León Tolstói

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Tolstói a la edad de 20 años / Fuente: www.wikipedia.org

Nació el 9 de septiembre de 1828 en Rusia

Considerado uno de los escritores más importantes de la literatura mundial

El conde Lev Nikoláievich Tolstói murió el 20 de noviembre de 1910

Fue uno de los escritores en ser entrevistados en forma frecuente, periodistas de diarios y revistas buscaban al gran maestro para obtener su opinión o análisis sobre diferentes temas de su tiempo o sobre cuestiones de su país o del mundo. A continuación extractos de dos temas:

 

 

 

Felicidad

Ante todo, es imposible la felicidad sin la luz del sol, con la ruptura de los lazos del hombre con la naturaleza. En otras palabras, la vida fuera de la ciudad, bajo el cielo abierto, al aire libre, en la aldea, es la primera condición de la felicidad terrenal. Mire, ni siquiera la poesía la imagina de otro modo y, al dibujar la arcadia feliz, celebra la vida idílica en el seno de la naturaleza, lejos de las ciudades…

¡Es imposible, estoy convencido de eso! Mire a qué está condenada esa gente: a ver, bajo la luz artificial, los objetos elaborados por el trabajo humano; a escuchar los sonidos de los coches, el estrépito de los carruajes; a comer a menudo cosas no frescas y malolientes. Nada les permite una relación directa con la tierra, las plantas, los animales. ¡Es una vida de presidiarios!

Eche un ojo a la Historia y verá que las ciudades se construyeron con fines de conquista…

Nuestra civilización, como las que hubo antes, llegará a su fin y morirá, porque no es otra cosa que la acumulación de los instintos monstruosos de la humanidad. ¿Acaso antes de nosotros no hubo civilizaciones? La egipcia, la babilónica, la asiria, la hebrea, la griega, la romana… ¿Dónde están? ¿Condujeron a la felicidad? ¡Todas sucumbieron, y lo mismo pasará con la nuestra!

Es necesario el trabajo para ser feliz, pero el trabajo libre, razonable, deseado, y sobre todo el físico, no el que atrofia el cerebro y los músculos.

Por exigencias del mundo, las personas sirven, van a las oficinas, reciben dinero a cambio… Pero ¿acaso aman su trabajo, acaso les satisface? ¡No! Se dejan vencer por el aburrimiento, hacen un trabajo que odian y puedo apostarle que no escuchará de ninguno de ellos que esté contento con su trabajo. Pero pregúntele a un mujk que ara la tierra si está contento. ¡Ah, qué contento y con qué amor mira los surcos que se tornan oscuros!

Una condición más para la felicidad es la familia. Y esto no existe aquí, donde el éxito mundano se considera erróneamente como la felicidad. ¿Acaso todos estos maridos, estas esposas, conforman una familia? Con frecuencia son uno para el otro una carga, y los hijos esperan a menudo la muerte de los padres para hacerse con la herencia. […]

Entrevista de autor desconocido extraído del libro «Conversaciones y entrevistas. Encuentros en Yásnaia Poliana»

Constitución

Una constitución no puede mejorar las cosas, no puede traernos la libertad. Todos los gobiernos se mantienen en el poder por medio de la violencia o con la amenaza de la violencia, y la violencia es contraria a la libertad. Un hombre sólo es libre cuando nadie puede forzarle a hacer aquello que cree que está mal. El camino correcto a seguir por los hombres es abstenerse de toda participación en los actos del Gobierno, negarse a servir en el ejército, negarse a aceptar cargos dependientes de la administración y hacer el bien día a día y siempre.

La agitación en pro de una constitución sólo puede conducir a falsos resultados.

Todo el movimiento en favor de una constitución es un movimiento en la dirección errónea. El pueblo no quiere una constitución y aquellos que recurren a la agitación en favor de ella no conocen al pueblo. Por mucho que profesen amar al pueblo, en realidad el pueblo no les preocupa; simplemente le desprecian. El pueblo sólo quiere una cosa, es decir, tierras.

Hace cuarenta o cincuenta años, cuando yo era joven, no había médicos entre los campesinos, y ellos se apañaban muy bien sin ellos. No, la enfermedad no es un mal; la muerte no es un mal. El mal es que los hombres actúan equivocadamente.

Entrevista por Harold Williams. Extraído de libro “Las Grandes entrevistas de la historia (1859-1992)”

Libro de Tolstoi / Foto: Lety Bárcenas
Libro de Tolstoi / Foto: Lety Bárcenas