conocer 2016.

¿Algo que quisieras que conociera tu público?
Que estén pendientes de las cosas que estoy por realizar, la verdad estoy muy sorprendido por tantas cosas que Dios me ha dado, porque nos las planeé y sobre todo por las cuestiones profesionales que se me han dado.

De mis composiciones, por ejemplo, digo: Ay, Dios mío, ¿será que van a gustar o son una locura nada más?, pero me sorprende hasta dónde ha llegado mi trabajo. Es maravilloso que disfrutes tu trabajo y que vivas de eso.

 

Max Aguilera / Foto: Desmesuradas
Max Aguilera / Foto: Desmesuradas

 

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SILUETA

Lugar de nacimiento: Estoy registrado en Arriaga, pero mi madre me contó que me tuvo en Villaflores. Lo que pasa que mis papás se dedicaban en ese tiempo a la venta de medicinas de casa en casa en los pueblitos. Mi mamá tuvo 12 hijos. Yo soy el penúltimo. Me tuvo en Villaflores, me registró en Arriaga y luego por problemas con mi papá nos llevó un tiempo a San Blas, de donde es originaria y allí crecimos un rato nada más y nos regresamos a Arriaga.

Edad: 41 años.

Número de hermanos: Somos 12 hermanos.

Estado civil: Hasta ahorita soltero.

Hijos: Es una de las cosas que quiero llevar acabo, quisiera ser papá.

Pasatiempos: Cantar (risas), me gusta mucho bailar, todo lo que es artístico, escuchar música, componer de repente canciones y divertirme con mis amigos, salir de paseo.

Música que prefieres:  La música regional mexicana, lo que es mariachi, banda, balada y género pop, me encanta.

Comida predilecta: El caldo de res.

Película favorita: Casi no veo películas, pero me gustan mucho las películas de conciertos o las que hablan de la vida de los artistas.

Ritual: Agradecerle a Dios todo, cada día, desde que amanezco. Siempre le agradezco a Dios por cada oportunidad de vivir y cada quevengo del trabajo y estoy en mi casa, sano y salvo en mi cama, digo: Ay, bendito Dios, gracias por darme tantas cosas. Soy muy agradecido con Dios.

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EN CORTO

Música: Mi pasión

Show: Lo disfruto mucho

Balada: Uno de los géneros que me gusta mucho

Público: Lo máximo

Voz: Un privilegio

Artista: Juan Gabriel

Luces: Show

Intermedio: Un relax

Max Aguilera: Admiración

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Entrevista publicada en el diario Heraldo de Chiapas, 27 de agosto 2015.

Semántica

Quiero que seamos breves en la palabra

que nos amemos en silencio

que lo imprescindible nos lo digamos al oído.

 

Quiero pegar mi piel a la tuya

quiero sangrar tus lóbulos con mis dientes

bajar y rendirme en parte sacra.

 

En este rincón y en este momento

quiero que repongamos el tiempo perdido

que selles mis labios con los tuyos

que fluya mi sangre en ese cáliz

que hablen nuestros cuerpos y se reclamen.

 

Quiero hacer poesía con mi tacto

desvestirme todo en tu interior.

 

Quiero lo que tú bien quieres

 

Quiero soñar contigo en este instante

saciarme del placer que me has negado.

 

Quiero amarte sin palabras

usar ese lenguaje, vehículo epidérmico.

Foto: Benoit Courti
Foto: Benoit Courti

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Semántica / Alfredo Palacios Espinosa (La Concordia, Chiapas, México. 1948)

Poemario: Desasosiego

Y

Foto: Jyrki Parantainen
Foto: Jyrki Parantainen

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

¿Y de mi amor qué?
Lo entierro
lo estrangulo
o lo echo al olvido.

¿Quieres que sepa de tu decisión?
Que te vas
que lo olvidas
que ya no quieres saber nada.

Dime ¿qué deseas que le diga?
Tu egoísmo
tu sentencia
la soledad en que lo condenas.

