Iluminar la vida, iluminar la muerte

Los altares u ofrendas, son parte fundamental de la celebración del Día de Muertos, fecha en que nuestros seres queridos, ya difuntos, regresan a visitarnos y compartir algunos placeres mundanos. Desde la víspera, en la mayoría de los hogares mexicanos, se preparan los altares engalanados con flor de cempasúchil, calaveritas de dulce, frutos, pan, guisos, copal y veladoras, una por cada alma.

Arturo Solís / Foto: Gabriela Barrios

Las velas y veladoras representan el fuego, el calor, la luz. “Se tiene la creencia de que la luz de una vela ilumina el camino del alma hacia el cielo. Por eso existe la tradición de poner velas, para iluminar el camino”, nos dice Arturo Solís Megchún, heredero de una rica tradición en la elaboración y venta de velas en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.

Leticia Bárcenas González / Gabriela G. Barrios García

El significado de las velas en los altares “es resultado de una mezcla de culturas. El fuego en sí, ha sido motivo, desde el inicio de la civilización, de adoración y de temor. Recordemos que era destructivo, así como protección ante depredadores y ante la oscuridad. En las culturas prehispánicas el fuego era un dios. Hay un dios del fuego azteca (Huehuetéotl), un dios del fuego maya (Kauil) pero también hay un dios del fuego griego (Hefesto). El fuego siempre ha tenido un lugar importante en las civilizaciones y el reto de las primeras culturas fue su control, el cual se logró a través de antorchas y de  lámparas.

“Cuando se le da ya un uso cotidiano al fuego, en Europa se utilizaba aceite de ballena y cuando inicia la Revolución Industrial se utiliza el petróleo o sus derivados como el keroseno o la gasolina. Y aparecen las velas de parafina. En México, con la mezcla de las culturas prehispánicas y la española, se originan los altares, la divinidad de las imágenes y la integración de los ritos prehispánicos que utilizaban el fuego. Actualmente, hay una gran diversidad de altares, en el sureste somos más mayas y en el centro del país más aztecas, son distintas las frutas que se utilizan, las comidas que se ponen pero el factor común son las velas, la luz”, explica con emoción.

Foto: Gabriela Barrios

¿En qué época venden más velas?

En esta época es cuando tenemos la mayor demanda de nuestros productos, iniciamos con la celebración de San Judas Tadeo, luego Todos Santos, después el día de la Virgen de Guadalupe. Es cuando vendemos más producto tradicional. Con las veladoras de ornato, cambian las fechas: diciembre, el 14 de febrero, la víspera del 10 de mayo.

¿Cuál es la vela que más vende en esta época de muertos?

Definitivamente el vaso limonero y el vaso cruz; son los productos más solicitados. Aparte de lo accesible, son los más prácticos. Como nuestro material es 100 por ciento parafina, al terminar la vida útil de la vela, lo que hacemos es limpiar el vaso y usarlo. Se llama limonero justamente porque es para tomar limonada (risas). Se aprovecha el cristal, es de lo más tradicional. Y el vasito cruz, si quiere uno portarse mal, es el clásico vaso mezcalero. También muchas personas lo aprovechan (risas).

Vaso limonero / Foto: cortesía del entrevistado

Inmersas en una mezcla de olores que evocan notas de vainilla, sándalo, chocolate y canela, Desmesuradas conversa con Arturo Solís hijo, sobre los orígenes del negocio que fundaron en 1981 sus padres, Rosa María Megchún Alonso y Arturo Solís Díaz, quienes aprendieron la técnica de empresas foráneas que vendían la materia prima y se convirtieron en sus proveedores.

¿Cómo iniciaron en este negocio?

Este negocio tiene dos etapas: en el año 1981, mi papá, junto con mi mamá, inician un pequeño taller familiar para la elaboración únicamente de velas y veladoras tradicionales, como llamamos a las velas conocidas como limoneros, que es un vaso de cristal con la parafina. Con el pasar de los años se consolidan como fabricantes, como productores.

