Un día

Foto: Erich Hartmann

Este cielo nublado
de tempestad oculta
y lluvia presentida
me pesa;
este aire denso y quieto,
que ni siquiera mueve
la hoja leve
del jazmín florecido,
me ahoga;
esta espera
de algo que no llega
me cansa.
Quisiera estar lejos,
donde nadie
me conociera:
nueva
como la yerba fresca,
ligera,
sin el peso
de los días muertos
y libre
ir por caminos ignorados
hacia un cielo abierto.

Un día / Alaíde Foppa (Diciembre 3 de 1914, Barcelona, España – Diciembre 19 de 1980, Guatemala, Guatemala)

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Voz: Malintzin Reyes Figueroa. Nocturno no. 1 en Fa Menor Op. 55 Frederick Chopin.  Interpreta Brailowski.

 

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Foto: Leticia Bárcenas González

 

Si nada sobra, nada falta: hay comida,

tienes un lecho, ropa limpia,

cuadernos de dibujo, libros, juguetes.

Por un azar incomprensible te tocó la suerte de nacer

del otro lado de la muralla, en los márgenes.

Pero de cualquier modo no te moja la lluvia,

no sufres hambre,

cuando te enfermas hay un médico,

eres querido

y te esperaron en el mundo.

Son muchos

los privilegios que te cercan y das

por descontados.

Sería imposible

pensar que otros no los tienen.

Y un día

te sale al paso la miseria.

La observas

y no puedes creer que existan niños

sin pan sin ropa sin cuadernos sin padre.

Te vuelves y preguntas por qué hay pobres.

Descubres

que está mal hecho el mundo.

 

Jardín de niños / 11 / José Emilio Pacheco (Junio 30 de 1939. Ciudad de México, México.  –  Enero 26 de 2014. Ciudad de México, México.)

Poemario: Fin de siglo y otros poemas. Ed. FCE. 1984. Colección Lecturas Mexicanas.

Soy yo mismo

 

carla-morales-2

No pude ponerme a salvo de las palabras.

Y fui derrota, lluvia nocturna, fango.

Después del silencio,

después de ser todos los hombres,

supe que el juego había terminado.

 

9 (fragmento) / Javier España

 

Carla Morales, nació en la ciudad de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas. Con su trabajo como fotógrafa independiente pretende mostrar la pasión que tiene por inmortalizar cada uno de los instantes que vive. Ha presentado su trabajo en exposiciones individuales y colectivas.

Amanecer

Imagínate tú…

Imagínatelo tú por un momento.

 R. A.

 

La estrella aún flotaba en las aguas.

Río abajo, a la noche del mar, la llevó la corriente.

Y de pronto la mágica música errante en la sombra

se apagó, sin dolor, en el fresco silencio silvestre.

 

Imagínate tú, piensa sólo un instante,

piensa sólo un instante que el alma comienza a caerse.

(Las hojas, el canto del agua que sólo tú escuchas:

maravilloso silencio que pone en las tuyas su mano evidente.)

 

Piensa sólo un instante que has roto los diques y flotas sin tiempo en la noche,

que eres carne de sombra, recuerdo de sombra; que sombra tan sólo te envuelve.

Piensa conmigo «¡tan bello era todo, tan nuestro era todo, tan vivo era todo,

antes que todo se desvaneciese!»

 

Imagínate tú que hace siglos que has muerto.

No te preguntan las cosas, si pasas, quién eres.

Procura un instante pensar que tus brazos no pesan.

Son nada más que dos cañas, dos gotas de lluvia, dos humos calientes.

 

(¡Tan bello era todo, tan nuestro era todo, tan vivo era todo!)

Y cuando creas que todo ante ti perfecciona su muerte,

abre los ojos:

El trágico hachero saltaba los montes,

llevaba una antorcha en la mano, incendiaba los bosques  nacientes.

El río volvía a mojar las orillas que dan a tu vida.

El prodigio era tuyo y te hacías así vencedor de la muerte.

Foto: Daria Endresen
Foto: Daria Endresen

 

Amanecer / José Hierro (Madrid, España. 1922 – 2002)

La expiación

Estoy aquí detenido, en medio, sin objeto.

Puede caer el mundo sobre mi cabeza

y con el mundo los hombres y los animales.

Mas yo busco las piedras, las más profundas piedras,

busco las iglesias y las piedras de las iglesias,

las piedras de los apóstoles y de los profetas,

las piedras de las piedras.

 

Porque sólo las piedras lloran

y tienen ojos

y están tristes en mitad del camino

como yo, que soy una piedra sin límites

cansado y sin océano.

Foto: Juan Rulfo
Foto: Juan Rulfo

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La expiación (fragmento) / José Revueltas