Y, ¿qué quieres que haga?
que camine
que llore
que guarde silencio hasta la  muerte.

Tirana insensible de quien te quiere.

Te llevo en mí
parte de cada célula
infinita
temporal.

Estoy cocido a ti.
Y / Alfredo Palacios Espinosa (La Concordia, Chiapas, México. 1948)

Poemario: Desasosiego.

Cuando éramos niños

Cuando éramos niños
los viejos tenían como treinta
un charco era un océano
la muerte lisa y llana
no existía

luego cuando muchachos
los viejos eran gente de cuarenta
un estanque era un océano
la muerte solamente
una palabra

ya cuando nos casamos
los ancianos estaban en los cincuenta
un lago era un océano
la muerte era la muerte
de los otros

ahora veteranos
ya le dimos alcance a la verdad
el océano es por fin el océano
pero la muerte empieza a ser
la nuestra

Foto: Gyula Halasz Brassai
Foto: Gyula Halasz Brassai

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Cuando éramos niños / Mario Benedetti (Uruguay. 1920-2009)

 

 

 

Danza

Los juncos se movían,
las ramas de los álamos,
la hojarasca,
el agua en el estanque,
las agujas del pino.

Y más acá
la sangre de los hombres
se mecía también,
poseída
de tanto movimiento.

Y más, y aún más acá,
ya en el centro del alma,
temblaban las palabras,
al golpear los labios,
para nombrar, sin más,
los juncos del arroyo,
el rumor de los pinos,
la sangre, la hojarasca.

Foto: Hannes Kilian
Foto: Hannes Kilian

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Danza / Miguel Florián (Toledo, España. 1953)

Alguna vez, de pronto…

Alguna vez, de pronto, me despierto:
Un dolor me recorre tenazmente,
un dolor que está siempre, agazapado,
por saltar, desde adentro.
Entonces tengo miedo.
Entonces, me doy cuenta que estoy sola
frente a mí, frente a Dios, frente a un espejo
lleno de mis imágenes,
de rostros polvorientos.

 

Estoy sola, pero siempre estoy sola:
Es lo único cierto.
El amor era un huésped,
la soledad es siempre el compañero
que permanece al lado, inconmovible.
Lo único seguro, verdadero.
Oigo mi corazón, vieja campana
que dobla y que golpea,
que rebota en las sienes y en la nuca
y en la boca y los dedos.
Es cierto, tengo miedo.
Miedo de no poder gritar, de pronto,
de que ya sea demasiado tarde
para un ruego.
La costumbre ahoga las palabras
y alarga el desencuentro.
Ah, tantas cosas quedarán ocultas,
perdidas, sin recuerdo,
tantas palabras que no fueron dichas,
tantos gestos.

 

Unos dirán: Yo sé, la he conocido,
fue una ardiente rebelde,
se desolló las manos y la vida
por defender los que creyó más débiles.
Otros dirán: Yo sé, la he conocido,
era dura, malévola,
avara de ternura, con la boca
mostraba su desprecio.
Alguien dirá: Y cómo sonreía…
Qué importa
lo que vendrá después del gran silencio.
Claro que tengo miedo.
Así, en la madrugada
mientras algún dolor -un dolor, siempre-
va hincando sus agujas en mi cuerpo,
abro las manos en la sombra dulce
para atrapar mi soledad, de nuevo,
y me quedo a su lado, sin moverme,
con los ojos abiertos
la vida detenida.
Toda mi sangre es un temor inmenso.

Foto: Igor Vasiliadis
Foto: Igor Vasiliadis

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Alguna vez, de pronto… / Julia Prilutzky (Poeta ucraniana nacionalizada argentina. 1912-2002)

El amor existe

El amor existe

hasta que sospechás

o descubrís lo contrario

-¡cinismo!, entonces, gritan algunos.

 

La ceguera es más fuerte

que un ejército de mentiras,

te ayuda a entrar al reino

de los que han sido amados

aunque después te deposite

en el de los despojados.