En el año 2001, se decidió iniciar con este proyecto, que era prácticamente abrir un punto de venta de los productos que se elaboraban en el taller familiar. Aquí donde estamos es gracias a mi abuela, ella nos dijo pues póngalo acá, este espacio es parte de su casa. El 13 de abril iniciamos operaciones.

La misma clientela empezó a solicitar, además de las velas y veladoras tradicionales, las velas de ornato, como las velas flotantes, las velas con esencias, con determinados aromas y colores. Aquí llega un cliente y dice: oye, quiero una vela que tenga más o menos esta forma, este tamaño, que sea color verde con aroma a canela, se le elabora; ya sea para eventos sociales o simplemente para decorar la oficina o el hogar. Hemos ido innovando, metiendo nuevos productos, tenemos nuevos proyectos que estamos encaminando para que Para velas ofrezca a nuestros clientes, siempre una nueva propuesta para iluminar sus espacios.

Vaso cruz / Foto: cortesía

¿Ha aprendido el oficio?, ¿le han enseñado desde niño?

Sí. El proceso de elaboración de toda vela y toda veladora es muy básico, es derretir la parafina, verter la esencia y el colorante, colocar el pabilo y dejar solidificar. Ya en los nuevos tipos de velas o según el tipo de vela que se va a elaborar, sí se necesita que la parafina, que es el producto básico con que se elaboran, tenga ciertas características: de dureza o elasticidad, etcétera; ya es ahí lo que el cliente o lo que nosotros, conforme el producto, estamos requiriendo como materiales.

¿Qué tipos de parafinas hay?

La más conocida es la parafina china, que es el producto básico, su característica es que es blanca pero hasta cierto punto translucida. Manejamos parafina americana, de un color blanco lechoso, como de plástico, que da otra terminación a los colores que la parafina china no permite, aunque hay aditivos como la estearina, que a la parafina blanca la hace más blanca todavía. Tenemos endurecedor que se aplica en los cirios y las velas en forma de cubos, ya que son de pura parafina y con las temperaturas que tenemos en Tuxtla Gutiérrez y otros lugares de Chiapas, se deformarían, se aplastarían o derretirían, por lo que hay que poner aditivos para que resistan temperaturas de 30, 35 grados o más.

También está la cera soja, que tiene la característica de ser ecológica. Las anteriores derivan del petróleo, y la cera soja proviene de materia prima vegetal que al hacer combustión, no es tan contaminante. Y la cera de abeja, que sólo la vendemos bajo pedido porque es muy cara, ya que es la cera con que las abejas hacen sus panales. El kilo ronda los 300 o 400 pesos. No es tan fácil que alguien diga dame un kilo, dos kilos.

Foto: Gabriela Barrios

¿Y normalmente, cuánto les lleva hacer las velas?

Manejamos un rango de cinco a seis días, que implican la selección de los materiales, la producción, el embalaje y la entrega. Si un cliente viene y nos dice nos urge, si estamos en posibilidades y el cliente lo puede cubrir, se le hace. Pero si viene en la mañana y quiere su producto para la tarde, nos significa detener todo, si el cliente dice no importa lo que cueste, llegamos a un acuerdo. Algunos vienen y lo quieren de un día para otro, a veces, definitivamente, no podemos. Afortunadamente, siempre hay trabajo.

¿Tienen algún distintivo para reconocer sus productos?

¡Después de la calidad, nuestro nombre! Procuramos siempre manejar productos de alta calidad para que al momento de quemarse no tengamos quejas. Queremos clientes satisfechos, las velas que van a comprar en este establecimiento van a arder, van a iluminar, los van a dejar con una buena experiencia. Nuestro distintivo es nuestro nombre: Para Velas. Aquí encuentran todo lo que se necesita en la elaboración y producción de velas y veladoras.

¿Cuál es su vela favorita?

