
Y en este día glorioso, oh madre
está dicho que recibirás de tus hijos
los símbolos de amor eterno condensados en
una jarra de plástico imitando el tallado del cristal
un perfume
cien veces menos cálido que el olor a chile y cebolla de tus guisos
– Pero firmado por Coty –
unos guantes demasiado suaves para tus manos acostumbradas a la
sosa y las escobas
pañuelo de gasa que sólo te atreverías a usar
borizada
durante los primeros cinco minutos de la fiesta en tu nombre
un ramo de gladiolos que equivale al salario de dos días de tu esposo
un póster, un papel ilustración, a cinco colores, que dice “te quiero”.
Y sin embargo, en este día, oh madre,
los ojos de tus hijos brillarán de un modo especial
mientras te entregan, temblorosos y expectantes,
los regalitos envueltos en papel glasé y adornados con grandes moños
esa misma noche, madre, mientras tú abrazas y besas a tus hijos
conmovida por la tierna inutilidad de
la jarrita de plástico, los guantes, el pañuelo de gasa, los gladiolos
los dueños de la Comercial Mexicana se frotan las manos
e invitan a una copa de champaña
al contador
al gerente y al supervisor
por el éxito de ventas de cosas que
la verdad
creíamos que nunca nadie sería capaz de comprar.
XI. 10 de Mayo / Elena Jordana (Buenos Aires, Argentina. 1934)
Fuente: Poemas no mandados. Editorial Joaquín Mortiz. 1979.