El amor es así

hojuelas de papel

con escarcha y miel

a veces un acceso de tos

un coágulo de sangre

oculto o visible

el amor existe

confundible con una hamburguesa

o una bebida de fórmula secreta

 

Me doy por vencida

el amor existe

lo sé cuando me decís

que sin mí

ya no podrías vivir.

 

El amor existe…

 

Foto: Carlo Bevilacqua
Foto: Carlo Bevilacqua

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El amor existe / Lety Elvir (San Pedro Sula, Honduras. Octubre 1966)

No es nada de tu cuerpo

No es nada de tu cuerpo
ni tu piel, ni tus ojos, ni tu vientre,
ni ese lugar secreto que los dos conocemos,
fosa de nuestra muerte, final de nuestro entierro.
No es tu boca  -tu boca
que es igual que tu sexo-,
ni la reunión exacta de tus pechos,
ni tu espalda dulcísima y suave,
ni tu ombligo en que bebo.
Ni son tus muslos duros como el día,
ni tus rodillas de marfil al fuego,
ni tus pies diminutos y sangrantes,
ni tu olor, ni tu pelo.
No es tu mirada -¿qué es una mirada?-
triste luz descarriada, paz sin dueño,
ni el álbum de tu oído, ni tus voces,
ni las ojeras que te deja el sueño.
Ni es tu lengua de víbora tampoco,
flecha de avispas en el aire ciego,
ni la humedad caliente de tu asfixia
que sostiene tu beso.
No es nada de tu cuerpo,
ni una brizna, ni un pétalo,
ni una gota, ni un grano, ni un momento.

Es sólo este lugar donde estuviste,
estos mis brazos tercos.

Foto: Greta Buysse
Foto: Greta Buysse

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

No es nada de tu cuerpo / Jaime Sabines

(Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, 25 de marzo de 1926 – Ciudad de México, 19 de marzo de 1999)

Búsqueda

Me asomo detrás de la ciudad

las ventanas y los tejados

platican entre sí

 

Duermes junto a mis caderas

 

emergiendo la claridad

 

buscas mis hombros

entrecierras los ojos

sonríes

sabes que te pertenezco

 

 

No hay amor

no hay mariposas

la ciudad

ha quedado vacía

 

Existe la figura de una mujer

Delgada y anciana

alguna vez

quizá

alta como un inmenso pétalo

de margarita

 

 

Me asomo a tus ojos

atravieso los espejos

donde tal vez

exista la ciudad

que busco

Foto: Yuri Kozyrev
Foto: Yuri Kozyrev

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Búsqueda (fragmentos) / Margarita Alegría (Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. Octubre 1965 – Mayo 2012)

Fuente: Poesía en voz alta. Antología para jóvenes. Volumen tres, tomo II. Secretaría de Educación Chiapas. 2002. Serie: Lecturas sobre la realidad chiapaneca.

Tiempo

Qué peso hemos de cargar cada vez que amamos,

esa sensación de morirse una y otra vez,

estar de pie como sonámbulo entre la gente,

doblar y desdoblar tu imagen cuando escucho mil sonidos,

cuando veo mil rostros que pasan a mi lado.

 

A qué se debe este infierno, a qué se debe esta gloria,

si aún no sé la respuesta,

ese que determina el principio y el fin,

ese que nos rige los pasos,

ese que me rige por dentro

y me es imposible luchar contra el tiempo,

que no puedo vencerlo,

que es más fuerte que yo,

es como vencerme a mí misma,

porque yo soy el tiempo,

porque cada uno es el tiempo,

porque tú eres el tiempo,

mi tiempo,

mi momento,

mi ahora,

porque yo te amo.

 

Foto: Egor Shapovalov
Foto: Egor Shapovalov

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Tiempo / Adriana Martínez Morales (Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. 1976)

Fuente: Poesía en voz alta. Antología para jóvenes. Volumen tres, tomo II. Secretaría de Educación Chiapas. 2002. Serie: Lecturas sobre la realidad chiapaneca.