¡Los cirios decorados! Porque es un producto que fue idea de mi señora madre, ella  es quien lo ideó y lo echó a andar, lo formó. Es un producto exclusivo; tal vez no se le ha dado tanta difusión porque es un producto muy delicado. Nos lo han pedido pero al ponerlo en una caja y enviarlo, sabemos que no va a llegar en buenas condiciones, aunque lo hemos tratado de hacer. Tal vez, cuando ven Para Velas, no piensan en cirios decorados pero nosotros que conocemos todo lo que conlleva realizar ese cirio, lo consideramos un producto especial, es el producto que nos identifica.

Cirios decorados / Foto: Gabriela Barrios

¿Cuánto tiempo les lleva realizarlos?

Como son de un proceso prácticamente artesanal, no es tanto el tiempo pero sí es mucho el esfuerzo porque hay que adquirir habilidad; un par tal vez, se elabora en el día. Se hace una preparación especial de la parafina para que puedan hacerse esas flores. Es un producto que no van a encontrar en otro lado.

Sí lo distribuimos, lo pueden adquirir en algunos establecimientos, por ejemplo en los mercados públicos de aquí, de Tuxtla Gutiérrez, pero nosotros somos los fabricantes; como dice un eslogan, hay quienes nos imitan pero no hay nadie que nos iguale, ¿por qué?, por el detalle y por el tipo de trabajo. Encontrarán tal vez imitaciones, con unas flores digamos, diferentes.

Tenemos una variedad de estas velas, ahorita prácticamente se terminaron las de San Judas Tadeo, que tiene los colores verde y amarillo con vivos brillantes. Ya viene la temporada de nuestra señora, la Virgen de Guadalupe y se hacen con colores alusivos a la temporada;  hay en dos tamaños: grande y boutique. Nosotros estamos muy orgullosos de que este producto sea exclusivo de Para Velas, de que sea un producto que nos identifique.

Cirio boutique decorado / Foto: cortesía

¿Quiénes son sus principales clientes?

Tenemos tres clientes principales y para cada uno hay un producto especial.

Para el cliente tradicional, que viene por velas o una veladora para su altar, tenemos los cirios decorados y la cristalería blanca con parafina, 100 por ciento parafina.

Para los clientes que nos compran productos de ornato, por ejemplo, velas con aromas para la relajación, o simple ambientación, manejamos diversos aromas, chocolate es el más nuevo. También contamos con los cirios boutique, delicadamente decorados.

Y para los clientes que acuden por negocio propio o que por terapia ocupacional elaboran sus propias velas, contamos con los materiales necesarios: parafinas, aditivos, esencias, pabilos, anilinas, etcétera.

Foto: Gabriela G. Barrios García

¿Cuáles son los colores que más les piden?

Los colores son prácticamente los colores básicos: amarillo, azul, café, morado, naranja, negro, rojo y verde, de estos colores se obtienen los tonos. Hay muchas personas que dicen, yo quiero un rosa, el rosa tal cual no lo vendemos pero el rosa se obtiene de mezclar el blanco y el rojo o simplemente el agregar pequeñas cantidades de rojo; hay una técnica que en la parafina derretida se va agregando colorante y se van tomando muestras para que se solidifique y ahí puedan ver la tonalidad que va tomando la parafina. Y algo que no encuentran en todo Tuxtla Gutiérrez, más que con nosotros, son los colores flourescentes, éstos son para velas totalmente de ornato, son colores muy bonitos, muy llamativos, flourescentes totalmente, tenemos amarillo, azul, magenta, naranja, verde y violeta.

En esencias, tenemos desde azucena, pachuli, nardo; muchos son olores para relajación, precisamente «relax» es una esencia que nos piden mucho en los spas, donde se dan masajes; donde hacen aromaterapias, donde se practica yoga, piden mucha canela y vainilla. También tenemos algunos aromas exóticos que aunque no aparecen en la lista se ofrecen, sobre todo para aquellas velas que les llaman místicas, como aroma a ajo.

Veladoras hexagonales / Foto: cortesía

¿Cómo distribuyen sus velas?

Las vendemos en la tienda, en Tuxtla Gutiérrez y tenemos envíos al interior del estado o al interior de la República Mexicana. Hemos tenido solicitudes de envío al extranjero pero se necesitan determinados trámites y aún no los hemos realizado. Enviamos tanto materiales como las velas o veladoras ya elaboradas.

