Gabriela G. Barrios García
Era una tarde soleada, después de varios días de intensa lluvia decidió ir a la feria que tenía ya semanas en la ciudad; ir le producía una especie de nostalgia. Sin percibirlo se había convertido en un coleccionista de objetos de feria, esas baratijas le recordaban algo, pero no sabía exactamente qué.
Genaro se sintió atraído por un puesto que estaba oculto en una pequeña carpa en forma de circo, entró y el olor a humedad lo hizo estremecerse, pero al observar dentro ya no le dio importancia, los objetos exhibidos eran de una calidad impresionante; juguetes de hojalata cuyo detalle era producto de un trabajo minucioso.
Estaba tan fascinado que decidió, en contra de sus reglas, llevarse tres. Los guardó en el bolsillo izquierdo de su pantalón, era una serpiente naranja muy pequeña, un pez color turquesa y una lagartija amarilla. El precio de los juguetes se le hizo económico comparado con la calidad de la manufactura.
Al salir sintió cómo un viento frío le recorrió el cuerpo, el cielo se tornó gris, pensó que pronto llovería así que decidió regresar porque odiaba mojarse los zapatos. Mientras caminaba presuroso, lo sobresaltó una punzada en la pierna donde había guardado los juguetes, no le dio importancia.

Al llegar se sintió mareado, abrió la puerta con dificultad y somnoliento apenas llegó al sofá cayendo en un profundo sueño. Un par de horas después, Genaro despertó sobresaltado, sudando, con un dolor profundo en el cuerpo, no podía moverse, al voltear vio en su brazo a la serpiente naranja succionando sangre, tenía una cabeza en cada una de sus extremidades. En la pierna vio a la lagartija que impúdicamente hacía lo mismo y se aterrorizó aún más cuando vio reflejado su rostro en el enorme ojo metálico del pez que estaba sujeto a su mejilla.
Se sentía débil, horrorizado. Pensó por un momento que estaba en una pesadilla, intentó gritar sin conseguirlo. Hasta que cerró los ojos y gritó tan fuerte que las criaturas de hojalata se desprendieron de su cuerpo, cayendo al suelo inmóviles, recobrando el aspecto que tenían cuando las compró.
Se incorporó como pudo, los tomó y los metió en una lata con candado que usaba como alcancía. Se curó las heridas mientras escuchaba el desesperado movimiento dentro de la caja.
Esa noche no durmió, temeroso y fascinado por lo que había pasado, pensaba: ¿qué mente tan monstruosa ha construido esos artefactos capaces de recobrar vida mecánicamente y convertirse en una especie de sanguijuelas?, ¿cuál era el fin de todo eso?
Al día siguiente, muy temprano decidió ir a buscar a la persona que le había vendido los juguetes. La feria seguía ahí pero la carpa no. Preguntó con los comerciantes de los puestos sin que alguien le diera un dato preciso.
La idea de encontrarlo se le volvió obsesión, salió en su búsqueda llevando consigo la caja de metal con las criaturas que intentaban salir. Después de varios meses visitando ferias en diversos poblados, encontró la carpa.
Entró a ella, había nadie, sólo juguetes idénticos a los que llevaba en la caja que habían cesado de moverse. De pronto una persona se paró frente a él, tomó un pez turquesa y le extendió su mano con un billete. Genaro de forma automática abrió la caja registradora y le devolvió unas monedas.
Al salir la persona, la mirada de Genaro se detuvo ante un espejo que tenía una inscripción; al intentar descifrar lo que decía, vio su reflejo, a su mente se asomaron imágenes de un cuarto donde él construía juguetes de hojalata. Era ese recuerdo que lo perseguía en cada feria que visitaba. Aturdido, sólo pudo balbucear: yo soy el monstruo, soy el creador.
*Cuento finalista del Concurso de Cuento Breve «Monstruos contemporáneos», organizado por la revista radiofónica cultural Andares, la Cultura y sus Rutas, del Sistema de Radio, Televisión y Cinematografía de Chiapas, quien realizó por segundo año consecutivo este concurso de cuento breve. En esta segunda convocatoria lanzada en 2015, se lograron recibir más de 340 cuentos provenientes de distintos municipios de Chiapas.
El jurado seleccionó, al igual que en el primer certamen, a diez finalistas de entre los cuales se eligieron a los tres primeros lugares. Dichos cuentos fueron a su vez adaptados por el Departamento de Producción de Radio Chiapas y transmitidos de forma seriada cada viernes al iniciar el programa Andares, la Cultura y sus Rutas.
Para descargar y escuchar la serie completa visita:
http://www.radiotvycine.chiapas.gob.mx/Radio/Monstruos-Contemporaneos/