¿Quiénes les compran más?

Generalmente son mujeres; son más las mujeres a quienes les gustan las manualidades, los detalles. Por ejemplo, tenemos una clienta de Guanajuato, donde hay muchísimas fábricas de velas y veladoras; sin embargo, a nosotros nos compra los materiales. Nos dice, me encanta hacer mis veladoras con olor a vainilla y le pone rajitas de vainilla y las decora, nos ha enviado fotos, y no las vende, son para ella, para regalar a su familia. Son clientes que les gusta elaborarlas, que es una actividad ocupacional hacer velas para decorar su hogar.

También tenemos clientes por negocio, que se dedican a la elaboración de velas para eventos especiales y compran sus productos con nosotros.

Atendiendo una clienta / Foto: Gabriela Barrios

¿Les han pedido un diseño de vela específico, que no sea de los que realizan normalmente?

La vela más grande que hemos hecho tenía un diámetro de cerca de 60 centímetros por una altura de 1.20 metros. Se le hicieron diez pabilos, eso era una fogata prácticamente (risas). Pesaba como 75 kilos. Fue una vela muy cara. Desconocemos para qué la querían con esas dimensiones, simplemente una persona nos dijo, la quiero así y no importa cuánto cueste, o sea, la pueden o no la pueden hacer. ¡Y la hicimos! Ese es el pedido más excéntrico que hemos tenido de velas hasta hoy. Por respeto al cliente no le tomamos fotos, porque él nos pidió que no lo hiciéramos.

Nos han pedido otras, de diferentes formas pero esa es el hit. Nos llevó como dos semanas hacerla.

¿Algún comentario?

Pues que rescatemos nuestras tradiciones. Ahora que es la época de Muertos –y haciendo un comercial de la película de Disney, tan afamada, Coco, que puso en alto a nivel internacional las tradiciones mexicanas-, que procuremos continuar con esa costumbre del Día de Muertos, como decían en esa película, nuestros familiares en verdad fallecen cuando los olvidamos.

Hacer velas también es una terapia ocupacional, muy interesante, muy bonita; todo lo que es manualidad estimula, estimula a la mente, estimula a la persona y no hay nada mejor que crear con las manos.

Y como ha sido nuestro eslogan de toda la vida, nosotros con las velas lo que buscamos es iluminar los espacios, que iluminen los espacios de su vida, no nada más de su hogar o de su oficina sino de su vida, con nuestras velas y materiales.

Foto: Gabriela Barrios

 

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PERFIL

Nombre completo: Arturo Solís Megchún

Edad: 36 años

Lugar de nacimiento: Tuxtla Gutiérrez, Chiapas

Fecha de nacimiento: 16 de junio.

Número de hermanos: Ninguno

Número de hijos: Uno

Estado civil: Casado

Pasatiempos: Estar con la familia. Ahorita, desde que nació el bebé, todos mis pasatiempos pasaron a estar con él.

Música: ¡Soy un clásico! De la música moderna no estoy en contra, para nada, pero uno de mis grandes, que admiro musicalmente, es al príncipe de la canción, don José José. De la música que no es latinoamericana me gusta mucho toda la música de los 60´s, 70´s en el género rock llámese desde Beatles, Kiss, (Elvis) Presley, Led Zepellin, toda esa música; tradicional también por Javier Solís, José Alfredo, Vicente (Fernández), todo eso. La música moderna no me desagrada pero soy un alma vieja (risas).

Comida favorita: Me gusta, como a todos, la comida chiapaneca, que es una gastronomía tan amplia pero independientemente de eso, soy amante de las pastas, la comida italiana es mi fascinación. Los postres, me matan con los postres pero también con un rico cochito; con una rica chanfaina también muero (risas).

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EN CORTO

Pabilo: Fuego

Vela: Luz

Luz: Velas

Cera: Calidad

Temperatura: Caliente

Para Velas: Calidad

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